Giorgio Jackson: "Hay más aspectos que agregar que sacar de la reforma a la educación superior"
El diputado reprobó que se "achique" el proyecto, como lo señaló la ministra de Educación. Criticó al Ejecutivo por su ambigüedad en la tramitación de la emblemática iniciativa y llamó a cumplir las promesas.
El parlamentario por Revolución Democrática y ex dirigente estudiantil, Giorgio Jackson, criticó la gestión del gobierno y de la Nueva Mayoría en educación. Enfatizó que tienen los votos en el Parlamento para aprobar la reforma a la educación superior y que fiscalizará que la Presidenta Bachelet cumpla su promesa de campaña de gratuidad universal.
La ministra señaló que la reforma a la educación superior se va a achicar. ¿Cómo ve eso?
Esa declaración es preocupante, porque reducir un proyecto no es negativo, pero el peligro es que se podría renunciar a toda posibilidad de cambio profundo, que aquellos aspectos regulatorios estructurales se terminen sacrificando por no encontrar acuerdo al interior de la Nueva Mayoría. Eso sería un retroceso gigante para las ideas de reforma a la educación superior.
¿Cree que lo están achicando por falta de acuerdo político?
En buena parte es por eso. Un proyecto por complejo que sea si tiene piso se logra tramitar. Acá desde el día uno, incluso desde la discusión del 2013, existen diferencias y lo que comprometió el gobierno incomoda a sectores de la Nueva Mayoría que no están de acuerdo con ver la educación como derecho, gratuita y universal. Si las diferencias no son resueltas o si se pone por delante cuidar los equilibrios de la Nueva Mayoría en vez de cumplir los compromisos y por eso se reduce el proyecto, el gobierno estaría cometiendo un grave error.
¿Hay cosas que efectivamente se pueden sacar del proyecto para achicarlo?
Me imagino que algunas cosas de procedimiento. El proyecto entra en detalles que quizás no son necesario en la ley y pueden quedar en reglamentos. Sin embargo, hay varios otros asuntos que hay que incluir. Por ejemplo, no se sabe cómo conversará la reforma con un ministerio de Ciencia, la carrera académica no aparece mencionada, el marco de cualificaciones apenas se menciona dos veces, hay que abordar más el tema de financiamiento, etc. Hay muchas materias que faltan especificar. Hay más aspectos que agregar que sacar de la reforma a la educación superior. En particular aspectos de financiamiento, que es una piedra de toque que no está dando resultados.
¿Habrá reforma en este gobierno?
Espero que sí, con mayor razón debido a que existe una posibilidad de que haya un cambio de administración en el gobierno y lo que está en juego es la continuidad de algunas políticas presupuestarias como la gratuidad. La aprobación de la reforma depende del gobierno y de la Nueva Mayoría. El gobierno prometió una transformación de la educación superior y tiene mayoría parlamentaria para cambiarla, por lo que está en sus manos cumplir la promesa. Nosotros vamos a fiscalizar que se cumpla, que no se diga que se hizo cuando se implementó a medias.
¿Qué aspectos son imprescindibles de incorporar al proyecto?
Lo fundamental es avanzar en fortalecer la educación pública, tenemos un sistema mayoritariamente privado, no es tan mixto porque las públicas funcionan como si fueran privadas. Cambiar el sistema de financiamiento es otro aspecto fundamental, dando pasos más a la universalidad y la estabilidad.
¿Quién es responsable de que no haya nada concreto sobre la reforma?
Obviamente el gobierno como ejecutor es responsable de que no haya reforma, pero también la Nueva Mayoría como coalición. Tienen los votos para aprobar cualquier reforma, en ambas cámaras, pero como se ha evidenciado no solamente tienen dificultades internas, a veces irreconciliables, lo que hace casi imposible gobernar, sino que por otro lado hay una ambigüedad en cuanto a tomar posturas sobre qué actores van a ser los aliados. ¿Se busca el apoyo del grupo Laureate o de los rectores o de los estudiantes? El gobierno tiene que tomar una postura y construir un apoyo político.
¿Dónde ha habido ambigüedades?
Se ha visto ambigüedad en los temas más controversiales, en los que creemos que tiene que haber definiciones más explícitas. Se han cubierto esas decisiones con ambigüedades o dejándolas para decisiones posteriores. En materia de gratuidad, por ejemplo, se propone una fórmula que nadie logra comprender respecto al crecimiento del PIB para llegar a la gratuidad universal. No se puede aprobar un proyecto que no logra definir con certeza cómo afectará esto a los planteles y a los estudiantes.
¿Qué debe hacer el gobierno para sacar adelante la reforma?
Desde que ingresó el proyecto hemos mostrado una posición critica. Sigo creyendo que existe una oportunidad para que el Ejecutivo presente una indicación sustitutiva que permita transformar la educación superior en un derecho. Eso no lo hemos visto y mientras no haya una conversación multisectorial con voluntad, como la que hubo en carrera docente, donde nos sentamos todos a decidir, no se logrará.
La ministra Delpiano dijo que se presentará una indicación sustitutiva, luego que ésta sería en realidad una modificación sustantiva, después que dividir el proyecto era una posibilidad y la última semana que la reforma se achicará. Todo en menos de cuatro meses...
Esa inconsistencia e indefiniciones representan de manera fiel lo que son las contradicciones que vive la Nueva Mayoría. Es un tiraje constante de las distintas fuerzas, que no proyecta una visión unitaria que permita gobernar. Refleja la incapacidad de tramitar un proyecto a partir de las diferencias que existen en los distintos grupos de la Nueva Mayoría.
¿Cuáles son los nudos de la reforma?
Además de aspectos como el financiamiento, está la educación pública, la autonomía con los recursos, cómo imponer un criterio de gratuidad universal, etc. Por ejemplo, es cierto que hay miles de familias beneficiadas con la gratuidad, pero no podemos olvidar que con un ingreso superior a $ 150 mil per cápita estás fuera. La realidad es que esta política por glosa es importante para un sector, pero deja fuera a la mayoría de las familias que acceden a la educación superior. Tenemos que seguir luchando hasta que eso llegue al 100%.
¿Cómo es posible la gratuidad universal?
La gratuidad universal es factible y necesaria. Existen varias propuestas, una de las cuales tiene que ver con cambiar el sentido de la gradualidad: puede ir aumentando la cobertura por decil de ingreso o por política de desarrollo. En este último caso, puedes optar, por ejemplo, por otorgar gratuidad en los centros de formación técnica estatales, podrían haber sido gratuitas las nuevas universidades estatales, etc. Se puede encontrar formas innovadoras para que la gratuidad llegue a más familias. Ha habido propuestas de académicos sobre cómo invertimos la forma de financiamiento para que una vez egresados los beneficiados exista un aporte adicional que no esté vinculado a una deuda, sino a una contribución y eso no debería ser descartado de plano.
U. Arcis: "Que militantes del PC expliquen sus responsabilidades"
¿Es la U. Arcis un reflejo de por qué se necesita la reforma?
Es uno de los ejemplos que muestra que el Estado no se hace cargo de que los estudiantes tengan el derecho de la educación. Cuando se discutió la Ley 20.800, del administrador provisional (AP), advertimos que si no existían atribuciones adicionales al AP, iba a ser una pantalla para pasar a un administrador de cierre. Debemos volver a revisar la ley para que cuando otras instituciones tengan problemas por la nueva regulación, las que no se puedan poner al día, tengan una salida.
¿Qué fallas cree que tiene la figura del administrador provisional?
No tiene muchas herramientas para cambiar el curso financiero de la institución. No tiene facilidades para hacer que un plantel carente de flujo pueda tener más flujo. Discutimos en su momento que había que analizar muchas variables con respecto al plantel afectado: la magnitud de la institución, dónde está localizada la oferta, para que el Estado generara un plan de inversión para rescatar esa institución, que puede ser con un préstamo o inyección de recursos bajo una figura de administración compartida, para que de esa manera se haga un real aporte en términos de gestión. Pero esa visión no fue compartida por el gobierno ni Hacienda y espero que ahora nos demos cuenta que un AP puede ser que no sea la solución.
¿Quién es el responsable de la situación de la U. Arcis?
Hay una seguidilla de errores y malas decisiones que se han tomado. Lamentablemente, desde el 2012 han existido cambios de administración que comenzaron a caer en un círculo vicioso de falta de liquidez, lo que llevó a un detrimento de la calidad y posteriores investigaciones y luego a un ataque a la imagen de esa institución, lo que profundizó una crisis que no se solucionaron con el AP.
Dijo que el Partido Comunista debe hacerse responsable ¿Deberían hacer un mea culpa?
No quiero que esto se preste para una mal interpretación. Como partido político, no creo que el PC haya tenido una vinculación. Eso nunca ha salido de mi boca. Lo que sí es conocido, es que el instituto del PC (Ical) estuvo vinculado con la gestión de la Arcis. Ellos tomaron la decisión de salirse de la gestión por distintas razones y tendrán que exponerlas y lo han hecho en la comisión investigadora. Eso trajo consecuencias para la universidad, y no estamos hablando de juicios, estamos hablando de hechos. Y el presidente del PC ha señalado que como partido no tuvieron injerencia en términos institucionales, pero que sí algunos militantes. Creo que si queremos limpiar el debate para que esto no se trate de teorías del empate, que busca promover la derecha, sería bueno que esos militantes a los que hace referencia el presidente del PC, pudieran explicar cuáles fueron sus responsabilidades y asumirlas para centrarnos en lo que importa, que es encontrar una solución a los estudiantes. No quiero hacer una generalización apresurada, pero si es que se dice que hubo responsabilidades individuales, que se muestren cuáles fueron.
¿Quién debería investigar esto?
No creo que eso tenga que ver con una investigación. Si queremos que esto no se transforme en una batalla política de generalizaciones que no permita encontrar soluciones, entonces ayudaría que las personas que tomaron definiciones en lo que fue la gestión institucional de la Arcis, puedan dar detalles de cuáles fueron los errores y cuáles fueron las consecuencias. No podemos quedarnos con que el PC tuvo toda la responsabilidad o que nadie del PC tuvo responsabilidad. Creo que esto se trasforma en una pelea de barras bravas que no permite avanzar.
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