Encuentran restos de más de 80 niños indígenas sacrificados en Perú

<font face="tahoma, arial, helvetica, sans-serif"><span style="font-size: 12px;">Restos de la cultura Muchik datan desde hace más de mil años y están momificados.</span></font>




Un equipo de arqueólogos halló los esqueletos de decenas de niños sacrificados hace más de mil años en el norte de Perú.

El líder de la investigación, el antropólogo Haagen Klaus, de la Utah Valley University, en Estados Unidos, cree que los restos encontrados en el Cerro Cerillos, en la región de Lambayeque, podrían ser la evidencia más temprana del sacrificio ritual de niños en la región andina de América del Sur.

Los restos momificados -más de 80- muestran que los niños fueron drogados con plantas alucinógenas como parte del ritual. También, en algunos casos, les ataron las manos y los pies.

Es posible también, que el sacrificio incluyera la remoción del corazón.

El hallazgo sorprendió a los científicos que buscan entender por qué los antiguos Muchik llevaban a cabo estos rituales brutales. "Es tanto más de lo que se necesita para matar a una persona. La verdad que (lo que vimos) te eriza la piel", señaló Klaus. "Pero estamos tratando de entender la situación bajo sus parámetros, y no bajo los nuestros", añadió el investigador.

Según los expertos, los niños eran considerados en las culturas andinas como un medio de comunicación con lo sobrenatural.

Momias

Estudios iniciales demostraron que los cuerpos sacrificados de los niños fueron colocados primero en el desierto durante un mes para que se momificaran. Junto a los cuerpos se encontraron además restos de llamas, lo cual indica que estos animales fueron sacrificados bajo la creencia de que servirían de alimento para los niños en el más allá.

Se cree que los Muchik ocuparon el desierto en la costa norte de Perú entre los años 900 y 1100 después de Cristo.

Esta civilización siguió a la de los Moche (o Mochica), una de las culturas preincaicas más sofisticadas y dominantes de Perú que también llevaba a cabo sacrificios humanos. Sin embargo, los rituales moche tenían como víctimas a prisioneros de guerra.

En opinión de los científicos, los Muchik eran unas de las pocas comunidades que sacrificaban menores de edad.

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