El Hospital Militar que atiende a Chávez tiene un piso reservado sólo para jerarcas de alto rango

El presidente venezolano, Hugo Chávez (58) y en el poder desde 1999, llegó el lunes de madrugada y por sorpresa a Caracas para continuar, en el Hospital Militar Dr, Carlos Arvelo el tratamiento contra el cáncer que le fue diagnosticado en junio de 2011 en Cuba.

El recinto se ha convertido en un verdadero búnker donde transitan altos personeros del régimen Chavistas, personal de seguridad e inteligencia, y cuando lo amerita algún invitado extranjero, como fue el caso del Presidente de Bolivia, Evo Morales.

Apenas unas horas ingresado Chávez en el hospital, cientos de partidarios se congregaron para celebrar su regreso, pero ayer se retiraron por órdenes superiores del Partido Socialista Unido que pidió "respetar el entorno" del mandatario.

Según detalla el diario español El País, el centro de salud se ubica al oeste de la capital venezolana, "muy cerca de los enclaves chavistas más radicales", en su frontis se puede apreciar un gran lienzo con la imagen de Chávez y la leyenda: "Revolución, Independencia, Salud o Nada". Sus instalaciones brindan la mayor seguridad para atenciones de alto rango. En el piso nueve, por ejemplo, altos oficiales son atendidos y hay una férrea vigilancia de la Policía Militar,  "a la que se ha sumado, según medios locales, agentes de inteligencia, camuflados entre un personal que tiene acceso parcialmente restringido al lugar donde está el Presidente".

"En los gobiernos anteriores solo podían ser atendidos militares activos o retirados, junto a sus familiares", agrega El País. Era un recinto que estaba muy por sobre el resto, "en medio de la decadencia del sistema de salud público, pero no era, ni es, una institución especializada en el tratamiento del cáncer".

Con el tiempo Chávez integró el centro al programa social Barrio Adentro con lo que se acrecentó su deterioro, bajó su calidad al aumentar la demanda de pacientes.

No es la primera vez que el mandatario venezolano es internado en el Hospital Militar, que fue inaugurado en 1956 por el dictador Marcos Pérez Jiménez. "Allí se enfrentó a la tercera fase de su tratamiento entre agosto y septiembre de 2011 y fue operado de la vista en 1993".