El búnker del éxito que tiene en la final a Alemania

Antes de partir a Brasil, la selección alemana se juntó en el lobby del hotel donde aguardaban el viaje al Mundial. Joachim Löw habló a sus dirigidos y les pidió que, cualquiera fuese el resultado, se entregaran por completo. Sus jugadores, antes de dejarle continuar, le aseguraron que viajaban al torneo con una sola convicción: quedarse con la corona. En silencio, Oliver Bierhoff, mánager del equipo y mano derecha del entrenador, observaba la escena. Su trabajo estaba hecho y ahora dependía de los jugadores que el plan resultara.

El ex delantero trabajó arduamente en la logísitica teutona para hacer frente a la Copa. Su primera gran misión fue encontrar un campo de entrenamiento para efectuar la concentración del plantel. Sin embargo, fracasó.

Tras buscar infructuosamente un lugar que cumpliera con los requisitos del DT, volvió a Alemania con malas noticias. La solución propuesta por el ex Udinese fue clara: construir un centro de entrenamiento propio.

Tras varias discusiones, la federación alemana aprobó el proyecto. Bierhoff se encargaría de todo. Alemania necesitaba un lugar que le diera privacidad, espacio de trabajo y, además, le permitiera disfrutar de las bondades propias de Brasil.

En la localidad de Santo André, cerca de Porto Seguro, está emplazado el Camp Bahía. Con 15 mil metros cuadrados, 14 casas de lujo, dos canchas de fútbol, salas de masaje y entretención, gimnasio y playa privada, los alemanes construyeron su lugar ideal para permanecer hasta el final del torneo, tal como lo juraron antes del viaje.

"Nos fijamos en muchos detalles. Necesitábamos mezclar el trabajo y la diversión sin que el plantel perdiera la concentración. En el campo tenemos todo lo necesario. Es realmente un lujo y, además,  estamos muy cerca de un aeropuerto para evitar desgastes. Las instalaciones son soñadas. Perfectas", dijo Bierhoff al arribar a Sudamérica.

Durante su permanencia en Brasil, los germanos, justamente, han mezclado el trabajo con el relajo. Fórmula que ha sido exitosa y que los tiene en la final. "No todo puede ser trabajo. El lugar donde concentramos es ideal. Están todas las condiciones para que sólo dependa de nuestro esfuerzo conseguir los resultados. Vamos a luchar por todo", reconoció Philipp Lahm, antes del inicio del Mundial.

La segunda gran tarea de Bierhoff la pactó en silencio con Löw. El técnico quería desarrollar un método que le entregara herramientas para tomar mejores decisiones durante el juego. A cambio, Bierhoff le entregó un software.

El ex jugador fue el principal mediador ante los directivos para la adquisición de un programa que analiza y entrega datos en tiempo real al entrenador. El sistema, llamado SAP Match Insights, otorga al adiestrador la posibilidad tener, literalmente, en la mano la distancia recorrida por los jugadores, el porcentaje de acierto en los pases, ritmo, intensidad y un sinfín de datos que le permiten tomar mejores determinaciones durante el transcurso de un partido. Además, le aporta información de los rivales, a fin de encontrar sus falencias y puntos débiles.

"En apenas 10 minutos, los jugadores pueden generar más de siete millones de datos. La clave está en que SAP puede procesarlos en tiempo real. Con el programa, nuestro equipo puede analizar esta gran cantidad de información para personalizar la oncena y la preparación para el próximo partido. Ha sido una herramienta muy útil. Hemos sabido sacarle partido y los resultados están a la vista", aseguró Bierhoff después del 7-1 sobre Brasil.

"¿Acaso formé parte del éxito del equipo? No sé. Sólo hice mi trabajo", dice el otrora goleador. Pese a todo, en Alemania no se conforman y ahora, según medios de su país, pase lo que pase en la final, la federación ya mandó a desarrollar una mejora en el sistema para hacerlo aún más confiable y efectivo.