Fernando González: "Jarry es mejor en tiros; Lama, en intensidad, y en competir, Garin"

El Bombardero analiza el recambio nacional y habla de sus proyectos vinculados al tenis. También recuerda anécdotas, su pasión por la música y opina sobre sus convicciones.




Fernando González camina por las canchas del Club Médico, el centro de operaciones de su carrera como entrenador. Ahí está su escuela, en la que transmite sus experiencias a cerca de 50 niños. Sigue avanzando por la arcillosa pista y un experimentado profesor le grita: "¡Entrena, estos gallos son buenos; no han perdido su competitividad!". El Bombardero replica en voz baja: "Yo tampoco". Y es verdad. Por estos días se alista para su debut en el Tour de Veteranos y lo ha hecho como en los viejos tiempos. Confiesa que la exigencia le ha pasado la cuenta con algunas molestias musculares, pero se ilusiona. Sin embargo, no es lo único que consume su tiempo: están su fundación, la academia y su nuevo rol como coach de la selección chilena en silla de ruedas. Como pocas veces, acepta hablar de su vida privada, anécdotas y sueños por cumplir.

¿Cómo es su rutina actual?

Mi rutina ha cambiado más en los últimos dos años que en los 15 ó 20 anteriores. Ha cambiado harto. Al principio quería hacer nada, aburrirme de no hacer nada. Igual jugaba exhibiciones, hacía charlas, pero eran cosas muy puntuales. Hoy por hoy, está la fundación andando hace un año, la escuela hace un año, que no solamente era llegar y echar a andar; hay que ver varias cosas: afinar detalles, equipos de trabajo... También tenía que probarme a mí mismo qué tan apasionado era con respecto a esto y superó mis expectativas. Estoy muy contento. Hoy mi rutina, ahora que juego el senior tour, es entrenar en las mañanas y venir todas las tardes a la escuela. Ciertos días en el mes voy a hacer visitas a Puente Alto con la fundación. Todo lo tengo manejado desde la oficina. Aparte viajo 10 semanas con Santiago Giraldo, lo cual me mantiene vigente sobre lo que está pasando. Todo va evolucionando. De repente, dos o tres años fuera es mucho tiempo en el tenis.

¿Se ve como un entrenador en el circuito ATP?

No, porque le dije a Santiago que viajar tanto es un tema para mí. Lo hice mucho tiempo y prefiero estar 10 ó 12 semanas a un ciento por ciento que viajar 20 y estar la mitad a un cien, la otra mitad a un 70 y las últimas cuatro a un 50. A mí no me gusta trabajar de esa forma. Si me preguntas hoy por hoy, no. Estoy muy contento de la manera en que estoy viviendo ahora. Giraldo lo sabe y también cuando uno tiene a una persona todos los días, uno escucha menos. En cambio en menos cantidad de semanas, uno lo aprovecha más y él se ha sentido bien.

En ese sentido, usted tuvo la posibilidad de entrenar a Christian Garin e, incluso, se habló de una opción de prolongar esta sociedad… ¿Qué pasó?

Todo en general da hartas vueltas en el sentido de que las cosas como son hoy, pueden cambiar mañana. Ahora, él sabía mi realidad desde un comienzo, así que no fue ningún misterio. Siempre fuimos hablando lo que iba ocurriendo, el día a día, lo que iba pensando. Para mí era súper importante que él estuviera viajando con alguien que llenara sus expectativas y necesidades profesionales y personales. Porque es muy fácil entrenar a un tenista, pero lo difícil es entrenar personas. Entonces, para mí también era un tema eso. Él conoce bien a (Guillermo) Pérez Roldán y a (Leonardo) Olguín y si él dice que es su mejor opción, es súper importante respetarla. Pero él tiene que creer en un proceso. Las cosas no ocurren de una semana o de un mes para otro.

Garin, Gonzalo Lama y Nicolás Jarry encabezan el recambio. ¿Qué característica de cada uno destaca?

En cuanto a tiros el mejor es Jarry; en cuanto a competir el mejor es Garin; y en cuanto a intensidad de juego el mejor es Lama. Ellos tienen un potencial por desarrollar súper grande.

¿Cree que si no hubieran estado Federer, Nadal y Djokovic usted podría haber sido número uno del mundo?

Yo trabajé para ser número uno y ni siquiera estuve cerca. Pero creo que esa ilusión nunca hay que perderla. Uno puede hablar sobre supuestos, pero al final no pasó y no vale la pena analizarlo. Sí estoy de acuerdo con que tuve muy mala suerte de compartir con los tres mejores jugadores de la historia en mi generación. Aunque, si no hubiese ocurrido, quizás los números hubiesen sido mejores, pero mi juego no hubiese sido tan bueno. Siempre la competencia te hace mejorar mucho.

¿Realmente para usted son los tres mejores de la historia?

No sé si Djokovic aún, pero los números son súper sabios. Roger es el que más Grand Slams ganó y Nadal lo sigue.

¿Por qué en el tenis, y sobre todo en Chile, hay tantas divisiones?

Afuera también ocurre, aunque no en todos lados. En primer lugar el tenis es un deporte individualista, donde siempre las cosas se centran en uno. Pero el tenis se acaba. O sea, en la cancha quiero lo mejor para mí y todo eso... La gente que dice "quiero lo mejor para el tenis" me parece excelente, pero ¿qué tengo que hacer para que sea lo mejor para el tenis? De repente, hay que tomar decisiones que duelan. No sé, decir: "Tengo que dar un paso al costado, tengo que dejar a otro que haga el trabajo que hago yo… Tengo que reconocer que el otro está trabajando mejor y tengo que trabajar como él porque es bueno". Es muy fácil criticar y hablar mirando las cosas desde afuera. Otra cosa es con guitarra. Hace un tiempo decidí solamente trabajar y no transformar mi buena energía que tengo para el tenis en energía mala para criticar. Tengo muchas cosas por las que preocuparme, desarrollando lo que quiero y ojalá que todos estén en la misma parada.

En Chile cada vez hay menos niños jugando tenis…

En Roland Garros hablé con la persona encargada de menores de 11 años y me dijo que había 110 mil niños de esa edad jugando tenis. Aquí es un poco complicado. Gente me ha dicho: "Pero tú no vas a la escuela", y yo les respondo: "¿Por qué? ¿Tú vas y no me ves?". Y me dicen: "no, me han contado".  "¿Quién? ¿Gente de otra escuela?", pregunto.  Y se matan de la risa… Siento que aquí es más fácil criticar al adversario para llevarse a lo mejor, en vez de ser yo mejor para ganarle al adversario. Bueno, lo  importante es trabajar y hablar menos.

¿Qué le parece el anuncio de José Hinzpeter de dejar la presidencia de la Federación el próximo año?

No quiero opinar de eso, porque no quiero que pase a ser lo más importante de la entrevista. Y lo que he dicho ya está escrito. Sí, en general cuando se habla de que el tenis chileno está bien o está mal, siempre ponen si estamos en el Grupo Mundial o si hay jugadores top 100. Pero no es sólo eso: ¿Cuántos menores hay? ¿Cuánto es el desarrollo que tenemos en las categorías menores? ¿Cuántos niños tenemos jugando? ¿Cuántos van para afuera? ¿Qué tanto financiamiento hay para seguir haciendo torneos? Eso no se mide. No se dice que la popularidad del tenis ha subido o ha bajado, lo cual hace 20 años no era lo mismo: o jugabas a la pelota o jugabas tenis o a la escondida. Ahora te pasan un tablet o un Play para que no moleste el niño... Porque los papás llegan cansados a la casa, los niños no hacen deporte y, además, los colegios los tienen hasta las 5 de la tarde.

Pasando a algo más amable, usted ha incursionado en la música con Los Tres. ¿Se proyecta?

No me da para más (ríe). Lo paso muy bien no sólo con ellos. Me gusta mucho ir a tocatas, conciertos... Eso sí, no me gusta ir solamente a los megaconciertos. De repente hay bandas menos conocidas que tocan en lugares más pequeños. Me gusta. Siempre les hablo a los chicos que cuando uno ve tocar a alguien, lo está pasando bien.  A veces, los niños se frustran porque no les salen las cosas. Me gusta mucho la conexión que tiene un grupo con el público, lo cual también ocurre en el tenis. También independientemente de lo que quieran decir o no, lo hacen entretenidos. Antes de tocar, ellos tienen adrenalina, están nerviosos… Ahora, ellos saben que si lo hacen bien, ganan; y uno de repente lo hace bien y no gana. Pero yo los admiro mucho a ellos, porque son muy apasionados de lo que hacen. Tocan, después van a comer y siguen tocando entre los amigos.

De no haber sido tenista, ¿qué le hubiera gustado ser?

No tengo idea, porque a los cuatro años quería ser bombero, a los cuatro y medio quería ser futbolista y a los cinco ya quería ser tenista, así que es una pregunta muy difícil para mí.

En el libro 'Grandes historias del tenis chileno', de Mario Cavalla y Rodrigo Hernández, se menciona que Carlos Herrera debió pagar US$ 800 adicionales porque usted y Nicolás Massú vieron películas triple X. ¿Lo retaron en la casa?

(Ríe). Mis papás sabían. Esta cuestión pasó el año 96, éramos súper chicos. Quedaron impactados porque Carlos Herrera pagó, pero igual nos descontaron algo y ¡era importante en nuestros honorarios! "¿Qué es esto?", me preguntaron. "Son películas", les dije yo... Aparte no vimos ni media, porque las íbamos cambiando para que no nos cobraran. Pero al final nos cobraron todas las que pusimos, así que pagamos el noviciado.

En lo personal, imagino que más de alguno le pregunta sobre el matrimonio. ¿Cree en esa institución? ¿Le incomoda que le pregunten sobre eso?

¿Porque se me está pasando el tren?, dices tú (ríe). Yo creo en la familia, no sé si tanto en el matrimonio. Es un tema legal súper importante que te facilita la vida para muchas cosas. Ahora, creo mucho en la familia, en los compromisos y en las lealtades. Entonces, para mí es súper importante crear mi propia familia. Pero no hay que caer en la ansiedad, tengo que centrarme en ciertas cosas aún. Me retiré hace poco, no estaba acostumbrado a estar tanto tiempo en un lugar y eso toma un período. Aparte, cuando uno se casa no se casa solo y hay otra persona que también tiene sus temas; algunos pendientes, otros por terminar… Así que creo que todo con calma. Si resulta es para toda la vida. Entonces, para qué me voy a apurar en un par de meses o en un par de años.

Si tuviera un hijo, ¿le gustaría que fuera tenista?

Cuando estaba en el tenis y cuando recién me retiré, decía "ojalá que no", aunque tenía el típico discurso de padre que dice: "tengo que apoyarlo en lo que haga". Pero hoy día valoro mucho todas las cosas que me entregó el tenis y no son ni trofeos ni números ni plata ni ranking. Son otras cosas: anteponerse a la adversidad, perseverar todos los días, manejar las emociones, tomar decisiones, disciplina, objetivos, sueños… También me tocó experimentar muchas vivencias en canchas súper importantes, con los mejores jugadores y obviamente lo valoro muchísimo. Pero si tengo que valorar algo del tenis es eso, que es universal, y que es algo que la gente no valora tanto.

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