Frédéric Chambert, director del Teatro Municipal: "El Municipal no es una institución política"
A un año de su llegada, el profesional francés elegido por la administración de la ex edil Carolina Tohá enfrenta ahora a un directorio de signo político opuesto.
El 3 de marzo de 2016, a dos meses de asumir, Frédéric Chambert comenzó su labor como director del Teatro Municipal, dándole un golpe de timón a cómo se iban a hacer las cosas. O, al menos, dándole una maniobra inaudita a la forma de comunicarlas. Tras varios días en que una y otra vez amanecieron sospechosamente estropeados los cables y tableros eléctricos del foso de la orquesta, el recién llegado ejecutivo francés presentó una querella por supuesto sabotaje al interior del coliseo lírico más importante del país. La anunció en conferencia de prensa y a viva voz, como para dejar en claro que prácticas de este tipo no pasarían desapercibidas bajo su administración. Ya habían sucedido antes, en los años del ex director Andrés Rodríguez, pero nadie se había enterado. Para Chambert, en cambio, informar claramente ciertos entuertos dentro del teatro era una prioridad. Hoy, a 12 meses de su asunción de mando, enfrenta un auténtico cambio de timón, pero desde más arriba: el nuevo alcalde Felipe Alessandri renovó el directorio y ya no están varios de los que lo eligieron como sucesor de Rodríguez, empezando por la ex edil Carolina Tohá.
¿Qué le parece el cambio de directorio y la llegada de Carolina Schmidt (ex ministra de Educación de Sebastián Piñera), Mauricio Larraín (ex presidente del Banco Santander), Francisco José Folch (ex subdirector de Opinión de El Mercurio) e Ignacio Yarur (gerente de Banco Retail de BCI?
Hay una institucionalidad y la democracia tiene sus reglas. Yo respeto eso. Se eligió un nuevo alcalde y éste escogió a sus miembros del directorio. Es más, aún si hubiera sido reelecta Carolina Tohá habría que haber cambiado cuatro integrantes: a los cuatro años se renuevan. Y, sí, este nuevo directorio tiene matices distintos al anterior. Pero al mismo tiempo hay gente con alto nivel, con gran experiencia en el manejo del 'business'. Cualquiera se alegraría de trabajar con nombres de tan elevada trayectoria. Por otro lado, sé quienes son, sé que no están buscando más reconocimiento del que tienen o tuvieron. Hay dos ex ministros (uno de los asesores del directorio es Alfredo Moreno, ex ministro de Sebastián Piñera). Es decir, no necesitan otro honor más en su vida. Por el contrario, saben que llegar acá es trabajo y se lo vamos a pedir. Es tiempo, son varias horas al mes, reuniones. Lo pensaron antes de entrar y me alegro que el alcalde haya puesto el nivel tan alto.
¿Pero se siente cómodo en un directorio de signo político opuesto al que lo eligió a usted?
No estoy seguro de que sea totalmente opuesto al anterior. Las posiciones del directorio saliente eran bastante transversales. Con el directorio nuevo pasa lo mismo y, además, creo que estar en el Municipal va mucho más allá de la política contingente. El Teatro Municipal no es una institución política, sino que una institución nacional, con una misión de país. Además Chile es un país de centro, de coaliciones y de alianzas. Todo se maneja desde la centro izquierda o desde la centro derecha.
¿Cómo ha sido la relación hasta ahora con el alcalde Felipe Alessandri?
Es una persona muy cercana al Teatro. Eso me gusta mucho. Contesta hasta diez mails al día, a los cinco minutos está al teléfono. Viene mucho al teatro y se nota su interés personal en él.
Felipe Alessandri fue de los que se opuso a que Rodríguez saliera del Municipal, ¿Qué opina?
Seguramente es lo que pensaba en la época y lo entiendo. Es normal, pues Andrés Rodríguez llevaba mucho tiempo y era una consideración hacia él. Sin embargo los estatutos cambiaron y ahora los directores se renuevan y no hay mandatos indeterminados. Aún así entiendo el apoyo que en su momento le entregó Felipe Alessandri y es una buena señal de su parte. Me refiero a que es el signo de su juicio y criterio. Poniéndome en su lugar: ¿Qué podría haber pensado Alessandri cuando sacaron a alguien que conocía hace 30 años como Rodríguez para poner en su lugar a un señor que viene de Francia como yo, que quizás tiene un currículum, pero no pruebas concretas de su labor? Entiendo su desconfianza inicial.
¿Cómo evalúa su primer año como director del Teatro?
Ha sido mucho más tranquilo de lo que esperaba. A pesar de los cambios que se han operado desde que asumí, entre ellos el nombre (ahora se llama oficialmente Municipal de Santiago- Opera Nacional de Chile), las ventas se han mantenido bien y de hecho superamos los objetivos que teníamos, pues el riesgo era que bajaran. Ahora bien, hacia adelante hay que evaluar todo con mucho cuidado, pues el Municipal es financieramente frágil desde hace mucho tiempo y cada decisión se paga. Y se paga en efectivo.
¿Por qué a diferencia de teatros como el de Frutillar o CorpArtes no se ven tantas "estrellas" en la temporada 2017?
Siempre uso la metáfora de las tiendas de blue jeans: mejor tener cien tiendas que una sola en un centro comercial. Lo interesante es que haya más oferta, pues lo que estamos haciendo es crear audiencias, formar públicos. En ese sentido, lo que hace el Teatro del Lago trayendo a Diana Damrau o CorpArtes con Pinchas Zukerman es muy bueno para todos: se sensibiliza al público. Pero para hacer el casting de óperas hay dos procedimientos: uno es contratando estrellas en los roles principales, corriendo el riesgo de quedar sin dinero para el resto y bajando el nivel general de calidad; la otra es preocupándose en forma más proporcional de cada detalle (incluyendo los roles comprimarios) y tener un nivel en general alto. Yo prefiero trabajar de la segunda forma. Por lo demás, tenemos durante el año a grandes figuras, como el contratenor Philippe Jaroussky, probablemente el más importante del mundo; o el pianista András Schiff, otro de los mejores a nivel mundial. Además, hay proyectos que económicamente no son viables para el Municipal.
¿Como Jonas Kaufmann?
Justamente. Yo descarté que diera su recital en el Municipal. Era una iniciativa que al principio estaba en manos de Andrés Rodríguez, pero decidí dejarla fuera. Significaba poner entradas a precios indecentes. Es un artista demasiado caro para tan poco público. Por eso finalmente el productor lo hizo en el Movistar Arena.
¿Hay planes para reemplazar a Marcia Haydée, que dejaría a fin de año la dirección del Ballet de Santiago?
Puede que haya sorpresas al respecto. Marcia Haydée es un auténtico tesoro mundial del ballet y es un privilegio tenerla en Chile. ¿Quién, como ella, puede decir que John Cranko, John Neumeier o Maurice Béjart les dedicó coreografías? Es una artista y profesional de primer nivel y por eso, entre otras cosas, le pedí que se quede. Espero que lo haga.
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