"Está muy bien no hacer el mal, pero está muy mal no hacer el bien"
Durante la eucaristía, el Papa Francisco recordó parte de los mensajes de San Alberto Hurtado .
Aludiendo a las tragedias producto de los desastres naturales en Chile, el Papa Francisco entregó ayer su mensaje en la misa realizada a las 10.20 de la mañana en la elipse del Parque O'Higgins.
Durante 10 minutos que duró la homilía -uno de los segmentos del evento-, el Pontífice dijo que "las bienaventuranzas nacen (...) de hombres y mujeres que saben de sufrimientos; que conocen el desconcierto y el dolor que se genera cuando 'se te mueve el piso' o 'se inundan los sueños' y el trabajo de toda una vida se viene abajo; pero más saben de tesón y de lucha para salir adelante; más saben de reconstrucción y de volver a empezar". Sus palabras provocaron aplausos y la ovación de las personas que presenciaron la misa, que en total se prolongó durante una hora y 15 minutos.
La máxima autoridad de la Iglesia siguió con su prédica apuntando específicamente a la fuerza de los chilenos para enfrentar los problemas. "Cuánto conoce el corazón chileno de reconstrucciones y de volver a empezar. Cuánto conocen ustedes de levantarse después de tantos derrumbes. A ese corazón apela Jesús. Para ese corazón son las bienaventuranzas", comentó.
En ese sentido, dijo que "las bienaventuranzas no nacen de una actitud pasiva frente a la realidad, tampoco pueden nacer de un espectador que se vuelve un triste autor de estadísticas de lo que acontece, no nacen de los profetas de desventuras (...), tampoco de espejismos que nos prometen la felicidad con un click en un abrir y cerrar de ojos".
En la misma homilía, el Papa entregó un mensaje sobre la importancia de la construcción de la justicia como base para la paz. "Sembrar la paz a golpe de proximidad, de vecindad, a golpe de salir de casa y mirar rostros, de ir al encuentro de aquel que lo está pasando mal", señaló.
También citó a dos religiosos chilenos. Uno fue el Padre Alberto Hurtado, de quien ocupó la frase "está muy bien no hacer el mal, pero está muy mal no hacer el bien". Asimismo, también aludió a una cita del cardenal Raúl Silva Henríquez: "Exige que cada hombre sea tratado como hombre". Entre otras señales que hizo a la historia religiosa de Chile, al principio de la ceremonia se acercó a una estatua de la Virgen del Carmen, y casi al término de la misa le puso una corona e hizo una bendición. Además, mencionó a "la Virgen Inmaculada que desde el cerro San Cristóbal ilumina la ciudad".
Casi al final de la misa, poco antes de que comenzara la comunión, un grupo de niños, además de personas pertenecientes a pueblos originarios, subió al escenario a saludar al Papa.
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