El reencuentro de Lagos y Ominami
Tras cinco años en que sólo se dirigieron la palabra para saludos formales, el ex mandatario y el ex senador resolvieron sus diferencias en dos citas privadas
La cuenta la pago yo" anunció el ex presidente Ricardo Lagos. Su interlocutor, el ex senador Carlos Ominami, tomó nota del gesto. La cita a la que el ex mandatario ponía término era la primera que lo reunía a solas -después de cinco años- con quien había sido considerado por un largo período como su hombre más cercano.
Ambos no cruzaban mayores palabras desde noviembre de 2008 cuando en Biarritz, Francia, el entonces senador trató de convencer a Lagos de que mantuviera abierta una repostulación a La Moneda. En esa oportunidad, la cuenta corrió por parte de Ominami.
Ese almuerzo terminó por romper los últimos lazos de complicidad entre ambos: días después, en Chile, Lagos anunció que "no soy ni seré candidato". El senador se había enterado sólo poco antes de la decisión, cuando la declaración de prensa del ex mandatario ya circulaba entre sus asesores más cercanos.
El desaire fue uno de los temas abordados en la reunión del jueves de fines de agosto que marcó el reencuentro entre ambos. En el restaurante Centre Catalá, en Providencia, Lagos y Ominami ajustaron cuentas durante un largo almuerzo y retomaron una amistad que se inició a mediados de los 80.
Testigos de la cita fueron varios comensales opositores a quienes no pasó por alto la imagen de los dos personeros socialistas, antaño habitual: entre ellos, la ex ministra Mónica Jiménez, José Rodriguez Elizondo y el economista Ricardo French Davis.
A solas, Lagos y Ominami recordaron la última conversación entre ambos en Francia y la notificación del entonces senador, que seis meses después le comunicó que renunciaba al PS, rompía con la Concertación y que respaldaría la opción presidencial de su hijo Marco Enríquez-Ominami en las elecciones de 2009.
La respuesta de Lagos fue igual de radical. En los meses siguientes Ricardo Lagos Weber anunció su candidatura a senador por la V Costa -región de Ominami- y, en un desaire frontal, el ex mandatario entregó su respaldo al DC Ignacio Walker en la carrera a la Cámara Alta en la que finalmente se impuso al ex hombre fuerte del laguismo.
Sólo un gesto rompió por esos años el hielo entre ambos: en diciembre de 2009 Lagos llamó al derrotado senador para comentarle que lamentaba su salida del Congreso.
Pero los lazos continuaron rotos y las críticas cruzadas entre ambos se hicieron habituales. Según quienes los conocen, en los años siguientes se toparon tres o cuatro veces en actividades sociales y sólo se saludaban formalmente.
La historia, no obstante, tuvo un vuelco a principios de agosto con ocasión del aniversario 200 del Instituto Nacional, donde Lagos y Ominami estudiaron.
Aunque con 12 años de diferencia en su paso por las aulas, el ex presidente y el ex senador no ocultan su orgullo estudiantil y participaron de las actividades del bicentenario del colegio. Fue en ese contexto que Lagos se acercó a Ominami y le pidió conversar.
No era un gesto aislado. Según cercanos a ambos, pese a la distancia y las diferencias, en ocasiones tanto Lagos como Ominami recordaban la amistad rota. En medio de las celebraciones institutanas, el ex mandatario recordó que en días anteriores el ex senador había cuestionado la integración de algunos ex ministros de la Concertación al equipo programático de Michelle Bachelet. Varios de ellos habían sido críticos de la administración de Lagos. Rápidamente ambos agendaron el almuerzo en el Centre Catalá y, a mediados de septiembre, se volvieron a reunir en Washington, esta vez en compañía del ex canciller Juan Gabriel Valdés, aprovechando que ambos estaban de visita en la ciudad norteamericana. Ya superadas las diferencias, entre quienes los conocen se asegura que uno de sus planes conjuntos futuros será entrar en el debate por la reforma a la Constitución, en el que comparten visiones radicales.
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