En Chile el rescate de los mineros tomará meses

''Estamos bien en el refugio los 33'', decía un mensaje escrito con tinta roja sobre un papel que fue amarrado a una de las sondas que intentaba establecer contacto con los 33 mineros que, desde hace más de dos semanas, se encuentran a unos 700 metros de profundidad tras un derrumbe en la mina de oro y cobre San José, en el norte de Chile.




Esas siete palabras confirmaban en la tarde del domingo que todos los mineros desaparecidos aún respiran y esperan ser rescatados desde la profundidad de la tierra.

Este lunes, los equipos de rescate planean enviar agua, suero, oxígeno y medicamentos a los sobrevivientes del derrumbe ocurrido el 5 de agosto en la región de Atacama, unos 900 kilómetros al norte de la capital, Santiago.

"Es un milagro, ha ocurrido un milagro", gritaban algunos de los familiares, que recibieron la noticia con lágrimas y abrazos en el campamento Esperanza, que fue creado en las cercanías de la mina.

OPERACION DE RESCATE
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, confirmó el éxito de la búsqueda frente a las cámaras de televisión que transmitían en vivo el desarrollo de los acontecimientos. "Chile entero está llorando de alegría y emoción", dijo el mandatario.

Cientos de personas se lanzaron a las calles con banderas chilenas para celebrar la noticia en varias ciudades del país y en la red social Twitter una de las frases más utilizadas en el nivel internacional fue "mineros vivos".

Tras las celebraciones, autoridades y expertos comenzaron a planificar la operación de rescate de los trabajadores, la cual va a requerir una amplia perforación de las rocas con el fin de habilitar un camino de salida de los mineros.

"El rescate final será dentro de tres a cuatro meses", dijo André Sougarret, coordinador de las labores.

Uno de los dueños del yacimiento San José, Alejandro Bohn, afirmó que esperaba los resultados de la investigación en curso: "No es el momento de asumir culpas ni perdones".



¿QUIEN ES RESPONSABLE?
El fiscal regional de Atacama, Héctor Mella, anunció que los dueños de la minera San José, Bohn y Marcelo Kemeny, serán interrogados en el proceso legal que busca esclarecer los hechos.

Por otra parte, la Comisión investigadora sobre Seguridad en Faenas Mineras de la Cámara de Diputados continúa avanzando en la recolección de antecedentes y declaraciones vinculadas con este caso.

En los últimos días se han producido acusaciones cruzadas entre distintos sectores e individuos que intentan eximirse de cualquier cuota de responsabilidad frente al accidente y prefieren señalar con el dedo hacia el lado.

Algunas de las críticas sostienen que la responsabilidad directa es de los dueños del yacimiento, porque presuntamente no cumplían con las medidas de seguridad requeridas para la operación de la mina.

MINA CLAUSURADA

Otras insisten en que la mayor responsabilidad corresponde a las autoridades que permitieron la reapertura de una mina que había sido clausurada en 2007 y que no fiscalizaron su posterior funcionamiento.

Unos ponen la mira en el Servicio Nacional de Geología y Minería, Sernageomin, mientras que otros critican a las actuales autoridades del Ministerio del Trabajo por no intervenir en momentos en que existía un informe que señalaba las malas condiciones de seguridad del yacimiento.

El gobierno anunció una revisión de las leyes que regulan el sector, mientras que expertos indican que las condiciones de trabajo en San José se repiten en muchas de los socavones de la pequeña y mediana minería en Chile.

En los próximos días podría producirse una avalancha de recursos legales para que se investiguen las circunstancias y responsabilidades de un hecho que mantuvo a gran parte del país bajo la más completa incertidumbre y que ahora espera que los 33 hombres sean rescatados lo antes posible.

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