Felipe Gutiérrez se confiesa: "Si el seleccionador no te nomina, tienes que pelearla más duro"

Felipe Gutiérrez (Quintero, 1990) es un rara avis dentro de su profesión. No luce tatuajes, ni peinados estrambóticos, ni pendientes de mil dólares la pieza, ni tampoco se aísla del mundo con unos cascos escuchando música hip hop a todo volumen. Una sencillez casi monacal rodea la vida del ex volante de Universidad Católica en su aventura holandesa: se entrena, descansa, juega y revisa en video sus actuaciones para corregir los errores. Y vuelta a empezar. Así ha sido como sus notables actuaciones en el último mes y medio le han catapultado a la titularidad en el FC Twente.

A punto de iniciar frente a Utrecht el asalto final a la última plaza para disputar la Europa League, luego de que ayer eliminaran al Groningen de Stefano Magnasco por 3-2 con un gol suyo (el segundo), "Pipe" recibe a La Tercera y repasa lo vivido desde que se instaló en los Países Bajos sin eludir asuntos, como su ausencia de la Selección o el presente de los cruzados.

Antes concluir su primera temporada en Holanda, ¿se anima a hacer balance de esta primera experiencia fuera de Chile?

Ha sido bastante buena en líneas generales. Siempre rescatando lo positivo de las cosas que vivo acá, junto a nuevas personas, nuevas costumbres. En lo futbolístico, aprendí mucho, sobre todo en lo táctico. El juego es mucho más exigente en ese aspecto que en Sudamérica. Y luego está el hecho de que me costó entrar en la dinámica del equipo. Por suerte, los últimos siete partidos los he hecho ya en la base, y eso me deja bastante contento.

¿Y progresa con el holandés?

La verdad es que he sido bastante dejado con ese tema, pero siempre con la intención de aprender, de preguntar todos los días cosas nuevas. Por lo menos, ya me hago entender. Al principio me costó mucho en los entrenamientos, era muy complicado. Imagínese que no me sabía los nombres de mis compañeros ni cómo pedir el balón. Era un verdadero mono dentro de la cancha para hacerme notar y que me dieran el balón (risas). Ahora, por lo menos, entiendo cosas básicas y me la tocan sin tantos gritos.

En Chile jugaba en una posición distinta a la que se desempeña en Twente. ¿Se siente a gusto ejerciendo de mediocentro?

Sí, bastante cómodo. Ya lo había hecho alguna vez en Chile con (Juan Antonio) Pizzi en la Católica. El me hizo jugar en esa posición y me fue bien. Me gusta, porque toco mucho el balón, participo bastante en el juego y eso es lo que más me gusta. De "10" actué un par de veces, pero imagino que no lo hice demasiado bien, porque acabé jugando en este otro sitio. Pero la verdad es que ahora lo estoy haciendo mejor. Obviamente, aún me falta incorporarme más al ataque, dar más asistencias y hacer más goles (suma cinco, los últimos dos en partidos consecutivos), pero seguro que eso llegará.

¿Se reafirma en su idea de que venir a Holanda fue la correcta?

No tengo ninguna duda. En lo personal, por el sueño de estar jugando la Eredivisie en un club de una ciudad chica a pasar a Europa, el poder participar de este estadio tan magnífico que tenemos, de este fútbol, de esta afición... Son cosas que tal vez nunca habrías soñado vivir, así es que llegar a Holanda es lo mejor que me ha pasado en la vida.

Están cerca de clasificar a la Europa League. Me imagino que quiere volver a jugar el torneo...

Obviamente. La pena fue que el año pasado tuvo un sabor amargo porque es diferente jugar sin conocer que hacerlo sabiendo con lo que te vas a encontrar. Lo veo completamente diferente, por eso quiero repetir el caramelo, pero ahora con un sabor dulce de verdad. Disfrutar del momento y no pasarlo tan mal como ocurrió en algunos momentos, tal vez por inexperiencia o por no conocer el ámbito.

¿Qué diferencias encuentra entre el fútbol holandés y el chileno?

Principalmente, en lo táctico. En Chile hay jugadores muy técnicos, con una calidad extraordinaria. Aquí, sin embargo, el juego es más táctico. Cuando llegué nos tocó jugar un partido de la Copa de Holanda con un equipo de Cuarta División, y en 90 minutos no les entramos ni una vez. Y fue porque era un grupo táctico. En Chile llega un momento en que sabes que va a entrar, pero aquí ganamos con un gol en el minuto 90 y porque el arquero se equivocó saliendo. Acá hay más estrategia y se corre un poco más.

Ha hablado de correr más. Por lo que me cuentan en el club, el Felipe Gutiérrez de hoy poco tiene que ver al de un año atrás en lo físico.

Seguro. He ganado como tres kilos en masa muscular. Eso ha ocurrido porque me di cuenta de que con el físico que traía de allá no me alcanzaba para el nivel que se juega acá, que no es tanto de tener el balón, que el pase bonito, que el buen gol, sino más bien el físico que se necesita para correr y aguantar el ritmo los 90 minutos. En realidad, es más un tema de fuerza que de correr en sí, en lo que no ando tan mal. Por eso llevo seis, siete meses trabajando para poder mejorar ese aspecto.

¿Acostumbra a analizar sus partidos para ver en qué debe mejorar?

Sí, por supuesto. Ya me ha ocurrido de acabar un partido y llegar a casa creyendo que lo hice bien. Pero prendo la tele, lo veo y me llevo una imagen completamente diferente. Fue en realidad un desastre (risas). Por eso sé que el próximo partido debo mejorar. Me gusta mucho hacer autocrítica. Pido constantemente los videos al club para ver qué hice bien, qué hice mal. Es algo que me gusta hacer y lo hago siempre solo, sin mi familia delante.

Aparte de revisar sus partidos, ¿a qué dedica el tiempo libre?

La verdad es que hemos tenido mala suerte este año con el tema del tiempo. ¡Ha estado malísimo! Encima, llovió bastante y aún hoy, en pleno mayo, sigue cayendo agua cada rato. Así que dan pocas ganas de pisar la calle, sobre todo después de los duros entrenamientos. Casi prefiero estar acá en casa, ver alguna película, hablar con la familia por internet.

Jorge Sampaoli no lo llamó para la última convocatoria. Ahora que está jugando más seguido, ¿tiene esperanzas de que lo cite?

Eso siempre está presente. Las ganas de ir a la "Roja" están intactas. No estar en la nómina pasada se debió simplemente a que había compañeros que estaban pasando por un mejor momento que el mío y eso es perfectamente lícito. Quizás la que viene tampoco sea llamado, o tal vez sí. No depende de mí lo que piense el entrenador. El hará sus análisis y sabrá bien lo que necesita para los próximos encuentros. Yo, por mi parte, estoy haciéndolo lo mejor que puedo acá para ser nominado.

Usted entraba de lleno en los planes de Claudio Borghi, ¿podría decirse que su salida lo perjudicó?

No, para nada. Al contrario. El cambio lo veo como algo positivo en cuanto que conoces otra realidad, los pensamientos de otro técnico. Y si no eres nominado, pues hay que seguir trabajando. Es algo hasta bueno, porque te motiva a pelear constantemente, a luchar por algo y no bajar la guardia. Cuando todo se hace muy fácil, al final no aprendes nada. En lo personal, lo estoy tomando como un desafío. Si el entrenador no te nomina, sabes que tienes que pelearla más duro para poder entrar en la próxima lista.

Queda un año para que empiece el Mundial de Brasil. ¿Se ha visto en sueños jugándolo?

Obvio que sí. Todas las selecciones del mundo quieren jugar un Mundial. Y luego todos los jugadores del mundo sueñan con disputarlo. Si se da la clasificación, sería algo maravilloso para todos los chilenos. Y si después estás en la nómina, para qué decir. Lo más grande.

¿Sigue la actualidad de la Católica?

Claro que la sigo, en la medida de lo que me deja el trabajo y los horarios. Cuando me toca libre y aunque el partido sea a las dos de la madrugada de acá, me quedo a verlo. Me gusta verlo con calma, analizarlo y también sacar mis conclusiones como aficionado.

¿Qué balance haría de la temporada de los cruzados?

Creo que empezaron bastante bien, haciendo muy buenos partidos, pero luego bajaron un poquito el rendimiento. De todos modos, tienen un gran equipo y creo que vamos a campeonar. Hay grandes jugadores. Conozco muy bien al 80% del plantel y vamos a pelear hasta el final.