Domingo Cavallo, ex ministro de Economía de Argentina: "Es probable que Prat-Gay haya buscado ser el primus inter pares y eso le debe haber disgustado al presidente"
La ex autoridad aborda la destitución del jefe de Hacienda argentino, Alfonso Prat-Gay, y apunta a la forma de organización del gobierno.
En la década de los 90 y los primeros años del nuevo siglo, Domingo Cavallo tuvo un rol preponderante en la economía argentina. En 1991, fue nombrado por el entonces Presidente Carlos Menem como ministro de Economía y desde ese puesto impulsó diversas medidas para reactivar la economía y reducir drásticamente la inflación.
Si el PIB se contrajo en promedio 1,3% entre 1985 y 1990, en los seis años posteriores la actividad anotó un avance medio de 5,9%, según cifras del Fondo Monetario Internacional. En tanto, la ley de convertibilidad adoptada en abril de 1991 -que estableció la paridad entre el peso argentino y el dólar- permitió que la variación de precios cayera desde más de 1.000% anual en 1990 a 0% en 1996.
Tras dejar el cargo en julio de 1996, el doctor en Economía de Harvard retornó a dicha cartera a inicios de 2001, cuando el país ya atravesaba una profunda crisis económica, que vivió su punto más crítico a fines de dicho año, cuando el corralito instaurado por Cavallo provocó un gran estallido social y la posterior caída del gobierno de Fernando de la Rúa.
A 15 años de esos acontecimientos, y en medio de sus vacaciones de fin de año en Córdoba, la ex autoridad analizó con La Tercera los primeros 12 meses del gobierno de Mauricio Macri y la sorpresiva salida del ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay.
¿Cuál es su análisis sobre el primer año de Mauricio Macri?
Ha sido muy positivo. Ha logrado desactivar varias bombas de tiempo que habían quedado establecidas por la muy mala gestión de los tres gobiernos kirchneristas.
¿Ha cumplido las expectativas?
Siempre ocurre que se espera más de los gobiernos que lo que estos pueden realmente lograr y esta vez no es ninguna excepción. Pero, dadas las circunstancias, el balance es positivo.
¿Cuáles han sido sus principales aciertos?
Ha habido varios aciertos importantes: la eliminación de los controles de cambio, la unificación del mercado cambiario, la eliminación de los impuestos a las exportaciones y de otros impuestos distorsivos pagados por las pequeñas y medianas empresas. También la reducción de los subsidios económicos, para lo cual tuvo que ajustar tarifas de servicios públicos que habían quedado muy atrasadas. Todas estas son medidas que han implicado costos políticos y económicos, pero que eran imprescindibles y que van a traer beneficios en el mediano y largo plazo.
¿Cuáles han sido sus fracasos?
Durante la campaña electoral, subestimaron la gravedad de los desequilibrios que heredaban y sugirieron que todo era más fácil que lo que finalmente resultó ser. Su gobierno está conformado por gente joven, bien preparada y bien intencionada, pero no tenían suficiente experiencia y no plantearon desde el vamos un conjunto de reglas de juego suficientemente claras para la economía. Pero confío en que ese déficit se va a ir subsanando a medida que pase el tiempo.
¿Cuál es su lectura de la salida de Alfonso Prat-Gay?
Es difícil de entender, porque justamente se le pidió la renuncia cuando tenían que anunciar un triunfo importante del gobierno, que fue el resultado del blanqueo de capitales que tenía su primer vencimiento el 31 de diciembre. Creo que había una cierta incomodidad tanto de Prat-Gay como del Presidente Macri por la forma en como este último decidió que debe funcionar el gobierno y probablemente las aspiraciones que tenía Prat-Gay.
Hay algo un poco extraño en la forma en como el Presidente Macri ha organizado su gobierno. Ha creado varios ministerios que entienden el tema de economía y no hay un primus inter pares. Eso no es lo que ocurría en la Argentina en el pasado. Por ejemplo, cuando fui ministro de Economía en la década de los 90, lo que hoy son siete ministerios, eran siete secretarías que dependían del ministerio que yo ocupaba.
Es probable que Prat-Gay haya buscado querer ser el primus inter pares y eso le debe haber disgustado al presidente o a sus otros colegas.
¿Qué le parece la división del ministerio en Hacienda y Finanzas?
Habrá que ver si el Presidente Macri y su jefe de gabinete, Marcos Peña, logran actuar como coordinadores de un equipo económico bien amplio. Espero que lo logren, no hay mucha experiencia en Argentina sobre este tipo de organización del equipo económico, pero la gente que ha sido designada es gente capaz, ciertamente también lo era Alfonso Prat-Gay, pero es probable que los nuevos designados acepten el esquema de organización que quiere el presidente, algo que me parece que Alfonso Prat-Gay no consideraba satisfactorio.
¿Por qué cree que no se sentía cómodo con este esquema?
Bueno, yo tampoco me habría sentido cómodo, porque creo que es muy difícil funcionar con las responsabilidades que normalmente tiene un ministro de Economía si es que no tiene el poder suficiente como para asegurarse que los otros ministros adopten decisiones coherentes.
Pero bueno, el responsable de la administración es el presidente y creo que hay que dejar que él conduzca la administración como cree que es más conveniente.
Algunos medios especularon que su salida se debió a sus aspiraciones políticas. ¿Cuál es su visión al respecto?
No creo que sea así. El no tenía aspiraciones desmedidas, sino que lo que él quería era una forma de organización del gabinete económico diferente. Todo lo demás son especulaciones que se hacen sobre aspiraciones personales que, en mi opinión, no tienen fundamentos.
En Chile es poco común que un ministro de Hacienda sea removido de su cargo, ¿lo es en Argentina?
Depende del gobierno y de las circunstancias. Por ejemplo, fui ministro del gobierno de Menem cinco años y medio, pero antes de mí se sucedieron cuatro ministros en períodos muy cortos. Depende de las circunstancias y de las personalidades involucradas.
Lo interesante de este caso es que no ha habido ninguna confrontación entre el ministro y el presidente, por el contrario, el presidente quiso retenerlo en funciones diplomáticas y es probable que en el futuro Alfonso Prat-Gay siga colaborando con el gobierno de Macri. No lo vería como una crisis de gabinete o una decisión confrontativa del Presidente Macri.
¿El cargo está subordinado a las decisiones de la Casa Rosada?
Siempre los ministros están subordinados al presidente de la nación. Lo que pasa es que fui ministro de una cartera de Economía con muchos poderes o muchas funciones. Imagínese, los siete ministerios que hoy conforman el equipo económico eran secretarías que dependían de mi ministerio. Era una organización del gobierno diferente a la actual. En aquel momento había sólo seis ministerios en la Argentina, hoy hay 21. Debemos aspirar a que el Presidente Macri pueda conducir adecuadamente los destinos del país con su idea de organización del gobierno.
¿De qué manera es más fácil implementar la política económica: con más o menos ministerios?
Me parece que es más fácil conducir un gobierno con un número más limitado de ministerios, pero depende de la personalidad del presidente. Ciertamente, el Presidente Macri tiene otra idea y creo que no hay por qué criticarlo. Lo importante es que pueda hacer funcionar bien a su gobierno. En esto no hay nada dogmático principista, es una cuestión de estilos de conducción.
A Prat-Gay se le criticó por el poco avance del ajuste fiscal. ¿Esa será la principal tarea del nuevo ministro?
También hay muchas otras tareas, como desregular o regular mejor la economía, definir bien las reglas del juego, conectar mejor a la economía argentina con la economía mundial.
Es difícil para un chileno o el habitante de un país bien organizado en materia económica entender lo que pasa en la Argentina, pero Macri ha heredado una economía muy mal organizada como consecuencia no sólo de los 12 años del kirchnerismo, sino también de los dos años de Duhalde. Han sido en total 14 años en los que se han destruido las bases contractuales de la economía, en los que el gobierno intervino de una manera muy arbitraria y discrecional en prácticamente todos los mercados, se han distorsionado los precios relativos, ha aumentado tremendamente la presión fiscal a través de impuestos muy mal diseñados, ha aumentado mucho el gasto público en actividades puramente burocráticas, entonces todo esto requiere una tarea de reorganización económica que implica mucha perseverancia, confrontar intereses y grupos muy organizados para defender sus privilegios y bueno eso no es una tarea fácil.
Llegar a una economía bien organizada como la chilena, por ejemplo, es algo que va a requerir varios años.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.