El despegue de los que soñaron con volar
Expectativas de seguridad laboral y de altas remuneraciones, y la expansión comercial de las aerolíneas, han impulsado a muchos jóvenes a formarse como pilotos en el último lustro.
Más de 1.500 horas entre las nubes separan a cientos de jóvenes de su objetivo: convertirse en capitán de los grandes aviones intercontinentales, la categoría con el mayor nivel de reconocimiento para quienes hacen de su pasión por volar una carrera profesional.
Pese a los casi cinco años que ese proceso puede tomar como mínimo, la cantidad de jóvenes que se inscriben en los diferentes clubes y escuelas de aviación para obtener las licencias de piloto va en claro ascenso durante el último lustro.
"Hemos visto un importante aumento del interés de los jóvenes por esta carrera. Los seducen las expectativas generadas por las aerolíneas, pensando que tendrán una fuente laboral segura y bien remunerada. Además, se entusiasman con las posibilidades de conocer el mundo y tener un trabajo admirado por el resto", asegura Jorge Barrenechea, jefe de la carrera de Piloto Comercial de la Universidad Técnica Federico Santa María.
Se trata de la única iniciativa de este tipo en el ámbito académico. Abrió en 2001 y desde entonces, cada año son más de 300 postulantes, con puntajes PSU de 600 puntos o más, que se someten a las pruebas de admisión especiales. Sin embargo, sólo hay 30 vacantes.
Piloto Comercial es la licencia entregada por la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), que permite recibir remuneración en una empresa aérea y requiere entre 150 y 200 horas de vuelo en simuladores y aviones. Luego pueden aspirar a la de Piloto de Transporte de Línea Aérea, algo así como el diploma de grado para ser capitán, con una carrera de al menos 1.500 horas volando con regularidad como copiloto.
El problema es que los cursos de instrucción no son del todo accesibles. En un club aéreo la suma podría ascender a unos $ 15 millones en dos años y en una escuela de aviación, que ofrece paquetes y programas ajustados para dos años, puede costar, en promedio, cerca de $ 30 millones. En Chile, hay sólo 10 con certificación de la DGAC, mientras que son cinco los clubes autorizados para impartir esta clase de formación.
De todos modos, los niveles de remuneración son un enorme incentivo. "Si bien hay circunstancias desfavorables, como los horarios, los turnos y pasar noches fuera del hogar, un piloto recién formado puede comenzar ganando sobre el millón de pesos en una gran compañía y con perspectivas de subir el sueldo rápidamente", explica el jefe de la Escuela de Vuelo del Club Aéreo de Valparaíso y Viña del Mar, Sebastián López.
En crecimiento
"Cuando aprendí a volar, me di cuenta de que ser piloto tenía que ser mi profesión", detalla Ricardo Alvarez (22). Fue tal su fascinación, que dejó la carrera de Ingeniería Civil Mecánica, que estudiaba en Concepción, para formarse como aviador en la Escuela Los Cedros: "Nunca me había gustado tanto estudiar como ahora. Y no es fácil. Vemos materias como meteorología, aerodinámica, instrumentos y reglamentación".
Como él, actualmente existen 610 jóvenes comenzando su formación como pilotos. De ellos, 46 son mujeres. Esto representa un crecimiento del 75% en los últimos cinco años.
Asimismo, ha aumentado la cantidad de licencias de piloto comercial entregadas por la DGAC, que subió en un 31% en el mismo período, llegando a 1.322 sólo en 2013. Mientras, unos 750 pilotos, en promedio, obtienen su licencia de Transporte de Línea Aérea cada año.
A ello se suma la cantidad de pilotos formados en la Fuerza Aérea (Fach), que deciden pasar al ámbito privado. El general Jorge Uzcategui, jefe de la División de Educación de la Fach, explica que "la tasa de efectivos que se acogen a retiro voluntario es de entre 1,5 y 2% del contingente total". Pero también aclara que no se realizan seguimientos de esas personas.
"Por lo tanto, no podemos afirmar que estén trabajando en líneas aéreas", añade.
A pesar de este aumento, a juicio del director de Seguridad Operacional de la DGAC, Lorenzo Sepúlveda, en Chile, así como a nivel internacional, existe un déficit de pilotos. "Hay estudios que dicen que la capacidad mundial de formación de pilotos, versus la cantidad de aviones que necesitan las líneas aéreas, va atrasada. No sólo en la instrucción, sino también en el tiempo para que alcancen la experiencia requerida", explica.
Según informa Lan, la compañía ha pedido 166 nuevos aviones para el año 2020. Su actual flota supera los 300. En Sky Airline, en tanto, proyectan un crecimiento de dotación entre 15 y 20 pilotos por año, "mientras sigamos incorporando más aviones", aclara Holger Paulmann, director de operaciones de la línea.
Willem Derks, de la escuela Gestair by Latin American Aviation Training, complementa: "Hay estudios de fabricantes como Boeing y Airbus que dicen que sólo en América Latina se necesitarán unos 46 mil pilotos de aquí al 2020".
Sin embargo, algunos se toman este aumento con más calma. El gerente de Operaciones de la Escuela Los Cedros Aviación, Enzo Pinochet, comenta que "hoy el mercado está estancado, a diferencia de lo que pasaba hace tres o cuatro años". Pero agrega que "los requerimientos de las aerolíneas dependen del dinamismo de la economía, y mientras haya demanda de pasajeros, se necesitarán pilotos".
Como sea, las cifras no mienten. En un futuro no lejano, podríamos tener miles de nuevos pilotos diciéndole "muy buenos días, les habla el capitán", cada vez que se suba a un avión.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.