El informe que hace un año comenzó con la desgracia de Sergio Jadue

Hasta la aparición del informe de la Fiscalía de Estados Unidos, el fútbol chileno pareció estar ajeno al escándalo de la FIFA que comenzó a destaparse en la madugada del 27 de mayo de 2015, exactamente un año atrás.

Pero con la liberación del documento completo por parte de las autoridades de ese país, la figura de Sergio Jadue comenzó a tambalear. Y todo parte de esta manera: La empresa Datisa (cuyo giro son los derechos de imagen) pagó en coimas 100 millones de dólares por los derechos de las próximas cuatro Copa América.

Lo explicó así el informe: "Datisa acordó pagar 100 millones de dólares en sobornos a oficiales de Conmebol -todos oficiales de FIFA- a cambio del contrato de Copa América firmado en 2013: 20 millones por la firma del contrato y 20 millones por cada una de las cuatro ediciones del torneo".

Y cómo tocó esto a Jadue, de manera presunta, según la Fiscalía: "Cada pago de 20 millones fue dividido en sobornos de esta manera: 3 millones para cada uno de los "top" oficiales de Conmebol: el presidente de la Confederación y los presidentes de las asociaciones de Brasil y Argentina; 1,5 millones de dólares a cada uno de los otros siete presidentes de las federaciones de Conmebol; y 500 mil dólares para un undécimo oficial de Conmebol".

Eso sí, a Jadue no se le nombró directamente en el informe, a diferencia de Eugenio Figueredo, Rafael Esquivel, José María Marín y Nicolás Leoz. De hecho, salvo el último, el resto ya había sido detenido en Suiza

Con posteridad, el calerano negó haber recibido coimas, dando a entender que era el presidente restante de la Conmebol que no estaba implicado. De todos modos, el cuestionamiento comenzó poco a poco a crecer.

Citando la descripción de la Fiscalía, Datisa es una firma que se creó para agrupar los intereses comerciales de Traffic, Torneos y Full Play. Esto sucedió cuando se confirmó la realización de la Copa América 2016, la del centenario, y que se jugará en Estados Unidos con equipos de la Conmebol y la Concacaf. Hasta ese momento, Full Play era la propietaria exclusiva de los derechos comerciales, en desmedro de las otras operadoras.