Gonzalo Barroilhet: En busca de un 10 perfecto

Gonzalo Barroilhet es atleta. Es project manager en una inmobiliaria, en Tallahassee. Es chileno. Es recordman sudamericano de heptatlón indoor y nacional de 110 metros. Es coach voluntario en su ex universidad. Gonzalo Barroilhet es un hombre que se está reinventando. Gonzalo Barroilhet es el mejor decatleta de la historia de Chile.

Hace unos meses que se levanta más temprano y a las 6.30 ya está entrenando. Pero no como antes. No son las mismas rutinas que le permitieron sus mayores logros: cuarto panamericano y la ubicación 13 en los Juegos Olímpicos. El quiere más y el cambio no espera.

Dice que después de Londres nunca volvió a tener buenos resultados. Encima, las lesiones le aplastaron las esperanzas. La del tendón de Aquiles lo tuvo un año y medio afuera de la pista y campo.

"Era una bursitis, pero más importante que eso es que no podía entender qué estaba haciendo mal, hasta que hace unos meses fui a ver a un fisioterapeuta, acá en Estados Unidos, y me dijo que tenía un desbalance muscular", explica.

Fue el momento en que cambió todo en su vida. Eso piensa él, al menos, pues nada se ha podido plasmar aún en competencia. "Después del Iberoamericano de agosto, donde no tuve los resultados que quería (fue cuarto), me empecé a dar cuenta de que tengo déficit en mi entrenamiento. Decidí hacer un cambio más radical, al fin, quedan dos años para los Juegos Olímpicos", agrega.

Ahora su equipo de trabajo es más grande, con un fisiólogo y metodista chilenos, y otro entrenador que ve la parte funcional de su entrenamiento y, lo más importante, la prevención de lesiones. Todo eso, más sus entrenadores de Florida State, su ex universidad.

"Hay muchas áreas de desarrollo de un deportista: la sicológica, la de fuerza, pero hay un área funcional, que trabaja la estabilidad, percepción, la conexión nerviosa con la muscular. Coordina y fortalece los grupos musculares nerviosos que estaban en déficit, porque todo el mundo tiene algún tipo de déficit", cuenta animado.

El atleta pasó semanas estudiando por su cuenta cuál era su situación y cómo llegar a los grandes eventos sin lesiones: "Trato de cuidar la carga y volumen para no quemar los motores, y trato de seguir y controlar mejor mis cargas de manera mas objetiva, que trabajemos no 98 ni 105 por ciento, sino 100 por ciento".

Sabe que no es lo mismo entrenar a los 18 años que a los 28, su edad actual. Sabe también que el peak de los decatletas se da entre los 26 y 31 años y para Río 2016 va a tener 30. "El objetivo es el mismo, que me vaya lo mejor posible, ser finalista, y obtener una medalla panamericana, estoy aburrido de quedarme ahí, a un paso", dice.

Los resultados aún no pueden verse. Barroilhet no competirá, como hacía antes, en los campeonatos bajo techo en el invierno norteamericano. "En marzo competiré en algo. Queda bastante, el Mundial en Beijing es en agosto, no nos queremos presionar", cuenta.

La plata para todo esto saldrá del proyecto presentado al IND: "Ellos nunca me han fallado, no debería pasar ahora. Si me recortan, me recortan el entrenamiento".

Pero Barroilhet también tiene otro trabajo. Los cinco años en la universidad no fueron en vano. Estudió Business Management, hizo un postgrado de Economía y un MBA de Encargado de Finanzas. Hoy trabaja medio día en una inmobiliaria en Tallahassee. Su casa. "Me apoyan, me siento afortunado, porque sigo mejorando en mi tema laboral y no me quita tiempo de entrenamiento", relata.

Además, es entrenador voluntario en la universidad, ayudando a los coachs y aprovechando las instalaciones para entrenar: "Entreno, compito, ayudo, es una sola cosa. También aporto en reclutar, un poco de relaciones públicas. Muchas cosas".

El atleta se está redefiniendo, pero es un proceso que no mira necesariamente lejos. "Después de Río competiré un año mas y veré en qué posición estoy. Si me ha ido increíble, y espero llegar en mi peak a los Juegos Olímpicos, no sería inteligente retirarse. Lo veré después. No le estoy dando muchas vueltas, no me sirve de nada. Aún disfruto esto, me encanta". Es Gonzalo Barroilhet.