El PRI busca limpiar imagen y volver al poder en México en inicio de campaña electoral
Un triunfo del candidato Enrique Peña Nieto, que lleva una amplia ventaja en las preferencias, marcaría el regreso del conglomerado opositor al poder, que perdió en el 2000 tras gobernar por 71 años seguidos a menudo acusado de corrupción y autoritarismo.
Al comenzar hoy formalmente la campaña electoral en México, tres meses antes de los comicios, como dicta la ley, el candidato del PRI Enrique Peña Nieto le lleva más de diez puntos de ventaja a Josefina Vázquez Mota, la representante del Partido de Acción Nacional (PAN), actualmente en el gobierno, según la mayoría de las encuestas. Andrés Manuel López Obrador, del Partido de la Revolución Democrática, de izquierda, está tercero.
La vuelta del PRI al gobierno parecía impensable tras su derrota electoral de hace 12 años. Sin embargo, una renovada versión de esa agrupación es la favorita hoy por hoy.
Si bien perdió la presidencia luego de 71 años en el poder en el 2000, el PRI conservó su aceitada maquinaria política y dos tercios de los 31 gobernadores estatales son de sus filas.
Las esperanzas de un fortalecimiento de la democracia que afloraron hace doce años se han evaporado. La gente está cansada de la sangrienta campaña del presidente Felipe Calderón contra al crimen organizado, que costó 47.000 vidas, y añora un partido que, con todas sus fallas, modernizó a México sin caer en el fascismo, el comunismo ni las guerras civiles que padeció el resto de América Latina, detalla la agencia AP.
A la nostalgia de algunos con el pasado se suman una cierta desilusión con una alternancia electoral que no cumplió las expectativas de cambio --sobre todo la promesa de crear más empleos-- y una espiral de violencia del narcotráfico que no cesa pese a la ofensiva oficial. Peña Nieto surge como el representante de una aparente nueva generación del PRI, que además es joven y atractivo.
Para los críticos del PRI, sin embargo, su victoria significaría el retorno de un partido autoritario y corrupto, de un grupo que llegó a controlar casi todas las instituciones significativas del país y que ha sido acusado de comprar lealtades y castigar a sus enemigos.
Desde el conservador PAN, que ha gobernado los últimos 12 años, se insiste en que el problema del narcotráfico y la violencia es resultado entre otras cosas de que el régimen anterior toleró al crimen organizado e incluso sugieren que un gobierno del PRI podría pactar con el narcotráfico y el crimen organizado. El PRI lo niega.
La imagen de corrupción que le costó el gobierno hace poco más de una década, por otra parte, ya no es tan prevaleciente.
"Al PRI lo sacaron de la presidencia por la corrupción... (Hoy) ningún partido ya está limpio de esa desgracia", dijo a AP, Roy Campos, director de Consulta Mitofsky, una de las empresas encuestadoras más reconocidas en el país y que en sus sondeos trimestrales ha registrado una preferencia por el PRI desde antes de 2010.
Aún ahora se recurre a una frase acuñada en 1990 por el escritor peruano Mario Vargas Llosa para describir lo que fueron los gobiernos del PRI.
El Nobel de Literatura 2010 dijo que bajo el PRI se vivía una "dictadura perfecta", en la que había elecciones pero el partido permanecía inamovible, con un régimen que permitía la crítica en la medida que le servía e incluso una retórica que por momentos lo hacía parecer de izquierda.
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