Ex rector de la Universidad del Mar: "A los alumnos afectados pido perdón por los errores involuntarios"
Héctor Zúñiga, uno de los ex controladores de la Universidad del Mar, analizó el cierre de la investigación por lucro con la ex casa de estudios. Acusó que se malinterpretaron los hechos y apuntó a los dirigentes estudiantiles.
En Viña del Mar se cerró la última investigación ligada a los presuntos delitos económicos que rondaban a la Universidad del Mar (UDM). Esto, luego de que la fiscalía manifestara su decisión de no perseverar con la indagatoria por no reunir antecedentes que fundaran una acusación contra los ex controladores del plantel, entre ellos Héctor Zúñiga, ex rector de la casa de estudios, quien junto con pedir perdón a los alumnos afectados, acusó una tergiversación de los hechos que salieron a la luz en el año 2012.
¿Qué le pareció el cierre de la causa?
La verdad siempre triunfa, y esto certifica que lo que se había empezado a decir sobre la Universidad del Mar y sus fundadores carecía de fundamento. Lo he tomado con mucha tranquilidad, lo esperaba hace tiempo y agradezco a Dios que se hayan puesto las cosas en su lugar (...). El Fisco gastó $ 40 mil millones para que los estudiantes fueran a otras universidades, pero los acogieron en aulas distintas de los alumnos regulares, con los mismos profesores y programas de la UDM. Entonces, la universidad pudo haber funcionado si el Fisco hubiera pasado la décima parte de lo que gastó para que los estudiantes pagaran sus deudas, legítimamente merecidas, por el servicio que se estaba dando.
La ministra de Educación (Adriana Delpiano) dijo que aunque la justicia no haya encontrado pruebas suficientes, no le quita responsabilidad a la universidad de lo que pasó...
Si revisa el expediente del cierre de la universidad, se dará cuenta de que no hay una fundamentación jurídica sólida. Lo que pasó fue que encontraron un chivo expiatorio y todo el proceso demostró que esto era una pésima decisión. Se generó una situación que redundó en irregularidades que dieron margen a que la prensa tomara información fragmentada, concluyendo en una posverdad que hizo un escarnio de mi persona.
¿Cuál sería la información que se malinterpretó?
El 90% de los alumnos era proveniente de la educación pública y dejaron de pagar cuando se les dijo que todos los controladores de las universidades eran ladrones. Eso fue el germen de la situación deficitaria. Se ignoró el proyecto educativo, que era un aporte a la sociedad porque tomaba en cuenta los déficit cognitivos que los alumnos traían. Ese modelo permitía dar el salto y hacer profesionales con alumnos que tenían 450 puntos.
¿En qué cree que se equivocó usted?
En no haber tenido soporte profesional en comunicaciones. En la expansión de la universidad, tuvimos 12 sedes y llegamos a ser la tercera universidad del país, con 26 mil alumnos, mientras que la Universidad Católica tenía 24 mil. Obviamente, eso pudo haberse hecho con mayor acuciosidad como proyecto educativo. El crecimiento acelerado siempre tiene efectos.
¿Responsabiliza a alguien más de lo que pasó?
Por la denuncia de cohecho, tiene la responsabilidad un profesor que hizo una denuncia malintencionada, provocando un estallido de falsedades, demostrando que nunca hubo tal delito, porque la acreditación de la universidad fue limpia. No obstante, yo recibí una sanción porque me autocondené, ya que se me puso en un sistema que me presionó para aceptar una negociación. Esto, porque la fiscalía lo que busca es que no haya juicio, sino que haya negociación. Respecto de los alumnos, la responsabilidad es de dirigentes estudiantiles que agitaron las situaciones para producir lo que pasó del punto de vista comunicacional.
¿Qué les diría a los estudiantes?
Respecto de los alumnos afectados, que no son los dirigentes, ni los que gritan en la calle, les pido perdón por lo que involuntariamente pudo haberse transformado en errores que generaron trastornos familiares importantes. Esos alumnos son los menos, específicamente de Medicina, porque la UDM tenía un sistema pedagógico sin equivalente en Chile, por lo tanto, tuvieron que empezar sus carreras de nuevo. Esos son los alumnos que resultaron realmente dañados. El resto, en general, son profesionales muy agradecidos de lo que hizo la universidad por ellos.
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