Fin al poder de veto de la DC
El partido que dirige Ignacio Walker enfrenta un futuro incierto en medio de un escenario en el que aparece disminuido frente a la mayoría progresista de la oposición alineada tras Michelle Bachelet. La presentación del programa de la candidata fue la primera constatación de su condición de minoría en el nuevo conglomerado.
EL LUNES en la mañana el timonel DC, Ignacio Walker, recibió en su celular un mensaje de texto enviado por su homólogo del PC, Guillermo Teillier, ofreciendo disculpas por declaraciones en los que criticaba a diputados de la falange.
El breve texto de Teillier -en el que señalaba que sus palabras sólo fueron una "ironía"- ayudó a aplacar la incomodidad del jefe de la DC, quien había llegado a poner en duda su participación en la reunión que sostendrían horas más tarde en el ex Congreso Nacional los presidentes de los partidos de la Nueva Mayoría para pronunciarse respecto del programa de gobierno de Michelle Bachelet.
A esa altura, Walker debía comenzar a administrar el escenario en el que quedó su partido luego que el día anterior la oferta programática dada a conocer por la ex mandataria evidenciara un claro giro en favor de posturas progresistas en educación, temas valóricos y el área económica.
Con una DC en franca minoría en una nueva coalición de siete partidos -de los cuales seis radican domicilio en la izquierda-, y con una candidata presidencial ya comprometida con reformas profundas, la directiva de Walker en los últimos meses había tenido que jugar a contrapelo en varias áreas y el resultado no fue el más auspicioso.
Si en la discusión de los programas de Ricardo Lagos en 1999 y de la propia Bachelet, en 2005, la DC vetó que se incluyera -por ejemplo- el aborto terapéutico, entre otros temas, este año la mesa de Walker entró a escena debilitada por el tercer lugar alcanzado por su carta presidencial Claudio Orrego en las primarias opositoras de junio.
"El partido no será un dique de contención a las demandas ciudadanas (...) Nos colocamos desde ya en la primera línea de los esfuerzos por llevar a la práctica la agenda social contra la desigualdad y el abuso", dijo el timonel DC el 11 de agosto pasado, en la junta nacional en que la colectividad proclamó la candidatura presidencial de Bachelet.
En privado, sin embargo, los mensajes de Walker al equipo que lideró Alberto Arenas se sucedieron con amplificados tonos de inquietud en las semanas siguientes por el rumbo que tomaban algunas áreas. "El comando tenía claro cuáles eran las preocupaciones de la DC en el programa", señaló el vicepresidente Fuad Chahín.
Una vez conocida la propuesta -de hecho- el timonel DC aunque manifestó que la propuesta "era su programa", también remarcó la existencia de "matices" y "diferencias" de su partido respecto del documento. "Suscribimos la gratuidad para el 70% de menores ingresos en educación superior, y Michelle Bachelet agrega la perspectiva de la gratuidad universal. Ahí tenemos un matiz y una discusión que será para después del gobierno de Bachelet", señaló Walker respecto de uno de los compromisos prioritarios asumidos por la ex mandataria en su campaña.
En la misma línea, el jefe de la DC evidenció la incomodidad de sectores de su colectividad con el matrimonio homosexual y la despenalización del aborto en casos de peligro de vida para la madre, violación e inviabilidad del feto. "Nos parece sano que se debata sobre estos temas, no hay temas vedados (...) muchos vamos a defender que el matrimonio es un contrato entre un hombre y una mujer, otros van a defender otras cosas, pero habrá debate", añadió el timonel falangista.
Las palabras de Walker, en todo caso, generaron debate en su propio partido, donde algunos sectores se han manifestado en favor de las propuestas valóricas impulsadas por Bachelet. El mismo lunes el senador Jorge Pizarro manifestó su total respaldo al programa de la ex mandataria para dejar en claro que en la DC no había una sola postura. Al día siguiente, nueve diputados, entre ellos el vicepresidente del partido Aldo Cornejo, firmaron una declaración pública apoyando el matrimonio igualitario y las reformas de cambio de Bachelet.
En el comando de la ex mandataria, en todo caso, sacaron cuentas favorables. "Es bueno que la gente diga lo que piensa y lo que importa es que no impidan que aquellos que pensamos distinto, quede establecido en un programa de gobierno. Aquí no hay nadie que ponga vetos y eso es valorable," afirmó ese día el senador Ricardo Lagos Weber, miembro del equipo programático.
CONCESIONES A LA DC
Al definir a los integrantes de la DC que participaron en la elaboración del programa de la ex mandataria, el timonel falangista, afirman en su partido, jugó una carta propia.
Pese a que la disidencia apelaba un supuesto acuerdo interno para que en el comando estuvieran representadas todas las sensibilidades de la colectividad, Walker escogió a un mayor número de economistas liberales, como José de Gregorio y René Cortázar, para integrarse al equipo y monitorear algunas reformas económicas planteadas por Bachelet: tributaria, creación de una AFP estatal, cambios al sistema de isapres.
Dirigentes socialistas y democratacristianos afirman que De Gregorio intentó influir en la discusión sobre la eliminación del FUT, incrementando los años de gradualidad de esta medida. En el caso de Cortázar, las mismas fuentes señalan que propuso matizar algunas medidas de la agenda laboral.
Con el tiempo, el peso de De Gregorio y de Cortázar al interior del comando se había visto bastante reducido. En las últimas semanas, según la propia directiva DC, durante la fase final de elaboración del programa, fue el economista de la U. de Chile, Alejandro Micco, el principal nexo del partido con el comando. Con Micco, Walker mantuvo un permanente contacto.
Hace algo más de un mes, el timonel DC habló varias veces con Micco y con Alberto Arenas, luego que La Tercera diera a conocer el informe preliminar de la comisión a cargo de la reforma constitucional, el que establecía como un derecho constitucional "los derechos sexuales y reproductivos", indicando que "la ley regulará los plazos y modalidades para la interrupción voluntaria del embarazo", lo que dejaba la puerta abierta al aborto en un sentido más amplio.
Según cercanos a Walker, el timonel DC dio una fuerte pelea para que no se le diera al aborto un reconocimiento constitucional explícito y, al mismo tiempo, se acotara.
En el comando admiten que pese a la importancia que le asigna Bachelet, por su pasado rol como directora de ONU Mujer a los derechos reproductivos, accedió al cambio demandado por la falange y a que no se estableciera en el programa legalizar la interrupción voluntaria del embarazo, sino la despenalización del aborto en casos de riesgo de vida para la madre, de violación o de inviabilidad del feto.
Walker también pidió al comando que se retirara del programa el "reconocimiento al derecho igualitario al matrimonio", tema que divide a la tienda de Alameda 1460. La fórmula que aprobó el comando terminó por plantear sólo la convocatoria a un debate amplio, "con participación amplia para la elaboración y posterior envío de un proyecto de ley".
El no hacer mención explícita a la agenda valórica durante su discurso de presentación del programa en el teatro Huemul no fue la única concesión que hizo Bachelet y su comando a la DC.
Una de las preocupaciones de la falange desde la derrota de Orrego en las primarias de junio es el efecto que el "factor Bachelet" podría tener en las parlamentarias y que favorecería a los candidatos del PS-PPD y PC.
En esa línea, algunos miembros del equipo bacheletista han planteado que también se habría optado a postergar la entrega del programa para evitar que los postulantes DC que defienden posturas más conservadoras aparecieran en desventaja frente a sus contendores del bloque progresista.
Según esa misma versión, la postergación obligó a "improvisar" el anuncio de las primeras 50 medidas del gobierno de Bachelet, como una forma de enfrentar las críticas por la demora en dar a conocer el programa definitivo.
Fuentes de la directiva democratacristiana niegan que se haya solicitado atrasar la entrega del programa. Pero en la disidencia reconocen que la estrategia de Walker y de otros senadores DC de salir a marcar diferencias con el programa bacheletista podría afectar negativamente el desempeño electoral del partido.
RIESGO DE DIVISION
Los cálculos electorales que circulan en la DC apuestan a un resultado parlamentario similar al que consiguió el partido el año pasado en concejales: 15,6%. Eso permitiría elegir un mínimo de 15 diputados y un máximo de 22, mientras su bancada actual es de 19 diputados.
Es en la senatorial donde los cálculos son a todas luces más pesimistas. En la DC esperan perder a dos o tres de sus nueve senadores. Hosaín Sabag resignaría su escaño, lo que se suma a la negativa de Eduardo Frei y Mariano Ruiz-Esquide de repostular.
En la disidencia a Walker, sector que se siente más cómodo dentro de la Nueva Mayoría, sostienen que al interior de la DC lo que está en juego en la próxima elección es cuál de los dos sectores internos tendrá mayor peso parlamentario. De eso dependerá, afirman, que se faciliten o se frenen algunas reformas del gobierno de Bachelet.
Y es que además del desafío que supone para la DC el escenario de Nueva Mayoría y la eventual incorporación del PC al gobierno de Bachelet, en la interna partidaria asumen que los principales riesgos de la colectividad son, especialmente, internos.
En las últimas semanas, una de las amenazas latentes es la fuga de figuras partidarias a "Fuerza Pública", movimiento que lidera el ex ministro Andrés Velasco. Otro factor que preocupa es la vía que tomará Sebastián Piñera una vez que deje La Moneda.
No es un secreto que el Mandatario mira con simpatía una alianza futura entre la DC y RN, la que podría entusiasmar a personeros de la falange que comiencen a sentirse incómodos en un eventual gobierno de Bachelet en el que se comiencen a imponer ideas progresistas.
La posibilidad de cisma que más inquieta, en todo caso, es aquella que podría generarse desde la propia DC. Algunos dirigentes cercanos a Gutenbeg Martínez han estado planteando en el último tiempo la tesis de que el partido está llamado a ser en el futuro una colectividad más pequeña, pero que cumpla el rol de moderador de la política chilena, inclinando la balanza hacia uno u otro lado en la discusión parlamentaria a través de la construcción de acuerdos con distintos sectores.
El primer round partidario hasta podría tener fecha en abril cuando la DC convoque a congreso programático y estratégico, donde podría revisarse y actualizarse algunos de los acuerdos del congreso doctrinario de 2007.
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