Huelga general golpea a Cristina K en un año electoral
El paro se realizó en protesta por los impuestos sobre los salarios y la elevada inflación. Buenos Aires lució casi vacía.
Los principales sindicatos de Argentina realizaban ayer una huelga general de 24 horas para exigir una rebaja en el impuesto que grava al salario, en medio de la delicada situación económica que vive el país siete meses antes de los comicios presidenciales de octubre.
La medida de fuerza afectaba principalmente al transporte público de pasajeros, transporte de cargas, vuelos, bancos, gasolineras y puertos, cuyos trabajadores reclaman una respuesta del gobierno ante la presión impositiva y la caída del poder adquisitivo que según dicen sufren por la alta inflación.
"El paro (huelga) fue contundente. Muchos trabajadores adhirieron de manera directa, aunque sus gremios no lo hicieran", dijo ante la prensa Hugo Moyano, líder de la poderosa central sindical opositora CGT.
Representantes sindicales advirtieron que podrían lanzar un nuevo paro en breve, de por lo menos 36 horas, si el gobierno no reduce la presión impositiva sobre los salarios.
La huelga, que tiene lugar cuando están comenzando las negociaciones salariales entre sindicatos y empresas, fue convocada inicialmente por los gremios de trabajadores del transporte, y luego adhirieron a ella las poderosas centrales sindicales opositoras, partidos de izquierda y algunos gremios oficialistas.
Los líderes sindicales aseguran que la escala del impuesto a las ganancias que se aplica a los salarios quedó desactualizada por la alta inflación y cada vez más trabajadores se ven obligados a pagar una elevada tasa del gravamen.
Una parte de los aumentos salariales otorgados por las empresas y el Estado para compensar la alta inflación se perderían por el impuesto, según los sindicalistas.
"Es necesario que el gobierno escuche el reclamo de los trabajadores, no es posible que el salario pague impuestos. No solo esto nos afecta, también la inflación carcome el poder adquisitivo", dijo a Reuters la trabajadora bancaria Claudia Ferretti, de 35 años.
Los autos particulares invadieron ayer las calles de Buenos Aires, ya que no había autobuses, trenes ni servicio de metro. Agrupaciones de izquierda realizaron piquetes en los accesos a la ciudad para disuadir a los trabajadores de ir a sus empleos.
"¿Por qué están parando? Están parando por defender los sueldos altos de otros gremios (los sindicatos del transporte). Parece que se mofan de quien tiene vocación de trabajar, algo inconcebible", señaló el jefe de gabinete, Aníbal Fernández.
Este funcionario agregó que la tasa grava sólo al 7% u 8% de los trabajadores del transporte automotor en huelga.
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