Frei evita involucrarse en crisis de los partidos y se enfoca en su labor legislativa

A la misma hora que el senador DC Eduardo Frei se despedía con un fraternal abrazo de la Presidenta Michelle Bachelet en la puerta de su casa, en la calle Baztán, de la comuna de Las Condes, en su comando de calle Bilbao sus ex colaboradores comenzaban a desocuparla y a dejar vacías gran parte de sus oficinas.

"El gesto habla por sí mismo", fueron las escuetas palabras con las cuales ayer describió Frei su encuentro con Mandataria. Sonriente y con ánimo para bromear, el ex candidato concertacionista optó ayer por descansar y mantener una agenda estrictamente privada, que contempló la visita de su ex ministro de Hacienda Eduardo Aninat y una reunión con sus asesores Juan Carvajal y Eduardo Jara.

El domingo, la noche de su derrota electoral, había culminado con el ánimo desgastado y con rostros tristes. Aunque en público su esposa, Marta Larraechea, y sus cuatro hijas se habían mostrado tranquilas con el resultado, al llegar a la residencia comenzaron a lamentarse. Luego que se retiraran sus voceros, Carolina Tohá, Ricardo Lagos Weber y Claudio Orrego, y los asesores Ricardo Solari y Carvajal, el ex candidato compartió con su familia un privado encuentro que incluyó pizzas, cervezas y bebidas.

Los planes de Frei contemplan para hoy una serie de reuniones en su casa y eventualmente asistir el miércoles al Senado. El viernes 22, y en una de las escasas actividades públicas que tendrá esta semana, encabezará la ceremonia de conmemoración de los 38 años de la muerte de su padre, el ex Presidente Eduardo Frei Montalva, en la Plaza de la Constitución.

En su entorno reconocen que el parlamentario debe cerrar un ciclo y  que "aunque sabe perfectamente quien fue quien en la campaña", advierten que no es el momento para buscar responsabilidades por la derrota.

En ese sentido, aclaran que Frei evitará involucrarse directamente en los problemas internos de los partidos, ya que considera que los costos son más grandes que los beneficios.

Por ello, en el freísmo vieron con malos ojos y calificaron como "poco criterioso" el discurso que hizo el domingo el ex Presidente Ricardo Lagos. Sus críticas apuntan a que no sólo habló después del mensaje de Frei, sino que mientras llamaba a conformar un nuevo liderazgo oficialista, metros más allá se estaba "sufriendo" la derrota. "Fue como contar un chiste en un funeral", dijo un estrecho asesor del senador.

En febrero se tomará vacaciones -todavía no está definido si en su casa del balneario de Santo Domingo- y a partir de marzo el parlamentario tomará un rol más protagónico desde su sillón del Senado. Ahí, no sólo ejercerá un papel en la oposición, sino que se enfocará en sacar adelante una de sus promesas de gobierno: ser el impulsor de una reforma laboral.