Estudio sobre cierre de colegios alerta sobre efecto en aumento de repitencia
Análisis que afirma que 3.000 colegios han cerrado en últimos 15 años, arroja que cierres aumentan en 40% la probabilidad de repetir.
En plena interpelación al ministro de Educación en el Congreso, Nicolás Eyzaguirre, el titular de la cartera, adelantó los resultados de un estudio que mostraba el cierre de casi 3.000 colegios en los últimos 15 años.
La cifra llamó la atención no sólo de los medios de comunicación, sino que también de algunos expertos y parlamentarios que cuestionaron el indicador.
El mismo estudio, además, arroja otras conclusiones, incluyendo que esta salida de establecimientos del sistema incrementa en un 40% la probabilidad de que un alumno afectado repita de curso.
Los principales cuestionamientos al informe es que era impreciso y que sus datos estaban errados.
A 10 días de la interpelación, los cuatro autores del estudio, tres académicos e investigadores de la U. de Chile, Alejandra Mizala, Daniel Hojman y Nicolás Grau, junto a Cristián Labra, autor de la tesis que dio origen a la investigación, salen a defender el análisis que comenzó como una tesis en 2012 y que hace días se convirtió en uno de los principales argumentos para defender el proyecto de ley que pone fin al lucro, copago y selección, que se discute en el Senado.
Uno de los cuestionamientos contra el estudio era que la metodología estaba errada. Los expertos defienden su método. "Si es que hubiésemos utilizado sólo la base de directorio (de establecimientos) los errores serían enormes, pero no fue así", dice Hojman.
Tampoco, insisten, se utilizó el registro nacional de la prueba Simce. Mizala defiende el análisis y dice que "esta no es la primera vez que tomamos una base. Si hubiésemos trabajado con el Simce hubiésemos cometido errores, pero no lo hicimos porque, de partida, el Simce no publica los resultados de todos los establecimientos, ya que si tienen muy pocos alumnos o faltaron muchos alumnos, no se considera".
El estudio de los expertos abarcó desde 1994 a 2012, y se analizó anualmente el número de colegios (con enseñanza parvularia, básica y media) que salían del sistema educacional (que cerraban y dejaban el rubro), versus el número de recintos que entraban. El resultado fue que a la fecha han cerrado 2.822 recintos de todas las dependencias (ver infografía).
Para llegar a esta conclusión, los académicos cruzaron los datos del directorio de establecimientos y los contrastaron con la base de datos administrativos del Ministerio de Educación, que recauda el cierre de colegios informados por los mismos sostenedores al Mineduc. Tras esto, se comprobó, colegio por colegio, que tal cierre fuese efectivo, comparando el rut del establecimiento y la dirección del domicilio registrada.
En esta última etapa, dice Mizala, "quisimos estar seguros de que son cerrados cerrados, no falsos cierres porque se cambio de nombre o por fusión o cambio de dirección".
Detalles de cierres
Según el estudio, que comenzó a ser trabajado desde 2012, a la fecha se han cerrado casi tres mil recintos. Se trata de establecimientos que al momento del cierre contaban, en promedio, con casi 100 alumnos y que pertenecen a los niveles socioeconómicos más bajos. Del total, casi la mitad (1.179) son establecimientos municipales.
La relación baja matrícula y cierre es de todo sentido, a juicio de la investigadora del CIAE de la U. de Chile. "El sistema de financiamiento que nosotros tenemos en la educación es por alumnos que asiste. Si tu pierdes estudiantes, no hay financiamiento base. (…) Si vas perdiendo estudiantes o si nunca lograste aumentar el número de ellos, lo que va a pasar es que no te financies, porque hay un cuerpo de profesores que pagar, insumos escolares que proveer".
La configuración actual del sistema educativo funciona como cualquier mercado, según los expertos. En esa lógica, señalan, el mercado se va ajustando a sí mismo. "Estamos hablando de que los colegios son equivalentes a una industria mediana o pequeña. Y hay por lo menos una tasa anual de 1,1 % de salida y entrada de colegios". Por ejemplo, en 2012 se cerraron 161 colegios, mientras que la apertura de nuevos llegó a 333.
Para Hojman, la dinámica del sistema, que depende esencialmente de la matrícula de los alumnos, es perjudicial. "Uno debería avanzar, entonces, a un sistema que tenga mayor continuidad de la oferta educativa. (…) y avanzar hacia sistemas de aseguramiento de la calidad que no van por este lado, por estos mecanismos de mercado que pueden ser costosos e inefectivos (…). La reforma está apuntando directamente al tema de la calidad, por un monitoreo más complejo".
El economista de la U. de Chile agregó que "distintas agrupaciones de sostenedores dicen cosas como el cierre masivo de colegios, pero lo que queda claro es que ha sido un elemento sistemático de este modelo y lo que uno debiese querer, independientemente de esos temas de transición, es continuidad".
Repitencia
Del mismo estudio, los autores rescataron otros resultados. Uno de ellos, es que el cierre de un colegio no sólo conlleva pérdidas monetarias para los dueños y para el Estado, sino que también trae un perjuicio directo a los alumnos obligados a cambiarse.
"Comparando a los estudiantes de igual desempeño académico y controlando por colegio de llegada, el hecho de que un establecimiento cierre aumenta en dos puntos porcentuales la probabilidad de repitencia en esos niños", explica Grau. Dado que la tasa de repitencia anual promedio del país es del orden del 5%, para aquellos estudiantes que se enfrentan a un cierre, la tasa aumenta a 7%. "Esa diferencia equivale a un 40% de aumento en la probabilidad de repetir", explica Hojman. Es decir, estos niños tienen más riesgo de tener un mal desempeño por el cambio involuntario de recinto.
Los estudios internacionales arrojan que la experiencia de cambiarse de colegio, por cualquier razón, ya significa un trauma para los niños. "Hay un cierto nivel de estrés que sufren cuando se cambian, aún cuando no vengan de un colegio que cerró", dice Mizala.
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