El informe que acreditó el envenenamiento de Frei Montalva

<p>Las tanatólogas Laura Börgel y Carmen Cerda establecieron formalmente la presencia de gas mostaza y talio en el cuerpo del ex Presidente.</p>




Hace exactamente un año, el ministro Alejandro Madrid recibió el informe final de dos tanatólogas de la Universidad de Chile, Laura Börgel y Carmen Cerda, que estableció formalmente la presencia de gas mostaza y talio en el cuerpo del ex Presidente Eduardo Frei Montalva. La labor de ambas especialistas se inició el 22 de diciembre de 2004, cuando el cuerpo fue exhumado. Ese día Börgel y Cerda tomaron "muestras de restos que corresponderían al riñón, pulmón derecho, cerebro y cabello, (además) de la piel del muslo, del tórax y del abdomen".

Dos años después tuvieron los primeros resultados preliminares, que apuntaron la presencia de restos de gas mostaza. Las pericias siguieron enfocadas a confirmar estos resultados y buscar otras toxinas. Entonces también se encontraron rastros de talio (sustancia presente en raticidas). Para validar sus informes, Börgel y Cerda pidieron una auditoría extranjera de su investigación, la que confirmó los resultados y sugirió nuevas pericias para acreditar la presencia de ambas toxinas. Estas se realizaron y se determinó "efectos de daño celular y del DNA" típicos de estos venenos, como una drástica disminución de los glóbulos blancos y, por consiguiente, una considerable baja en el sistema inmune. Sólo así se puede explicar la gravedad del shock séptico que lo afectó y que no pudo ser controlado.

Antes de entregar sus conclusiones, las doctoras realizaron dos contrachequeos de las muestras en el extranjero y éstos arrojaron los mismos resultados: gas mostaza y talio. En noviembre de 2008, las tanatólogas entregaron al juez dos tomos con los resultados finales de su investigación y agregaron un dato clave: una línea de tiempo donde -tras comparar la ficha médica del ex mandatario con los efectos típicos de estos venenos- se pudo establecer los tres momentos en que Frei Montalva habría sido intoxicado, añadiendo las toxinas a su suero.

Según este análisis, la primera vez habría sido en la hospitalización inicial, en noviembre de 2001 y antes de ser dado de alta. La segunda oportunidad habría sido a mediados de diciembre, tras la segunda operación y cuando ya estaba grave. La tercera habría sido en los primeros días de enero de 2002, 15 días antes de morir.

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