Cómo funciona la "antidiplomacia telefónica" de Donald Trump con la que maneja la relación de Estados Unidos con el resto del mundo

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Es atrevido. Tiene temperamento. Está dispuesto a ser políticamente incorrecto. Puede incluso dejar en ridículo o acosar a alguien, dependiendo de sus propias estimaciones. Quizás es mejor decir que el mundo está enfocando su mirada por primera vez en Donald Trump, el antidiplomático.




El mundo está enfocando su mirada por primera vez en Donald Trump, el diplomático.

Ya lo había visto como Donald Trump, el candidato; Donald Trump, el comerciante y Donald Trump, el animador de televisión.

Es atrevido. Tiene temperamento. Está dispuesto a ser políticamente incorrecto. Puede incluso dejar en ridículo o acosar a alguien, dependiendo de sus propias estimaciones.

Estos atributos son los que volvieron The Apprentice un éxito de televisión. Y es lo que lo ayudó a cerrar tremendos negocios en el rubro inmobiliario en tiempos de bonanza y mantenerse al margen del colapso financiero cuando azotó la crisis.

Pero queda la duda de si este estilo será efectivo para imponer autoridad nacional en el escenario mundial. No hay duda, sin embargo, de que representa un quiebre radical respecto de cómo los expresidentes de EE.UU. se comportaban antes de él, con interacciones internacionales cuidadosamente manejadas, que raramente se salían del guión previamente establecido.

Quizás es mejor decir que el mundo está enfocando su mirada por primera vez en Donald Trump, el antidiplomático.

La "peor llamada por lejos"

Varios medios de comunicación reportaron el miércoles las conversaciones de Trump con el presidente mexicano Enrique Peña Nieto y con el primer ministro australiano Malcolm Turnbull, basados en reportes de importantes autoridades que filtraron las transcripciones de las comunicaciones.

El presidente Trump le dijo al líder australiano que el acuerdo alcanzado con la administración Obama para dejar entrar a más de 1.000 refugiados que actualmente se encuentran en Australia como "el peor acuerdo del mundo" y describió su conversación con Turnbull como "la peor llamada por lejos" entre todas las que realizó ese día a distintos líderes.

La conversación, que se suponía duraría una hora, fue finalizada en 25 minutos.

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Peña Nieto al teléfono

En la llamada con Peña Nieto, Trump dijo, según los reportes, que México "no ha hecho un buen trabajo" eliminando a sus "bad hombres".

Un artículo de la agencia de noticias Associated Press aseguró que Trump amenazó con enviar tropas de EE.UU. a México, información que fue imposible de confirmar por otros medios de comunicación y que fue negada por el gobierno mexicano.

En ambos episodios, Trump se dio el tiempo de jactarse del tamaño de la multitud que lo recibió en su inauguración, un tema recurrente en sus intervenciones desde que asumió la presidencia.

Los informes de sus conversaciones contrastan dramáticamente con las lecturas oficiales de la Casa Blanca, que representan una imagen estéril de líderes abrazando una "duradera fortaleza y cercanía" de las relaciones entre sus naciones y discutiendo intereses comunes.

De acuerdo al reportero de CNN, Jim Acosta, la realidad es diametralmente diferente, ya que como le habría dicho una fuente, las llamadas de Trump están "dejando pálidos" a quienes deambulan por la Casa Blanca.

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Diplomacia "dura"

Un tuit de Trump condenando el acuerdo sobre refugiados con Australia pareció confirmar que al conversación con Turnbull fue más cercana a la versión filtrada que al comunicado oficial de la Casa Blanca.

La mañana siguiente al día de las dos conversaciones que demostraron que su administración filtra más que un colador, Trump decidió hacerse cargo de la controversia.

"Si escuchan que estoy teniendo conversaciones duras, no se preocupen", dijo. "Son duras. Tenemos que ser duros. Es el tiempo de ser un poco duros, amigos. Cada nación del mundo está sacando ventaja de nosotros, virtualmente. Y eso no va a seguir pasando".

Es el tipo de actitud frontal agresiva que los que apoyan a Trump han dicho que admiran y quieren en la Casa Blanca, aunque ha dejado una parte importante de la política exterior tradicional desvaneciéndose en los sillones.

"Este tipo de comportamiento genera una profunda incertidumbre desde el punto de vista de los otros países sobre si pueden o no confiar en EE.UU. Y confiar en EE.UU. es la base sobre la cual la mayoría del mundo actual se sostiene", escribe Zach Beauchamp en Vox. "Si Trump continúa comportándose erráticamente, las consecuencias pueden ser impredecibles, y eso da miedo".

No todas las interacciones de relaciones exteriores de Trump han sido agresivas. Unas pocas semanas después de su elección, Trump habló con el primer ministro paquistaní Muhammad Nawaz Sharif y, según la transcripción de la conversación, el entonces presidente electo fue efusivo en sus elogios.

"El presidente Trump le dijo al primer ministro Nawaz Sharif que tenía una muy buena reputación", se lee en la transcripción. "Su país es increíble, con tremendas oportunidades. Los paquistaníes son gente de la más inteligente. Estoy listo y deseoso de tomar cualquier rol que ustedes necesiten para ayudarlos a encontrar soluciones a sus problemas pendientes".

El arte de vender

En su libro de 1987, "El arte de vender", Trump explica cuáles son las claves que él ve en una buena negociación. Una de ellas es ser amable, pero "defenderse con todo" si crees que te están tratando de manera injusta.

Otra es nunca mostrar debilidad.

"Lo peor que puedes hacer al negociar es mostrarte desesperado", escribió. "Eso hace que tu contraparte huela la sangre, y entonces estás muerto".

Donald Trump, el antidiplomático, parece estar aplicando esas máximas a sus interacciones globales, sin importar quien se encuentra al otro lado del teléfono.

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