Ignacio Walker: "Si la DC lo estima, yo estoy disponible para un desafío presidencial"
Admite que "obviamente" se ha planteado la opción. Pero agrega que hay que ser "ubicado", "escuchar" y ver las posibilidades.
El viernes 15 de mayo está destacado en la agenda de Ignacio Walker. Ese día, el senador dará el primer paso de lo que pretende termine en una candidatura presidencial.
Tras dejar la jefatura de su partido, Walker iniciará la primera de las giras regionales en las que buscará sumar apoyos que le permitan, en enero de 2016, convertirse en el abanderado democratacristiano.
¿Qué le gustó más: ser ministro, parlamentario o presidente de la DC?
Ministro de Relaciones Exteriores.
¿Por qué?
Siempre le dije al Presidente Lagos: Presidente, mi pega es mucho más entretenida que la suya.
No sé, yo sentí que había nacido para eso. Esos casi dos años con el Presidente Lagos fueron realmente una experiencia inolvidable. Yo había estudiado relaciones internacionales en Princeton, pero llevar eso a la práctica, colaborar en la política exterior con una política de Estado, con una visión del mundo. Eso, junto con la época de abogado de la Vicaría de la Solidaridad en la dictadura, fue de mucha realización.
No mencionó la presidencia de la DC, ¿por eso se apuró en decir que no estaba disponible para prorrogar su mandato cuando surgieron los cuestionamientos a Jorge Pizarro por sus vínculos con SQM?
Porque eso habría sido un abuso.
¿Por qué?
Porque tras cuatro años y medio en la conducción partidaria, electo y reelecto por las bases del partido, haberse planteado siquiera la posibilidad de una prórroga, yo lo habría encontrado abusivo de mi parte. Hay que cumplir con los ritos republicanos, con los mandatos que uno tiene, y cumplida la tarea hay que pasar el bastón de relevo.
¿Pero dado los cuestionamientos al senador Pizarro, no era algo a evaluar al menos?
Todo eso ha sido muy ingrato, para él en primer lugar, y para el partido también, pero la tesis de que las instituciones funcionan también hay que practicarla al interior del partido. Acá hubo una elección ejemplar, votaron casi 20 mil personas y la lista del senador Pizarro obtuvo el 72% de los votos y después un fallo del Tribunal Supremo proclamó como ganadora a esa lista. Hicimos bien con que asumiera la lista de Jorge Pizarro, más allá del ambiente que ha rodeado todo esto.
¿No cree que se justifican las críticas a Pizarro?, uno de sus hijos reconoció que habían recibido $45 millones de SQM por asesorías orales.
Hasta el día de hoy no sé de qué se le acusa al senador Pizarro, sigo sin saber de qué se le acusa. Todo lo que sabemos es que sus hijos formaron una sociedad, que prestaron servicios, boletearon en 2011, 2012 a Soquimich, por lo tanto, la explicación la tienen que dar ellos, que es lo que han hecho y han concurrido a la fiscalía, pero no podemos hacer responsables a quienes ocupan cargos políticos de las conductas de los familiares.
El propio Pizarro participó de viajes con el ex gerente general de SQM, Patricio Contesse, a las instalaciones de la minera, ¿eso tampoco es reprochable?
No tengo un juicio que emitir sobre esa materia. Jorge Pizarro es un parlamentario del norte de Chile, hay allí también una empresa (de SQM), hay también actividades productivas que son importantes para el país y, por lo tanto, no tengo un juicio de reproche que hacerle en esa materia.
Recién, junto con haber sido canciller, recordaba su paso por la Vicaría como uno de los episodios más importantes de su vida, ¿de verdad que no le hace ruido que militantes de su partido tengan vínculos con una empresa que es propiedad del ex yerno de Pinochet, una empresa que fue parte de las privatizaciones que tantas veces cuestionaron?
Claro que me hace ruido, todo lo que tiene que ver con Soquimich me hace ruido. Es un capítulo inédito en nuestra historia, es una demostración clara de lo que no hay que hacer, casi una caricatura de esta mal sana relación entre el dinero y la política. Y, evidentemente, que, quienes trabajamos en la Vicaría de la Solidaridad y luchamos por los derechos humanos, siempre tenemos un estándar mayor de exigencia, porque nuestro compromiso con la lucha por los derechos humanos no partió de un cálculo, al contrario era un riesgo que uno asumía. Por lo tanto, siempre hemos sido más exigentes de los estándares éticos. Por cierto que todo esto me choca, me irrita.
Uno de los efectos que tendrían los distintos casos es que al involucrar a algunas figuras presidenciables como Enríquez-Ominami, Andrés Velasco o el ex Presidente Piñera, el escenario para 2017 estaría abierto.
Está completamente abierto y, por lo tanto, permite construir opciones. Esa es la ventaja que tiene, no es como en 2013 que había una candidata indiscutida.
Usted y el senador Pizarro plantearon el lunes que la DC debe tener un candidato presidencial para 2017, ¿por eso lo dijeron?
Llegó el momento en que la DC lidere la Nueva Mayoría, es más, lo que está claro es que en la DC tendremos una candidatura presidencial y eso es un factor de consenso al interior del partido. Tenemos que aspirar a ejercer un liderazgo y una conducción política en el país, que permita hacernos cargo principalmente de los desafíos de la clase media. La DC tiene que aspirar a transformarse en la representación política de las aspiraciones y los sueños de la clase media chilena que se siente huérfana de representación política.
¿Le gustaría liderar ese proceso?
Creo que este no es el momento de las candidaturas presidenciales. La gente no entendería en medio de lo que estamos viviendo, que estuviéramos lanzando candidaturas presidenciales. Eso yo lo tengo claro. Pero creo que la DC sí tiene que construir una opción presidencial.
Mi pregunta es si le gustaría encabezar ese proceso, no si se va a lanzar ahora como candidato.
Tomo nota, por ahora, constato, dentro y fuera del partido que hay gente que se ha planteado esa opción y yo también me la he planteado, obviamente, si estoy en política, he sido diputado, senador, ministro de Relaciones Exteriores, presidente de partido, conozco mis capacidades, mis debilidades. Y, por lo tanto, yo no me puedo negar a esa posibilidad. Pero trato de ser ubicado y, sobre todo, entender que la política es un trabajo colectivo y, por lo tanto, una candidatura presidencial para tener posibilidades debe surgir de las entrañas del partido. Quiero recorrer el país, agradecer a mis camaradas por estos cuatro años y medio, escuchar a la ciudadanía y ver qué posibilidades tiene esa opción.
Entonces sí quiere competir.
No puedo descartar una opción presidencial, pero nunca me voy a autoproclamar, no es algo que vaya a surgir de una decisión individual, yo soy un hombre de partido y de un partido al servicio de Chile, que se haga cargo de las aspiraciones y los sueños de la clase media, si yo sirvo a esos objetivos, bienvenido sea, pero lo que está claro es que en la DC vamos a tener una candidatura presidencial. La DC tiene una oportunidad, si sabemos jugar bien esta carta, de cara al país, sumando voluntades, y si la DC lo estima, yo estoy disponible para un desafío presidencial. Si hacemos las cosas bien, tenemos la posibilidad de instalar a un DC en La Moneda.
¿El candidato DC debe ir a una primaria de la Nueva Mayoría o llegar a la primera vuelta?
Eso lo tiene que definir el partido y yo ya no soy presidente del partido, así es que me voy a sumar a esa decisión. Hay dos escenarios: ir a una primaria de la Nueva Mayoría, que tiene que ser abierta y vinculante, y el otro, ir derechamente a la primera vuelta. Hay que desdramatizar los dos escenarios y ver cómo construimos mayoría, eso para mí es intransable.
¿Y cómo se hace eso si hoy en la Nueva Mayoría la DC es la minoría?
La DC es la primera fuerza política de la Nueva Mayoría, somos un tercio de la Nueva Mayoría electoralmente, pero claro, somos siete partidos. Hemos hecho un trabajo en los últimos 20 años con el Partido Socialista que ha sido la base de la gobernabilidad. Hemos hecho en el último tiempo un trabajo muy serio con el Partido Radical. Siempre he creído en la convergencia entre el humanismo cristiano y el humanismo laico. Eso calzaría muy bien con una clase media emergente.
¿En una primaria de la Nueva Mayoría hay espacio para Enríquez-Ominami?
Claramente no, porque tenemos matrices distintas, visiones distintas del país. Eso no es una mirada excluyente, al contrario, el que se autoexcluyó del camino que hemos recorrido como Concertación primero y luego como Nueva Mayoría, es Enríquez-Ominami. Primero renunció al Partido Socialista que lo había elegido como diputado, después no sólo renunció a la Concertación, nos trató pésimo. Después fue funcional al triunfo de la derecha en 2009. Trató peyorativamente al ex Presidente Frei -"el candidato del 29%" le dijo-. En nuestro mundo no hay rencor, pero sí memoria histórica.
Entonces que no se venga a victimizar. El tomó una opción, pero seamos claros, es la opción del llanero solitario que cree que puede buscar opciones presidenciales solo, y que después de dos fracasos viene a buscar alianzas por necesidad. Yo no estoy para eso, la política no está para oportunistas. No veo ninguna posibilidad de que participemos con Enríquez-Ominami en una misma primaria, no conozco a nadie en la DC que esté disponible para eso.
¿En qué fecha la DC debería definir su candidato presidencial?
A más tardar en enero de 2016, así de claro.
¿Con una primaria?
Ojalá con una primaria abierta y vinculante, y si hay mucho consenso interno, por qué no una proclamación en la Junta Nacional, cualquiera sea el candidato o candidata, pero el primer trimestre de 2016 esa carta tiene que estar definida para recorrer el país con todos nuestros candidatos a alcaldes y concejales.
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