Estadounidense Kraft aumentará sus productos para mercados emergentes

Kraft Foods, la mayor compañía de confites del mundo tras la compra de Cadbury, empezará a producir bebidas, chicles y chocolates el año próximo en una nueva fábrica de US$50 millones en Brasil, para alimentar una expansión en los mercados en vías de desarrollo, que crecen más rápidamente.

La medida forma parte de la estrategia de la jefa ejecutiva Irene Rosenfeld de usar la fuerza de Cadbury en esas regiones y probarles a los inversionistas que la fusión tiene sentido. Kraft obtiene ahora cerca de una cuarta parte de su importe de ventas de unos US$50.000 millones de los mercados emergentes debido a Cadbury.

Rosenfeld ha pasado una buena parte de este año desde la adquisición de US$21.600 millones viajando por el mundo -a Zúrich hace dos semanas, a Singapur esta semana, a Inglaterra el mes próximo- para explicar su estrategia. Las actividades en los países en vías de desarrollo probarán ser decisivas conforme ella trata de compensar el estancamiento del crecimiento de las ventas en América del Norte.

"No hay descanso para el extenuado", dijo Rosenfeld en una entrevista en la jefatura de Kraft en Northfield, estado de Illinois, la semana pasada. "Tenemos mucho que hacer. Sentamos una estrategia hace cuatro años para la recuperación de esta compañía, y Cadbury es la última pieza del rompecabezas".

La fábrica brasileña, en el estado nordeste de Pernambuco, empleará 600 personas y puede que a la larga produzca gomas de mascar Trident, marca de Cadbury cuyas ventas brasileñas han aumentado un 30% este año, dijo el director general de Kraft Brazil, Marcos Grasso, en una entrevista.

En Brasil, Rusia y China, Rosenfeld planea canalizar la goma de mascar Trident de Cadbury por los sistemas actuales de distribución y fabricación de Kraft. En la India y México, dice Rosenfeld, la estrategia es vender las galletas Oreo y el chocolate Lacta de Kraft por la red de Cadbury de tiendas pequeñas de propietarios independientes.