Federación de Gimnasia impone "ley mordaza" a sus deportistas

La FEDEGICHI obliga a sus gimnastas a firmar un documento que les impide expresar disconformidad alguna, bajo la amenaza de exclusión.




Este sábado comienzan el proceso de clasificación para algunos de los más importantes campeonatos de gimnasia destacados en el calendario. Chile cuenta con seis cupos para el Pre Panamericano de Toronto, en Cánada (fines de agosto), y el Campeonato Mundial, a realizarse en septiembre, en la ciudad de Nanning, China, que serán repartidos en un control selectivo, organizado por la Federación Deportiva de Gimnasia de Chile (FEDEGICHI).

Sin embargo, cuando los deportistas debieran estar sumidos en su preparación integral para conseguir el cupo que les permita representar al país en una competencia internacional, un tema desvía totalmente su atención por el verdadero escándalo que representa. 

Sucede que las gimnastas de la FEDEGICHI, específicamente quienes se desempeñan en la rama artística, y que destacaron tras su participación en los ODESUR 2014, recibieron ayer una carta que cambiaba de manera drástica las reglas del juego. La órden era clara: si existe el deseo de participar en los futuros eventos de la disciplina, la misiva debe ser firmada y entregada de vuelta al organismo. De lo contrario, duras sanciones. Una situación que más allá de ser irregular, atenta de frente contra la libertad de expresión.

La carta, que detalla el nuevo "Reglamento deportivo" de la Federación, explica, básicamente, que el asociado no puede, bajo ninguna circunstancia y a través de ninguna plataforma, revelar algún tipo de información que pueda atentar contra el nombre de la Federación. El documento refiere a esto en su tercer apartado, de las "obligaciones del deportista representado", en el que se exige "mantener probidad con respecto a toda la información que le sea proporcionada, lo cual involucra las acciones de difundir información a través de medios escritos, electrónicos, televisados, radiales y redes sociales".

Esta instrucción, que también corre para los entrenadores personales de los deportistas, es la que genera mayor aversión dentro del círculo, que acusa, sin ir más lejos, una falta clara a los derechos fundamentales. Voces desde el interior fustigan: "Este punto impide a un deportista expresar la disconformidad que pueda tener con la federación y su proceso clasificatorio para el campeonato Panamericano, Mundial y eventos futuros".

Y en caso de no avalar este nuevo reglamento, desarrollado de manera unidireccional, habrá severas consecuencias. En el sexto punto de la carta se lee que cuando el deportista o su entrenador incurran en la falta a alguna de las obligaciones, "la Federación queda facultada para excluirlos del campeonato y cualquier otra actividad futura, sin consideración de posibles atenuantes ni mediaciones en las que puedan incurrir el deportista, el entrenador o terceros". En otras palabras, basta con expresar el parecer respecto a una situación para ser excluido del equipo nacional y de eventos futuros.

Son las trabas y amenazas que impone la FEDEGICHI a un grupo de deportistas que tan sólo en los pasados Juegos Suramericanos convocaron la expectación del público, y que regalaron un total de 13 medallas, contando tres oros, cinco platas y cinco bronces. Así, el desarrollo de una de las disciplinas más prometedoras del país, en entredicho por la intención del organismo rector de cuidar su imagen.

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