El sueño peruano tuvo un inicio ideal

El ambiente que se vivía en el Estadio Municipal de La Pintana para el partido entre Gendarmería e Incas del Sur era el ideal para dar inicio al campeonato de la Tercera División B del fútbol chileno: familias, orden y los hinchas de ambos equipos alentando a sus escuadras. Todo era una fiesta.

Gendarmería llenó parte de las gradas gracias al apoyo de alrededor de 500 miembros de la institución. En tanto, Incas del Sur, a pesar de ser menos, se hacían sentir con sus cantos y banderas, todas ellas con los colores de Perú. Ambos equipos celebraban, además, estar debutando en la competición.

En la hinchada del cuadro peruano destacaba la figura del "jefe" de barra, Nicolás, de 13 años, quien junto a su amigo Yves -quien juega en las inferiores del club- eran los encargados de alentar al equipo.

"Con los peruanos somos como una familia", dice Yves, respecto a la amistad que hay con ellos.

A su lado, entre los cánticos de todos los hinchas del cuadro "incaico", está también José Vallejos, quien hace 16 años dejó Perú para venir a probar suerte en Chile. Hoy se desempeña como maestro de la construcción y su nexo con el país se hizo eterno: su hijo Juan, de 11 años, es chileno. Pero, a pesar de eso, José no esconde su impresión por estar viendo en Chile a un equipo que representa a Perú: "Es una emoción muy grande, llevo muchos años viviendo acá, pero como peruano me siento muy contento. Me da gusto ver a los muchachos representar a un equipo de Perú acá en este país", confiesa Vallejos.

Una idea que inició todo

Hace siete meses, en octubre de 2013, el Cónsul General de Perú en Santiago, Alejandro Riveros, tuvo la idea de crear un equipo que representara a la colonia peruana en Chile: "Hablé con el técnico Edgar Cornejo y le propuse crear un equipo de fútbol. Al comienzo parecía muy difícil, pero finalmente lo logramos y es un orgullo enorme", dice Riveros. Todo se concretaría después en enero, cuando el  equipo fue acreditado por la ANFA para jugar en la Tercera División B.

Entre las razones que llevaron a Riveros a crear esta institución está que, siendo la colonia peruana la más grande de Chile, ésta no tuviera un equipo que la representara. "Somos muchos peruanos los que estamos acá y ya existen equipos de colonias: la palestina, española y tenemos a Audax Italiano, pero no a un equipo peruano", dice Riveros, agregando que "otra cosa interesante era que en ciertos barrios de Santiago, como Recoleta e Independencia-en donde el club hace de local en el Estadio Municipal Juan Antonio Ríos- habían muchos niños que estaban metidos en drogas y alcohol y queríamos darles la oportunidad de jugar en un equipo que les obligara a tener metas y objetivos en los cuales enfocarse".

Eso sí, el Cónsul no se queda sólo en el debut, y sus ideales para este equipo son más grandes, ya que espera, en el mediano a largo plazo, posicionar a Incas del Sur en lo más alto del fútbol chileno: "La idea es que de acá a unos tres o cuatro años podamos llegar a la Primera División. Soñamos y creemos que podemos lograr eso", asegura Riveros, quien además es presidente honorario del club y que, por ahora, sólo puede jugar -por reglamento- con chilenos. Los jugadores extranjeros están en proceso de nacionalización para poder entrar al equipo.

Finalmente, suena el pitazo que decreta el término del encuentro. Victoria de 2-1 para Incas del Sur. Jugadores y cuerpo técnico se abrazan. Es el final, pero también es el inicio de una historia que ya se comenzó a escribir.