El acuerdo de convivencia entre la UDI y Golborne

Los dichos del presidenciable sobre el aborto terapéutico y el relanzamiento del Acuerdo de Vida en Pareja por parte de La Moneda pusieron a prueba los límites fijados por ambas partes para desplegar una candidatura independiente que no se riña con las convicciones gremialistas.<br><br>




"No tengo dudas, no se confundan, he sido claro: creo en la vida y en mi período no voy a propiciar ninguna ley de aborto de ninguna naturaleza", señaló el lunes Laurence Golborne, en un encuentro con la red de profesionales de la UDI, en el ex Congreso Nacional.

La frase fue recibida con entusiasmo por los militantes presentes. La reacción no era casual. Veinticuatro horas antes, en Tolerancia Cero, de Chilevisión, el candidato presidencial se manifestó contrario al aborto, pero se mostró abierto a su aplicación en casos específicos, como por ejemplo, la existencia de un feto inviable.

La afirmación tomó por sorpresa a varios parlamentarios y dirigentes de la UDI. El lunes, Golborne conversó con al menos dos miembros de la directiva. Según personeros gremialistas cercanos al ex ministro, él dijo que no le agradó su performance de la noche anterior, en particular cuando se refirió a la situación de HidroAysén -no dijo explícitamente si estaba a favor o en contra del proyecto- y al aborto terapéutico.

Los dirigentes de la UDI coincidieron con ese análisis. Por eso, concordaron con el candidato que, para evitar críticas de los sectores más conservadores del partido, en futuras intervenciones reforzara la idea de que bajo su gobierno no se abriría un debate legislativo sobre el aborto, evitando entrar en el análisis de casos específicos que podían prestarse para confusión.

La corrección de su discurso se materializó esa tarde, en el ex Congreso Nacional, donde también subrayó que "si algo he aprendido de la UDI al nombrarme como candidato, es que coincidimos en principios". Al día siguiente, en una actividad en Linares, refrendaría el mensaje: "Hoy día nuestra legislación resuelve ese tema (del aborto) perfectamente".

Con todo, Golborne en los últimos días ha subrayado que la UDI no le ha impuesto ninguna condición para ungirlo como su candidato y que la decisión de acotar el tema del aborto a que no legislaría en su eventual gobierno la tomó él y no le fue sugerida.

La relación entre el partido y la candidatura independiente de Golborne fue tema obligado de conversaciones en las distintas reuniones que sostuvo el ex ministro con dirigentes y militantes del partido en los últimos meses.

En los habituales almuerzos con la bancada de diputados, el ex secretario de Estado fijó su ideario valórico. Ahí tranquilizó a los más escépticos, subrayando su rechazo al aborto y al matrimonio homosexual, aunque también planteó su apertura a debatir la regulación de las parejas de hecho, iniciativa incómoda para parte del partido.

Con la directiva, en tanto, conversó en varias ocasiones sobre su condición de independiente. Para Golborne resultaba fundamental que su postulación excediera los márgenes del partido, lo que le podía permitir obtener apoyos cruzados en la primaria en la que enfrentará a Andrés Allamand. En ese sentido, si bien se mostró consciente de que podía tener dificultades con el grupo de diputados más dogmáticos, dio a entender que la juventud de estos parlamentarios podía ser un factor que jugara a su favor a la hora de acercar posiciones con ellos.

La mesa del partido coincidió con ese diagnóstico, aunque planteó una sola condición: que en temas complejos, como la agenda valórica, reformas políticas y ajustes al sistema tributario, el candidato no fuera "más allá" de lo que ha ido el gobierno de Piñera.

Este diseño volvió a ponerse a prueba el martes, luego que la vocera de Gobierno, Cecilia Pérez (RN), agendara encuentros con representantes del Movilh y la Fundación Iguales, con el fin de agilizar la discusión en el Congreso del Acuerdo de Vida en Pareja, proyecto que impulsó Andrés Allamand cuando era senador y que forma parte del programa de gobierno de Sebastián Piñera.

La noticia tomó por sorpresa a la UDI, que a mediados del 2011 había protestado duramente contra el gobierno -un grupo de diputados levantó un disco Pare en una conferencia de prensa- por la decisión del Ejecutivo de enviar al Congreso un proyecto que no generaba consenso al interior del partido. En aquella ocasión, la ofensiva coincidió con la resistencia que se había incubado en el partido contra la gestión de Rodrigo Hinzpeter en Interior. Esta vez la mayor molestia se concentró en la bancada de diputados, mediante la cual la UDI controla a casi un tercio de la Cámara Baja.

Ese martes en la tarde, un grupo de diputados se reunió en uno de los accesos al hemiciclo, en Valparaíso. La molestia era tal, que el jefe de bancada, Felipe Ward, validó que el comité redactara una declaración pública. El documento fue confeccionado en pocos minutos. Ward tachó algunas frases duras contra la vocera y el gobierno, pero en el texto quedó reflejada la irritación: tildaba el episodio como un "hecho grave" que "quiebra las confianzas", y emplazaba a Cecilia Pérez a reconocer su error y declarar su "subordinación" al compromiso que -según señalan en la UDI- el gobierno había adquirido en cuanto a no impulsar el debate legislativo de la iniciativa.

Cerca de las 17 horas de ese día, Ward comenzó a recolectar apoyos al interior de la bancada. Aunque hubo varios que suscribieron la declaración, también se levantaron voces de cautela. Miembros de la directiva y diputados cercanos a Golborne -como Ernesto Silva y Gustavo Hasbún- hicieron ver que, aunque había motivos para criticar al gobierno, la declaración podía terminar "arrinconando" al abanderado del partido, quien públicamente se ha manifestado a favor de regular las parejas de hecho. Una situación que se concretó el jueves, cuando diputados de RN y la vocera del comando de Allamand, Catalina Parot, emplazaron a Golborne a ejercer su liderazgo para alinear a la UDI tras la iniciativa gubernamental.

Quienes se resistían a apoyar la declaración también argumentaron que la situación en el partido es distinta a la de hace un año, pues varios parlamentarios se han mostrado disponibles a aprobar la iniciativa en el entendido de que puede ser un dique de contención para evitar que se legisle sobre el matrimonio homosexual.

Ambos motivos finalmente permearon la irritación del grupo más duro de la bancada, lo que gatilló que no se hiciera público el duro texto contra La Moneda.

Por esas horas, al interior del partido comenzó a definirse un diseño comunicacional para blindar a Golborne de las críticas. Así, la estrategia apuntó a resaltar que había plena coincidencia con el candidato en cuanto a rechazar el matrimonio homosexual, y que la postura del ex ministro sobre el AVP se enmarcaba dentro de las distintas posiciones que existen en el partido.

Con todo, en sectores de la UDI se instaló la sensación de que el relanzamiento de la iniciativa por parte de La Moneda beneficiaba a Allamand. "(Cecilia Pérez) intenta poner una cuña dentro de los partidos de la Alianza, y eso favorece a un candidato por sobre otro", dijo el jueves Ward.

En el gobierno descartan de plano esta interpretación. Aseguran que las gestiones para reponer el debate sobre el AVP no son a título personal de la vocera, sino que las inició hace un mes su antecesor, Andrés Chadwick, quien se comunicó con el presidente de la comisión de Constitución del Senado, Hernán Larraín, para ver su disponibilidad para poner la iniciativa en tabla. Una alta fuente de gobierno asegura que en esta última arremetida, el gobierno tomó en cuenta que ambos candidatos están a favor de la nueva normativa. Y que en esa lógica, el escenario podría ser favorable para Golborne, pues le permitiría reforzar su imagen de independiente.

En la UDI, sin embargo, un grupo de parlamentarios asegura que el AVP no es la única razón que los hace ver con inquietud las intenciones de La Moneda. Otra señal en ese sentido la dio el gobierno al imponer la prohibición para que ministros y otras autoridades participen en actos políticos de los candidatos. Aunque en algunos sectores esto se interpreta como una clara medida para evitar que el gobierno pierda el protagonismo (y lo afecte el síndrome del "pato cojo"), en el gremialismo aseguran que la decisión termina afectando en mayor grado a Golborne, ya que figuras de alta visibilidad del gabinete -como Joaquín Lavín, Evelyn Matthei y Pablo Longueira- no podrán materializar en público el apoyo que ya le han manifestado.

De hecho, en el partido sorprendió la fuerza con que la propia Pérez salió a corregir a Longueira, luego que éste señalara que si era necesario, renunciaría al gabinete para apoyar a Golborne. Aunque en la UDI sabían que el Presidente se molestó profundamente por los dichos del titular de Economía, de todas maneras sintieron que en ambos casos la actitud de La Moneda, encarnada en los dichos de la nueva secretaria general de Gobierno, complicaron más al ex titular del MOP que a su otrora par de Defensa.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.