Gabriel de la Fuente: "Llamamos a la ciudadanía a elegir entre los que queremos seguir las reformas y quienes están en contra"
En su primera entrevista a cargo de la Segpres, el ministro cuestiona que la centroderecha pueda revisar algunas reformas. "Uno no puede tratar de torcerles la nariz a las cosas cuando democráticamente se han establecido", dice.
La decisión lo tomó por sorpresa. El jueves, Gabriel de la Fuente (57) llegó a La Moneda de madrugada tras viajar desde Viña del Mar, donde vive desde 1993. Luego de la renuncia de los ministros Rodrigo Valdés y Luis Felipe Céspedes, la Presidenta Michelle Bachelet instaló a Nicolás Eyzaguirre en Hacienda y, esa misma mañana, le ofreció al abogado socialista hacerse cargo de la Segpres, cartera en la que se desempeñaba como subsecretario. En su primera entrevista aborda el panorama presidencial y fija sus prioridades: "Educación, educación, educación".
Le corresponderá hacerse cargo de la agenda legislativa en los seis meses finales. ¿Qué lograrán sacar del Congreso antes del término?
Siendo bien realista y en el contexto de una agenda legislativa muy ambiciosa, en que hemos ido cumpliendo cada una de las promesas comprometidas por la Presidenta y que las hemos ido sacando desde el primer minuto -reforma tributaria, laboral, en materia de educación, los CFT, suma y sigue-, lo que tenemos por delante sigue teniendo el signo de la reforma educacional y, por lo tanto, los tres proyectos más emblemáticos que todavía están en tramitación son nuestra prioridad: nueva educación pública, también denominada desmunicipalización, Educación superior y gratuidad y la reforma a universidades estatales. Sin perjuicio de que también deberemos ingresar otros proyectos vinculados con el tema, como asistentes de la educación. Como el ministro Nicolás Eyzaguirre dijo ayer (jueves) "crecimiento, crecimiento, crecimiento", yo digo educación, educación, educación. En la misma agenda están los proyectos de infancia, y una tercera agenda tiene que ver con descentralización.
Sigue siendo una agenda ambiciosa, considerando que quedan menos de tres meses para la elección y va a tener parlamentarios concentrados en su reelección.
Nadie nos dijo que iba a ser fácil. Una agenda tan profundamente transformadora como la que comprometió la Presidenta en ámbitos tan vastos, evidentemente que tiene dificultades, y la elección parlamentaria que tenemos este año más bien la tomaría como una oportunidad, porque precisamente aspiramos a que los parlamentarios de nuestra coalición, que sostiene este gobierno, sintonizados con nuestra agenda legislativa, utilicen precisamente parte de sus esfuerzos en sacarla adelante (la agenda), porque hacen la diferencia precisamente con sus contendores. Evidentemente que no es lo mismo votar por alguien de la coalición de derecha o de centroderecha, como les gusta llamarse, que por aquellos parlamentarios que nos apoyan en materia de reforma educacional, de presupuesto, de infancia. Aspiro a que ese sea precisamente un elemento que, más bien, apalanque la posibilidad de apoyar y sacar adelante la agenda.
¿Tal como sucedió en aborto?
Para ponerlo en términos bien concretos: puestos a elegir la ciudadanía entre un candidato presidencial, con el apoyo de sus candidatos parlamentarios que les dice a las personas yo no voy a avanzar en gratuidad, incluso más, en un minuto dijo (Sebastián Piñera) yo voy a revertir la gratuidad para aquellos jóvenes que han tenido acceso durante el gobierno de la Presidenta para acceder a la universidad, y aquellos que dicen no, yo voy a profundizar la gratuidad, evidentemente que aquí hay una diferencia sustantiva que esperamos que se manifieste, porque estos proyectos ayudan a marcar estas diferencias y se transforman cada uno de ellos en la expresión de lo que estamos pensando del país y la manera cómo los demócratas progresistas, como dijo la Presidenta, entienden que deben enfrentarse estas materias.
Usted dice que es un aliciente para los parlamentarios, pero algunos han dicho que hay que tramitar las reformas con calma.
Efectivamente las reformas no pueden hacerse a la rápida, sería una mala forma de enfrentar el trabajo legislativo. Estamos hablando, al final, del futuro de nuestros hijos y, por tanto, tenemos que hacer las cosas bien. Eso no obsta a que uno razonadamente pueda acordar con las comisiones que haciendo un trabajo concienzudo uno pueda pedirle al Parlamento que lo realicen dentro de un tiempo oportuno que permita al término del mandato tener estas tres reformas totalmente tramitadas. En Educación superior estamos ya en segundo trámite constitucional, pasamos la Cámara de Diputados, donde estuvo más de un año, y creemos que todo ese debate debiera servir de insumo para que el Senado pueda hacerlo con un poco más de celeridad.
El Senado habitualmente se toma más tiempo que la Cámara en analizar estos temas.
Eso es efectivo, pero también debemos concordar que el presidente de la Comisión de Educación, el senador Ignacio Walker, es muy metódico, ordenado, conduce muy bien la comisión y cuando se compromete a un calendario generalmente lo cumple, y creo que sin escamotear el debate, el análisis de fondo, podemos sacar las reformas oportunamente.
¿La idea es calendarizar eso con los parlamentarios? ¿Qué tan importante es salir de La Moneda con eso amarrado considerando señales que ha dado Piñera de revisar algunas materias, como el aborto?
Nos preocupa que los cambios democráticos que hemos hecho, reformas que han sido aprobadas por el Parlamento por mayorías, pretendan ser retrotraídas. Creo que no le hacen bien a la democracia. Sin embargo, cada Presidente tiene el derecho a presentar las iniciativas que le parezcan, pero, como decía el otro día el ministro Eyzaguirre, el candidato Piñera tiene que ganar dos veces, la presidencial y, además, tendrá que tener mayoría en el Parlamento y eso no está seguro. Precisamente, a propósito de esos anuncios que hace la candidatura de derecha, es que nosotros llamamos a la ciudadanía a que sepa elegir entre aquellos que queremos seguir avanzando en las reformas en materia de educación, que significan fundamentalmente que exista una educación de calidad, gratuita para amplios sectores que hoy día no tiene acceso y aquellos que están en contra de aquello, o de un avance como significa la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales que quieren retrotraerlo en circunstancias que incluso el Tribunal Constitucional, que no podríamos decir que tiene un sesgo en uno u otro sentido y menos hacia el nuestro, porque tiene una composición muy equilibrada, dio por constitucional un proyecto de esta naturaleza, entonces uno no puede tratar de torcerles la nariz a las cosas cuando democráticamente se han establecido.
¿Va a marcar una diferencia con Eyzaguirre? Él ha reconocido que no tuvo una buena relación con los parlamentarios
Yo diría que más que diferencias son estilos distintos. El ministro Eyzaguirre tiene otros modos de enfrentar el llevar adelante una agenda de esta naturaleza. Yo tengo el mío. Éramos muy complementarios cuando yo era subsecretario, lo que permitió sacar adelante una agenda muy importante durante el periodo del ministro Eyzaguirre y los casi 11 meses que me tocó a mí ser subsecretario. Yo decía que aquí hay una posta y yo lo entiendo así. Yo tendré que hacer relucir mis atributos y mis capacidades y espero que, además, las reconozcan los parlamentarios y ahora que soy ministro no las desconozcan.
¿La salida de Rodrigo Valdés va a tener un impacto en esta recta final?
Hay una lectura equivocada. Tengo la convicción absoluta de que nuestro gobierno nunca se ha enfrentado a la dicotomía entre crecimiento versus cuidado del medioambiente, muy por el contrario, son dos partes de la misma oración. Y es cosa de mirar lo que hemos hecho en materia de crecimiento y también de cuidado del medioambiente, desarrollo y crecimiento sostenible (...). Entonces, el tema de querer generar una suerte de contradicción en que están aquí los verdes y los desarrollistas es una contradicción que no existe, que es absurda.
¿Usted dice que no había dos visiones en el gobierno?
No hay dos visiones.
Fue el propio Valdés el que salió a marcar una diferencia.
No existe en el gobierno una contradicción respecto a ello, porque lo demuestran los hechos. El crecimiento económico ha sido una preocupación central de nuestro gobierno y el crecimiento económico sostenible también, y es por eso que hemos hecho todo lo que hemos avanzado en materia medioambiental, con una institución medioambiental que ha funcionado, pero al final del día los ministros somos colaboradores de la Presidenta, y quien manda es la Presidenta. Y como se dice en buen chileno, donde manda capitán, no manda marinero. La Presidenta ha determinado que quiere terminar sus últimos meses de gobierno con este equipo ministerial, y del ministro Eyzaguirre nadie podrá decir que no tiene conocimiento, expertise y habilidades como para poder enfrentar los temas de crecimiento. Y el ministro de Economía lo mismo.
¿Si no había una división entonces la salida del ministro se debe a una incomodidad de Valdés?
No me puedo hacer cargo de lo que íntimamente pueda haber estado pensando el ex ministro Valdés, a quien le tengo muchísimo aprecio y la mejor de las valoraciones de él, un excelente profesional y persona, pero quien tendrá que responder aquello es él y no yo.
¿Cómo ha visto el proceso de inscripción de candidatos y la ley de cuotas? Algunos critican que no se cumplió el espíritu original de la ley
Estamos estrenando la legislación en esta materia y va a ser un proceso de aprendizaje de los partidos. Creo que más allá de los resabios que puedan existir del binominal, el proceso ha sido exitoso hasta ahora. Vamos a ver cuáles son sus resultados y tendrán que ir acostumbrándose los partidos de que son nuevas reglas del juego y que aquella demanda que teníamos de la ciudadanía que decía yo quiero elegir y no que los partidos elijan por mí, porque ya estaba más o menos prescrito el destino de las candidaturas se materalice. En materia de cuota estamos frente a un primer ejercicio que lo que establece es que no puede ningún sexo tener más del 60% de las candidaturas, este es un primer paso y aunque a algunos no les guste llegó para quedarse y yo diría que es exactamente al revés de lo que algunos andan pidiendo; hay que mirar cómo funcionó luego de noviembre y perfeccionarlo, pero en el sentido no para echarlo para atrás, exactamente al revés.
¿El gobierno está dispuesto a hacer una modificación para facilitar a los candidatos que son parlamentarios que accedan a un crédito de BancoEstado?
Las reglas también en esta materia están claras y no vamos a propiciar cambios exprés en esta materia, sería impensado. Ahora, hay una decisión del BancoEstado que habrá que verla a la luz de la legislación si efectivamente se ajusta o no y eso es un análisis jurídico que habrá que hacer. El único dato que yo pongo en la mesa es que el BancoEstado es el que provee de las cuentas corrientes para efectos de que todos los candidatos al Parlamento, incumbentes y retadores, puedan recibir los aportes de los donantes. Ahí alguien tiene que explicarme qué pasa con eso.
¿Puede ser que entonces se esté interpretando un poco mañosamente la ley?
No me atrevería a calificarlo así, sino que creo que puede que exista un problema de interpretación.
Patricio Santamaría dijo que era interpretable y que se podía hacer una excepción en el caso de los candidatos presidenciales
Creo que todos los candidatos tienen herramientas para ir y reclamar y hacer valer sus derechos si es que creen que efectivamente aquí hay una interpretación errónea de la ley o hay un exceso de celo que no me cabe la menor duda que ese es el sentido que está detrás del BancoEstado en esta materia, que es ser muy celosos de que no vayan a existir conflictos de intereses, que eso es lo que está en el fondo.
¿Cómo se va a ordenar con los parlamentarios? El ánimo después de la crisis del jueves era bien pesimista
Nosotros somos militantes del optimismo (risas). Con mucho diálogo, conversación. La próxima semana espero reunirme con todos los jefes de bancada y con los presidentes de la Cámara y del Senado.
¿Y cómo se hace si dos parlamentarios con los que tiene que dialogar son candidatos y representan visiones diferentes?
No estoy de acuerdo. Son visiones absolutamente complementarias que suman a una visión común que es la que hemos estado sosteniendo desde nuestra lucha contra la dictadura, cuando fuimos capaces de juntarnos para poder derrotar al dictador y aunamos desde moros a cristianos, desde comunistas a liberales, que conversando, buscando puntos de encuentro y anteponiendo los intereses del país podemos hacer bien las cosas.
¿Es posible un acuerdo en segunda vuelta entonces?
Aspiro a que así sea, sin duda. Me extrañaría que no fuera así.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.