Disturbios en Belfast tras marchas de los unionistas de Irlanda del Norte

<p>Las marchas conmemoran la victoria del rey protestante Guillermo III de Orange sobre el católico Jaime II en la batalla del Boyne en 1690.</p>




Jóvenes republicanos se enfrentaron hoy a la Policía en Belfast, Irlanda del Norte, después de que miles de unionistas participaran en las marchas con las que conmemoran la victoria del rey protestante Guillermo III de Orange sobre el católico Jaime II en la batalla del Boyne en 1690.

Según la BBC, los jóvenes arrojaron bombas incendiarias a la Policía en el barrio de Ardoyne e hirieron al menos a un agente antidisturbios que participaba en el dispositivo desplegado para evitar enfrentamientos entre los republicanos y los participantes en los desfiles de la Orden de Orange.

Previamente, una mujer de 30 años murió atropellada por un coche que abandonaba una de las marchas en la localidad de Killyleagh.

La violencia se hizo presente, pese a que este año la mayoría de los comercios de Belfast había decidido por primera vez mantener abiertas sus puertas, dado que se habían programado numerosas actuaciones en las calles, hasta la hora en la que las marchas empezaron a atravesar la ciudad.

Una de las imágenes características del verano en Irlanda del Norte son los desfiles de orangistas portando estandartes que glorifican un pasado bélico y desfilando con aire militar por las calles del Ulster, al son de la atronadora percusión.

Celebran la supremacía de la comunidad protestanteunionista sobre la católicanacionalista, origen de los más de cuatro siglos de conflicto en Irlanda del Norte.

Las celebraciones son habitualmente el 12 de julio, pero se pospusieron para no coincidir con un domingo y fueron organizadas bajo la marca "Orangefest", una iniciativa publicitaria lanzada por la Gran Logia de la Orden de Orange para limpiar su imagen sectaria del pasado y atraer turismo a la región.

En los últimos años la mayoría de los desfiles han transcurrido pacíficamente, incluso cuando han pasado por barrios católicos.

Ahora, las rutas que siguen los "orangemen" son pactadas por representantes de ambas comunidades con la Comisión de Desfiles, lo que propicia que el paso de los hombres del traje negro, bastón en mano, bombín a juego y orla naranja al cuello sea vista como una concesión y no como una imposición.

Consciente de la imagen que todavía proyecta el movimiento orangista, la Orden cortó recientemente sus vínculos con el Partido Unionista del Ulster (UUP), su "hermano mayor" y principal representante de la comunidad protestante de la provincia hasta 2003.

No son pocas las voces dentro de la Orden, compuesta por unos 30.00050.000 miembros, que creen que la logia ha sido usada por las formaciones políticas unionistas y paramilitares protestantes para atacar el acuerdo del Viernes Santo (1998) y el proceso de paz.

Según explicó a Efe el secretario de la Orden, Drew Nelson, la organización "quiere cambiar cosas, queremos que en torno a los desfiles haya ferias, eventos, diversión para los más pequeños, nada de política".

No obstante, el máximo responsable de los orangistas en Irlanda, Robert Saulters, denunció hoy que los protestantes en Irlanda del Norte están "en una situación de limpieza étnica".

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