El jazz y la danza viven cuatro días de armonía en Frutillar
El cubano Paquito D' Rivera y la estadounidense Joan Myers Brown animan dos festivales que llegan hoy a su fin en el Teatro del Lago.
La lluvia y el frío invernales se hacen sentir diariamente en la costanera casi desierta de Frutillar, mientras el lago Llanquihue se debate entre la calma y las olas. Pero en los últimos cuatro días las noches ardieron, al menos al interior del Teatro del Lago. Y no era para menos. Pocas veces puede disfrutarse paralelamente, un mismo fin de semana y en un mismo lugar, de dos mundos culturales en apariencia tan distintos. Pero el imponente recinto, en un ambiente de relajo total, lo consiguió con un festival de danza y otro de jazz.
Si la idea era alternarlos, el éxito del jazz en 2012 dijo lo contrario. Y la decisión fue realizar en conjunto Jazz Patagonia y Danza Patagonia, siendo el resultado una mancomunión ante la cual el público se sintió cómodo, suelto y espontáneo: tan irresistible como imperdible resultó tener, por un lado, a Paquito D'Rivera en su tercera venida a Frutillar y, por otro, a la compañía norteamericana Philadanco! y a su fundadora Joan Myers Brown, quien acaba de recibir en EE.UU. la Medalla Nacional de las Artes 2012.
Sensualidad y destreza
Aunque oficialmente el evento se inauguró el sábado, ya el día anterior comenzaron los adelantos. Philadanco!, creada por Myers en 1970 como fuente de integración étnica, compartió con niños y jóvenes en el marco del programa educativo EduVida, logrando un momento memorable y desenvuelto. Y anticipó dos obras del programa que inauguró el Festival de Danza: By way of the funk y Enemy behind the gate, piezas lúdicas y ardientes, donde la sangre afroamericana estuvo a flor de piel, con sensualidad, destreza física, firmeza y bailarines imponentes y flexibles.
La contrapartida nocturna la aportó Paquito D'Rivera, quien señaló que "no puede un festival de jazz empezar sin una jam session". Y así fue. Con el anfiteatro lleno -incluyendo a la compañía de danza que no pudo evitar bailar ante estos ritmos-, el grupo del músico desplegó todo su virtuosismo e infinita creatividad. Sesiones jazzísticas que fueron una constante del trasnoche durante los cuatro días, con sus permanentes improvisaciones, y el ir y venir.
Toda una fiesta preliminar para inaugurar el sábado el Festival de Jazz en un marco programático más estructurado. Tras tener como invitada a la promisoria cantante y guitarrista chilena Camila Meza, D'Rivera y su grupo se tomaron el escenario de la sala Tronador con el programa "Jazz Meets the Classics", donde el cubano transformó en piezas jazzísticas obras de Bach y de Mozart, de Lecuona y de Piazzolla. Y si ya el día anterior jugó con la diversión, demostró que, además de todas sus dotes musicales y sus manos virtuosas, ya sea con el clarinete o el saxofón, su alma humorística, su soltura física, su acogedora sencillez y su ritmo caribeño son los que terminan imponiéndose.
Imparable, D'Rivera será también quien cierre esta noche el festival. Esta vez teniendo como invitados a la banda norteamericana Time for Three, para seguir con su programa The Caribbean Jazz Project.
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