Estado Islámico resiste seis meses de bombardeos y amplía frente a Libia
El grupo del "califa" Abu Bakr al Baghdadi ha consolidado su control de Raqqa, en Siria, y la provincia de Anbar, en Irak.
Después de seis meses de bombardeos de la alianza que lidera Estados Unidos, los yihadistas del Estado Islámico (EI) no dan señales de ceder. Junto con mantener el control de importantes zonas en Siria e Irak, el grupo comandado por el "califa" Abu Bakr al Baghdadi se ha expandido a otros países musulmanes como Argelia, Egipto y Libia, donde grupos locales han jurado lealtad a su líder.
A mediados de noviembre, el jefe del Estado Mayor Conjunto de las FF.AA. estadounidenses, general Martin Demsey, aseguró ante los militares destinados en Irak que la batalla contra el EI está "empezando a girar", aunque admitió que el conflicto durará varios años. En ese sentido, un informe del Consejo de Seguridad de la ONU advirtió que el EI tiene suficientes armas y artillería para mantener el combate durante dos años.
Los temores del Pentágono ya habían sido enunciados en agosto por el general retirado y asesor militar estadounidense William Mayville, quien dijo que los ataques contra los yihadistas "no logran afectar las capacidades generales del grupo o a sus operaciones en otras áreas de Irak y Siria".
Según destacó el diario español ABC, la alianza ha sido incapaz hasta ahora de mover las fronteras del califato que se mantiene al este de Siria, con Raqqa como su punto clave, y norte y oeste de Irak, donde durante las últimas semanas el grupo ha consolidado el control de la provincia de Anbar y día a día avanza en la implantación del islam más extremista en grandes núcleos urbanos como Mosul, la segunda ciudad del país.
En territorio sirio, en tanto, los yihadistas mantienen la lucha por Kobani, ciudad fronteriza con Turquía, donde, después de más de 60 días de asedio, han decidido recurrir a los ataques suicidas para doblegar la resistencia kurda. En su intento por extender el califato islámico, el EI se apoderó incluso de la ciudad costera de Derna, en Libia, una localidad de unos 100.000 habitantes no lejos de la frontera con Egipto y a unos 320 km de las costas del sur de la Unión Europea. Los combatientes están aprovechando el caos político para extender rápidamente su presencia hacia el oeste a lo largo de la costa, según fuentes libias de CNN.
"Al día de hoy, Derna se ve igual que Raqqa, la ciudad en donde el EI tiene su cuartel general en Siria", dijo a la cadena norteamericana Noman Benotman, ex yihadista libio que ahora trabaja en contraterrorismo en la Quilliam Foundation. "Las milicias extremistas que controlan Derna han desatado un reino de terror contra los habitantes de la ciudad", denunció Human Rights Watch, que informó de ejecuciones sumarias y flagelaciones diarias cometidas por los yihadistas.
Peter Bergen, analista de seguridad nacional de CNN, destacó que el EI controla el territorio dentro de una franja de 644 km, desde Aleppo, en el oeste de Siria, hasta Faluja, en el este, cerca de Bagdad, mientras que alrededor de una docena de organizaciones terroristas afiliadas se extienden desde la costa norte de Africa hasta las montañas del Hindú Kush, en Pakistán.
Ante el avance de los yihadistas, las ricas monarquías petroleras del Golfo Pérsico decidieron reunir sus propias tropas bajo un comando unificado -con sede en Arabia Saudita- para enfrentar al EI, cada vez más percibido como una amenaza también para su propia seguridad, según informó el Financial Times.
Mientras el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, convocó para hoy en Bruselas a una reunión de cancilleres de la coalición anti-Estado Islámico, el canal Al Arabiya informó ayer que la segunda esposa de Al Baghdadi -identificada como Saja Al Dulaimi- y un hijo fueron arrestados por el Ejército libanés en la frontera entre Líbano y Siria. Según Reuters, el arresto podría ser utilizado como herramienta de canje frente a su grupo, que ha capturado a varios occidentales.
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