Experto dice que sin presencia de militares colombianos "no es posible" negociar desmovilización de las FARC

Profesor titular de Ciencia Política y Relaciones Internacionales en la Universidad del Rosario, el analista colombiano Vicente Torrijos además es uno de los 12 miembros del mundo académico e intelectual que integran la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, creada en agosto del año pasado para establecer los orígenes y las causas del conflicto armado en Colombia, los responsables y los impactos que ha tenido en la población civil.

En esta entrevista con La Tercera, Torrijos analiza la decisión del Presidente Juan Manuel Santos de enviar a seis altos cargos militares a La Habana para negociar un cese el fuego definitivo con la guerrilla de las Farc.

¿Qué señal busca dar Santos al incluir por primera vez a las Fuerzas Armadas en las negociaciones de un cese el fuego definitivo?

Los generales no negocian. Desarrollan una misión técnica como insumo para los negociadores frente a un tema espinoso, el de la desmovilización y el desarme de la guerrilla. Sin los militares en "el cuarto del lado" no es posible tratar este asunto.

Hasta ahora Santos se oponía a una tregua bilateral antes de que se firmaran los acuerdos de paz. ¿Hubo un cambio de opinión del Presidente al respecto? ¿A qué se debió?

Las Farc no van a desmovilizarse, concentrarse en áreas geográficas y entregar las armas, como ha sucedido con otras guerrillas cuando están relativamente derrotadas.  Por el contrario, el diálogo gira en torno a la idea del "desescalamiento", o sea, medidas para la distensión en territorios específicos. No es un cese bilateral del fuego sino "microtreguas" en escenarios locales. Y ese es un campo que solo los militares manejan detalladamente.

A su juicio, ¿en qué fase de la negociación se está ahora? ¿Ya se entró en la recta final?

La negociación ha entrado en los problemas de fondo que han estado en el congelador desde hace dos años: despejar si la guerrilla entrega o no entrega las armas, va o no va a la cárcel, repara o no repara a las víctimas, renuncia o no renuncia a la violencia. Pero no se trata de una rendición porque las Farc son muy poderosas tanto económica como militarmente. Santos ha cedido demasiado y no quiere caer en la trampa fenomenal de paralizar a las Fuerzas Armadas aceptando un cese bilateral del fuego ahora mismo. Por eso los generales van a La Habana. Para que Santos no cometa errores fatales para la democracia.