El Zuckerberg ruso que rivaliza con Putin

Fundador de VKontakte, la red social más grande de Rusia, y de la aplicación de mensajería instantánea Telegram, Pavel Durov, se vio obligado a partir al exilio tras sus desavenencias con Moscú. Con sólo 31 años, hoy es uno de los más fieros, pero también más discretos oponentes del líder del Kremlin.




Ha sido descrito como el equivalente ruso de Mark Zuckerberg. Pero a diferencia del fundador de Facebook, que adquirió parte de una isla hawaiana por US$ 100 millones, Pavel Durov no tiene propiedades. Y no precisamente por falta de dinero. Con una fortuna estimada en US$ 300 millones, el creador de VKontakte, la red social más grande de Rusia, y de la aplicación de mensajería instantánea Telegram, vive en el exilio, de país en país,  a raíz de sus desavenencias con el Kremlin. Con sólo 31 años de edad, este emprendedor y millonario se ha convertido en uno de los más fieros, pero también más discretos, opositores del Presidente Vladimir Putin.

Nacido en octubre de 1984, en San Petersburgo, Durov pasó la mayor parte de su niñez en Turín (Italia), debido a que su padre, un destacado doctor en filología, estaba empleado allí. Pero en 2001 retornó a Rusia, donde cinco años más tarde se licenció en filología por la Universidad estatal de San Petersburgo. Mientras se preparaba para ser intérprete y traductor creó una librería online para que sus compañeros compartieran apuntes y libros. Fue el inicio de Vkontake, que en 2007, un año después de su fundación, ya tenía tres millones de usuarios.

Pero pronto llegaron los problemas para la popular red social y su creador. En diciembre de 2011, después de unas polémicas elecciones parlamentarias, el gobierno le pidió a Durov que cerrara las páginas en VKontakte de políticos opositores, en especial la cuenta de Alexei Navalny, activista anticorrupción y opositor a Putin.

Pero Durov no sólo se negó, sino que respondió publicando en Twitter una fotografía de un perro con la lengua de fuera y usando una capucha. Su reacción sorprendió a muchos rusos e impulsó el apoyo a VKontakte.

Para 2013, el gobierno lo estaba presionando. Fue agresivamente perseguido por un supuesto choque que involucró a un agente de tráfico, del cual Durov dice que nunca sucedió. En momentos en que el Kremlin reforzaba su dominio sobre Internet, Durov se enteró que el 48% de VKontakte había sido vendido a aliados de Putin, pese a un requisito contractual que le daba derecho de un primer rechazo. En diciembre de ese año, asegura Fortune, el joven emprendedor se vio presionado a vender sus acciones restantes a un socio de Alisher Usmanov, un millonario leal a Putin que tiene el control de Mail.ru. Esta compañía ahora es dueña del 100% de VKontakte.

En 2014, en medio del conflicto entre Rusia y Ucrania por la península de Crimea, Durov nuevamente rehusó cumplir las órdenes de Moscú. Esta vez rechazó el pedido Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB, ex KGB) de entregar información personal -desde sus cuentas de VKontakte-de los organizadores del grupo Euromaidan, epicentro de la protesta proeuropea en Ucrania.

El 21 de abril de ese año fue despedido como director ejecutivo de VKontakte y, poco después, dejó Rusia. "Me temo que no va haber vuelta atrás. No después de que me he negado públicamente a cooperar con las autoridades", confió a TechCrunch, sitio especializado en información sobre el sector tecnológico.  Un año antes de dejar su país, Durov había lanzado Telegram, una aplicación de mensajería instantánea que creó "para poder comunicarme con mi hermano y las personas de mi entorno sin miedo a que me espíen", según declaró al diario El País.  Concebido para proteger a sus usuarios del control de las autoridades gracias a un sistema de encriptado, Telegram pronto fue objeto de críticas. Esto debido a que la aplicación se reveló como una formidable herramienta para los terroristas, que supuestamente se habrían comunicado con total impunidad a través de Telegram antes de los atentados de noviembre de 2015 en París.

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