El éxodo de las empresas catalanas

Cataluña

En estricto rigor, la independencia de Cataluña no significaría solamente su separación de España, sino también de la Unión Europea (UE). Este punto, junto con la total incertidumbre jurídica y regulatoria en la que quedaría la hasta ahora Comunidad Autónoma española, ha sido el desencadenante de que las empresas grandes de la zona estén huyendo en masa hacia el resto del país. Ayer sábado, la última en anunciar su salida fue Aguas de Barcelona.




De acuerdo a un ranking elaborado por el diario español Expansión, la Comunidad Autónoma de Cataluña cuenta con más de cien empresas que facturan más de 200 mil millones de euros. Si bien es cierto en los últimos meses ha habido una tendencia creciente de empresas con sede en dicha región de reubicarse en otros lugares, la posible Declaración Unilateral de Independencia (DUI) que pretende realizar el gobierno catalán amenaza con disparar ese proceso, especialmente luego de que el gobierno central español aprobara un decreto para agilizar su salida de la zona, con lo cual no es necesario que las sociedades anónimas convoquen a junta de accionistas para votar el cambio del domicilio social (lugar donde se tributa), sino que basta con la aprobación del directorio.

Y es que a los inversionistas de las firmas catalanas (o con sede en Cataluña), que por cierto son tanto locales como foráneos, no parece importarles tanto el conflicto político como la incertidumbre económica y regulatoria que, desde ya, genera la posible secesión de Cataluña, aún antes de "concretarse" de facto.

Bancos, los primeros en reaccionar

Se ha destacado bastante el peso que tiene Cataluña en la economía española, a la que aporta, según estadísticas oficiales, el 19% del PIB total del país. Sin embargo, al no tener un banco emisor ni una moneda propia (a diferencia del Reino Unido), tanto Cataluña como España se hacen bastante más "dependientes" de la zona euro y el Banco Central Europeo (BCE).

Los primeros en hacer notar esto fueron las entidades financieras catalanas, de las cuales Banco Sabadell y CaixaBank son las más importantes, y ya tomaron la decisión de abandonar Cataluña. La primera cambiará su domicilio social a Madrid y la segunda, a Valencia.

El problema para los bancos catalanes es que sus depósitos están garantizados en euros, cuyo banco emisor es el BCE -dependiente de la Unión Europea-, que a su vez ya ha señalado que no va a garantizar recursos captados en una jurisdicción a la que no reconocerá. De hecho, de acuerdo a la prensa local, catalanes favorables y contrarios a la secesión han tenido un punto en común en las últimas semanas: retirar sus fondos de los bancos locales.

Por otra parte, el gobierno que "de facto" asumiría las riendas de Cataluña no ha establecido un fondo de garantía propio, y en estricto rigor tampoco podría hacerlo: de acuerdo al medio británico Financial Times, los activos totales ponderados por riesgo de CaixaBank y Sabadell superan todo el PIB de Cataluña. En términos simples, esto quiere decir que la gran parte de sus recursos son obtenidos fuera de la región y que ésta, en realidad, es demasiado pequeña para mantener por sí sola al sistema financiero que, al menos hasta la semana pasada, tenía su sede en las calles de Barcelona.

Ambas entidades siguen complicadas, a pesar de haberse trasladado. De acuerdo al análisis de Financial Times, "la reubicación suavizaría el golpe para ambas entidades, pero no lo desviaría". Por razones parecidas, el ya afectado sector inmobiliario también estaría experimentando problemas por el menor acceso a financiamiento.

Otros sectores

La salida neta de empresas de Cataluña es un fenómeno que se ha estado dando desde hace un tiempo. Según informa Expansión, en el segundo trimestre del año, 209 compañías trasladaron su domicilio social a otra región del territorio español, mientras que solo 131 se instalaron allí.

El asunto es que, tras el referéndum del 1 de octubre, el proceso comenzó a acelerarse con las empresas más grandes. La biotecnológica Oryzon Genomics fue quien dio el primer paso y anunció el martes, al cierre del mercado, que trasladaba su domicilio social a Madrid. El mercado reaccionó con satisfacción al anuncio y sus acciones tuvieron un alza del 13% al día siguiente. Le siguió Proclinics, que el miércoles anunció su traslado a Zaragoza.

Dentro del rubro salud, las farmacéuticas Almirall e Indukern, por el momento, han manifestado su "preocupación" por la situación imperante. En el caso de Grifols, cuyo director ejecutivo, Víctor Grifols, es un conocido "nacionalista", no ha habido por el momento un pronunciamiento oficial. Al respecto, no se puede olvidar que, tras el Brexit, España está postulando a Barcelona como nueva sede para la Agencia de Medicamentos Europea (EMA por sus siglas en inglés). Precisamente, el viernes, en medio de la inminente "secesión" catalana, España oficializó la postulación de Barcelona, que de ser exitosa, traería grandes beneficios para dicha industria.

Pero, en general, las empresas catalanas que se están retirando evitan emitir una opinión sobre la política española e intentan dar otras razones formales para explicar su retiro, o simplemente evitan darlas.

Una excepción a la regla es Codorníu, la empresa familiar más antigua de España, que ha señalado públicamente que no quiere ser asociada al movimiento independentista y que se declara una entidad "catalana y española". De momento, la entidad solo ha manifestado su preocupación por el escenario.

La industria automotriz, en cambio, ha sido más reticente al retiro. En el caso de las sedes locales de Nissan, Iberia y Tesla, no se han pronunciado. Seat, en tanto, salió públicamente a desmentir un retiro señalando que tal idea era, de momento, "solo un rumor". El tema es que la entidad es propiedad de la alemana Wolkswagen, y Alemania es, para muchos, la verdadera cabeza de la Unión Europea, y ha insinuado que sus empresas saldrían de la Comunidad de continuar el desorden.

Institucionalidad

El pasado viernes, Fitch Ratings mencionó en un informe a Gas Natural Fenosa y la empresa de telecomunicaciones Cellnex como las dos empresas españolas que se verían más afectadas por una secesión, ya que justamente tienen (o tenían) su sede en la región, y podrían enfrentarse a nuevas regulaciones.

Siguiendo esa línea, Gas Natural Fenosa, que tiene presencia en Chile a través de CGE, anunció el viernes su retiro "temporal" a Madrid. En un comunicado oficial, la entidad indicó que "ante la situación política y social que está viviendo las últimas semanas Cataluña y debido a la inseguridad jurídica que ello genera, el Consejo de Administración de la compañía ha acordado, en tanto se mantenga esta situación, el traslado temporal de su sede social a las actuales oficinas corporativas en Madrid". En Chile, la decisión no tendría mayores repercusiones.

Otra empresa con presencia en Chile es Aguas de Barcelona (Agbar) la que anunció ayer sábado que cambiará a Madrid su domicilio social.

Entre las empresas grandes que, hasta el cierre de esta edición, se encuentran "estudiando" la opción de cambiar su sede en caso de la Declaración Unilateral de Independencia (DUI), se encuentran Abertis, Catalana Occidente, FCC, Inmobiliaria Colonial, Renta Corporación y la bodeguera Freixenet, Codorníu, Bayer, Lidl, entre otras.

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