El mayor sindicato italiano se manifiesta contra las reformas de Renzi y amenaza con huelga
Según los trabajadores la manifestación reunió a un millón de personas en la Piazza San Giovanni, sin embargo no hay cifras oficiales de asistencia.
El principal sindicato italiano reunió hoy a decenas de miles de personas en las calles de Roma para protestar contra la reforma laboral lanzada por el Gobierno de Matteo Renzi y advirtió que llegará por ello hasta la huelga general.
La líder de la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), Susanna Camusso, lanzó la advertencia al final de una manifestación que el sindicato aseguró que ha reunido a un millón de personas, sin cifras oficiales de asistencia, en la Piazza San Giovanni.
"La jornada de hoy no es una meta. La CGIL está dispuesta a continuar su protesta para cambiar la 'jobs act' y la política de este Gobierno también con la huelga general"
, anunció Camusso en un reto al Ejecutivo de Renzi y su reforma laboral.
"Continuaremos la lucha con huelgas articuladas", precisó la líder sindical, de quien se esperaba precisamente que indicara si sigue adelante con su intención de parar el país por la oposición que la CGIL exhibe a las políticas económicas del primer ministro y líder del Partido Demócrata (PD).
La marcha de hoy comenzó desde Piazza della Repubblica y Piazza dei Partigiani hacia las 09:00 horas locales (07:00 GMT) con el objetivo de reunirse en la Piazza San Giovanni, ante la basílica de San Juan de Letrán, icónico lugar de manifestación para la izquierda italiana.
Camusso recordó durante la marcha que su movimiento continuará con su iniciativa contra la reforma laboral "de todas las formas necesarias".
La líder sindical desfiló detrás de una pancarta con el lema "Trabajo, dignidad, igualdad para cambiar Italia" y algunos manifestantes que partieron desde la Piazza dei Partigiani exhibían una pancarta con el texto "Articolo 18 giù le mani", en alusión a su reivindicación a que no se toque ese artículo del Estatuto de los Trabajadores.
Entre los puntos más polémicos de la reforma laboral de Renzi está la modificación del Artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores del 20 de mayo de 1970, que protege a los profesionales de empresas con más de 15 empleados contra los despidos improcedentes y avala su derecho a obtener una indemnización o a ser reintegrados en su empleo.
Algunos manifestantes comenzaron a entonar la canción "Bella ciao" -cantada por los partisanos durante la II Guerra Mundial en su lucha contra las tropas fascistas- y en la calles se pudo ver también a trabajadores de la Ópera de Roma despedidos recientemente.
"Para crear empleo hay que cambiar la política económica", era el lema de la convocatoria de la CGIL, que se interpretó como una prueba de fuerza del principal sindicato del país contra la senda de reformas impulsadas por el Gobierno que lidera el Partido Demócrata.
El Gobierno de Silvio Berlusconi ya intentó modificar el Artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores en 2002, lo que desencadenó una huelga general y una de las manifestaciones más numerosas del país con cerca tres millones de personas.
La manifestación de hoy en Roma se celebró al tiempo que Renzi asistía en Florencia, su feudo político y ciudad de la que fue alcalde antes de convertirse en jefe del Gobierno, a una reunión política de debate conocida como "Leopolda", por el nombre de una antigua estación ferroviaria reconvertida en lugar público.
Allí Renzi aseguró que en la cita de Florencia estaban "los que crean puestos de trabajo", en una alusión a los que se manifestaban en Roma precisamente contra la ley que estiman los destruye y precariza en la práctica.
La doble convocatoria -la sindical de Roma y la de los círculos próximos a Renzi- planteó además la disyuntiva a miembros del Gobierno, y más concretamente del PD, sobre a cuál de ellas asistir, en un momento en el que se debate cuál será realmente la orientación del partido gubernamental.
Renzi se exhibió además en la cita de la "Leopolda" de regreso del Consejo Europeo de Bruselas donde, según dio a conocer el Gobierno sin datos concretos, el primer ministro logró reducir las exigencias de la Comisión Europea sobre la aplicación de más medidas de ajuste para avalar la senda del retorno al equilibrio de las cuentas públicas italianas.
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