El poder de Héctor Tapia crece dentro de Colo Colo

Héctor Tapia quiere dejar su sello en Colo Colo. Cuando asumió como técnico interino del "Cacique", tras el despido de Gustavo Benítez, "Tito" se preocupó, exclusivamente, del buen funcionamiento del primer equipo y de intentar clasificarlo  a la liguilla para la Copa Libertadores de América.

El objetivo lo cumplió a medias, pues no llegó a la postemporada. Le alcanzó, sin embargo, para ser ratificado en el cargo por los próximos 18 meses. Y sus inquietudes ya no sólo apuntaron a hacer jugar bien al plantel de honor, sino que a lograr cambios profundos, sobre todo en la política de contrataciones del club.

Por lo mismo, el DT se ha visto muy entusiasta cuando ha asistido a las reuniones de directorio y a las de la comisión de fútbol de Blanco y Negro. En dichas citas se le ha visto muy participativo y con un carácter fuerte, sobre todo a la hora de elegir las contrataciones, según revelan directores de la sociedad anónima. Lo primero que hizo fue solicitar jugadores probados y que conocieran el medio local.

Tapia está al tanto de los avances y retrocesos en las distintas tratativas, preocupado de cada detalle. Su experiencia como ayudante técnico del cesado entrenador paraguayo lo convenció de la real necesidad de reforzarse con elementos de jerarquía, y no con "simples incorporaciones".

"En su momento entregué una lista con los hombres necesarios para reforzar el plantel. No quiero interferir en las negociaciones, ya que hay gente dedicada a eso, pero sí me tienen al tanto, me tienen informado de cómo se está llevando todo. Yo vi, hice un análisis y pedí lo mejor para el plantel. Tengo gente de fútbol con la que trabajo, y todos dieron su punto de vista", dijo el DT.

"Hemos tratado de estructurar un plantel que se refuerce con reales hombres de jerarquía", afirmó ayer Arturo Salah, presidente de la concesionaria.

Las posturas del ex delantero han causado más de un resquemor en ByN, donde se quejaron de que dilató demasiado el acuerdo por su continuidad. 

Además, sus exigencias en cuanto a refuerzos han provocado varios dolores de cabeza, ya que le bajó el pulgar a muchas opciones del gusto de la directiva y, sobre todo, del director deportivo, Juan Gutiérrez, como los delanteros Julián Lalinde, Rodrigo Mora, Emanuel Herrera, Braian Rodríguez y Luciano Vázquez. Su obsesión era Esteban Paredes, y de tanto insistir, está muy cerca de traerlo de vuelta.

Es más, esta semana Juan Gutiérrez debió desalojar su oficina, ubicada al lado del camarín albo, y trasladarse a una administrativa, situada en el hall de Océano, ya que Tapia está ocupando ahora ese espacio para instalar el búnker que compartirá con Miguel Riffo.

Si bien su personalidad ha generado roces y es probable que siga provocándolos, su férreo estilo le ha hecho ganarse el respeto de la máxima cúpula de ByN.