El retorno de Martín Lasarte a San Carlos de Apoquindo

El técnico uruguayo volverá a dirigir en la precordillera, su casa entre 2012 y 2013. En la UC hay aprecio y respeto por su trabajo, aunque, para él, no todos son buenos recuerdos




Hace exactamente 472 días, Martín Lasarte dirigió por última vez un partido en San Carlos de Apoquindo. Los recuerdos no deben ser lo mejores.

Aquella tarde, Universidad Católica igualó 1-1 con Deportes Iquique y, mediante lanzamientos penales, los nortinos se quedaron con la clasificación a Copa Libertadores. Era la final de la liguilla del Campeonato de Apertura, el 16 de diciembre de 2013. Ese día, eso sí, la cabeza de Machete ya estaba lejos de Las Condes.

El técnico uruguayo había dimitido cinco días antes, luego de caer en la final del torneo ante O'Higgins de Rancagua, equipo ante el cual acumuló su tercer subcampeonato al frente del cuadro cruzado -antes, había resignado el Torneo de Transición 2013 por diferencia de goles ante Unión Española y había caído en la definición de la Copa Chile ante la U-, por lo que su presencia en la banca estudiantil era fuerte, y a esas alturas insoportablemente, cuestionada.

"Entiendo a los hinchas y sus críticas. Siempre he aceptado las críticas de todos. Los buenos números no son suficientes. No hemos podido conseguir ningún título en esta institución, que era lo que veníamos a buscar. Lo más sensato es que dé un paso al costado", dijo el adiestrador oriental al anunciar públicamente su salida de la precordillera.

Sus últimos días al frente del equipo estudiantil no fueron tranquilos. Los constantes cuestionamientos y el escrutinio público al que lo sometió la parcialidad cruzada por los resultados que, pese a ser positivos, no valieron títulos para las vitrinas del club, terminaron por agobiarlo.

De hecho, durante sus últimas semanas como entrenador de la UC, el montevideano no salió de su departamento más que para dirigir las prácticas y los partidos. El resto del tiempo optó por la lectura y el cine, y por las reuniones privadas con amigos. El ambiente no daba para más y Lasarte optó por el ostracismo.

"Él siempre fue un señor. Muy educado, muy cordial. Siempre hizo su trabajo de manera muy profesional, pero al final tuvo que irse porque los resultados no acompañaron y la presión se hizo muy grande", dicen en la dirigencia estudiantil.

Mientras, un funcionario del cuadro cruzado agrega que "antes de irse no era el mismo. Durante gran parte de su paso por Católica siempre se mostró de la misma forma. Muy educado y cordial. Cercano a todo el mundo. Un tipo realmente agradable. Después, eso sí, cuando los resultados no se daban, tuvo un cambio notorio. Ya no sonreía como al principio y se notaba que le afectaba toda la presión de la gente y los medios".

Por su parte, el volante ofensivo Darío Bottinelli, titular en el actual plantel de Mario Salas, pero quien de todas maneras no coincidió con Lasarte en la UC, reconoció que "el plantel tiene un muy buen recuerdo de él. El grupo realmente lo aprecia mucho". Además, añadió que, pese a que el DT ahora dirige al archirrival, no se imagina un ambiente de hostilidad hacia el adiestrador: "Sinceramente creo que va a tener una buena recepción de parte de todos en el partido del domingo frente a la U".

De todas formas, el ambiente es imposible de prever. Sobre todo porque, luego de su salida de San Carlos de Apoquindo, pasaron apenas cinco meses antes de que se oficializara su llegada a la U, donde, además, no tuvo inconvenientes para conseguir aquello que le fue tan esquivo y por lo que terminó saliendo de la UC: un título.

Lasarte vuelve a la que fue su casa. Esta vez en la vereda opuesta y con ganas de arruinar la fiesta del pueblo cruzado.

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