Fracasan gestiones de Insulza en Honduras y Micheletti anuncia retiro de la OEA
A pesar de contar con el apoyo del embajador de Estados Unidos, Insulza no logró negociar una salida para la crísis.<br />
Tegucigalpa vivió ayer un día de mucha tensión. Mientras el secretario general de la Organización de Estado Americanos (OEA), José Miguel Insulza se reunía con diversos sectores -a favor y en contra del gobierno interino de Roberto Micheletti- la población salió a la calle a manifestarse en masivas marchas que evidenciaron que la sociedad hondureña está cada vez más polarizada y que nadie sabe cuál será el resultado final de la crisis política que atraviesa el país.
Ayer, el propio Insulza reconoció que tras reunirse durante toda la tarde con representantes diplomáticos, miembros de la Corte Suprema, dirigentes políticos, futuros candidatos presidenciales, personeros del gobierno de Micheletti e incluso altos miembros de la Iglesia Católica, su impresión es que las autoridades de facto -como él mismo las llamó- no cederán en permitir el regreso del depuesto mandatario Manuel Zelaya. "Lamento decir que de esta gestión no se desprende que exista la disposición para revertir la situación", manifestó Insulza con evidente decepción.
Tras las declaraciones del secretario general de la OEA, el gobierno de Micheletti "denunció la carta del organismo", como lo establece el artículo 143 de la misma, lo que implica el no reconocimiento de Honduras a la aplicación de las normas y de la jurisdicción del organismo internacional, con lo que anunció el retiro de la OEA. Además, declaró su repudio contra las intenciones del organismo de imponerles "medidas unilaterales" y afirmó que la OEA "no es un tribunal de justicia".
Insulza no alcanzó los acuerdos para poder negociar la restitución en el poder a Manuel Zelaya tal y como se lo había encomendado la Asamblea General de la OEA. "Me he formado mi opinión y de eso se trataba", agregó el funcionario aludiendo a que, a su regreso a Washington, informará al pleno del organismo internacional, quien ahora deberá analizar no sólo el informe de Insulza sino que también la denuncia a la carta de la OEA realizada por el gobierno de Micheletti.
Insulza, que fue muy categórico en que la OEA sólo reconoce a Zelaya como Presidente, mostró preocupación por el futuro del país y pidió calma para que no se produzca un enfrentamiento mayor.
El propio embajador de EE.UU. en Honduras, Hugo Llorens dijo en la puerta del Hotel Maya -donde fueron buena parte de las reuniones de Insulza y donde el diplomático norteamericano acompañó las gestiones del diplomático chileno- que "para el Presidente Obama el único Presidente de Honduras es Manuel Zelaya", evidenciando que las posturas son inflexibles tanto de la comunidad internacional como del gobierno de Micheletti.
Del regreso de Manuel Zelaya -previsto para mañana- Insulza fue cauto y aseguró que era decisión del destituido presidente qué hacer a partir de ahora. Ante la consulta de si acompañará a Zelaya en su regreso tal como prometieron que lo harían los presidentes de Ecuador, Argentina y Paraguay, Rafael Correa, Cristina Fernández y Fernando Lugo, Insulza intentó desligarse de ese posible viaje.
El gobierno de Micheletti ha sido enfático al señalar que cuando "Mel" (como se le conoce a Zelaya) ponga un pie en suelo "catracho" será arrestado, ya que pesan 18 cargos en su contra.
Ayer en la mañana se multiplicó el envío de "mensajitos" de texto entre los partidarios de Micheletti a vestir camisetas blancas y a reunirse frente a la casa presidencial. Hasta ahí llegaron miles de partidarios del nuevo presidente. Micheletti salió a la Plaza Morazán y dijo: "Garantizo elecciones libres y un nuevo gobierno a partir del 27 de enero de 2010" y cerró su arenga repitiendo 10 veces la palabra "democracia".
Mientras, en forma paralela y a pocas cuadras, miles de personas con prendas rojas y con pañuelos manifestaron su apoyo a Zelaya. "Queremos a Mel, queremos a Mel", "el pueblo unido, jamás será vencido", se escuchaba. Luego parte de la multitud se dirigió hasta la sede de la OEA . Allí en medios de cánticos a favor de las gestiones de Insulza, la muchedumbre se juntó impidiendo el paso de la comitiva del secretario general la OEA hasta la sede. Según ellos mismos dijeron allí iba su "esperanza" de volver a tener a Mel en el país. Sin embargo, nada de eso se concretó.
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