Illapu regresa tras ocho años con disco de covers

Sobre el final de la entrevista, Roberto Márquez repite con cierta frecuencia dos conceptos algo temerarios para quien está promocionando música nueva: crisis y estancamiento. "Es que así fue. En estos últimos años los quiebres han sido muy fuertes y nos sentíamos sin una dirección clara por donde ir. Estábamos agotados. Fue algo muy profundo. Nos planteamos terminar el grupo y que cada uno siguiera su propio camino. Pero, al final, decidimos que era hora de revitalizarnos", recapitula el único sobreviviente de la formación histórica de Illapu ante la última década del conjunto, marcada por las numerosas deserciones -como Raúl Acevedo, parte esencial de la banda a partir de los 80- y un último álbum, Vivir es mucho más (2006), sin la relevancia de sus años multiventas.

Para sacudirse de los tropezones, el hoy septeto se encerró desde principios de 2013 en su estudio de Ñuñoa con la intención de materializar algo inédito en su trayectoria: un disco de covers. "Tras 40 años, quisimos romper nuestra continuidad más obvia", asegura el cantante. Se trata de un título con fecha de estreno para abril y que incluirá 14 versiones no sólo de referentes más habituales -como Silvio Rodríguez (El necio), Víctor Jara (Manifiesto), Víctor Heredia o la cantante boliviana Luzmila Carpio-, sino que también de créditos más actuales, como Joaquín Sabina (Violetas para Violeta), Jorge Drexler y Alexis Venegas.

Eso sí, y tal como sucedió con casos más recientes, como el álbum Música libre (2010) que Los Bunkers dedicaron a Silvio Rodríguez, la idea de Márquez es aplicar cirugía profunda sobre las composiciones originales, hasta concebir temas que asoman casi nuevos. "O que al menos suenan como nuevas canciones de Illapu. Porque la idea era darle una vuelta hasta que la sonoridad cambiara completamente. El plan no es caer en la moda de los álbumes de covers, sino que sumar arreglos y elementos renovados", sintetiza Márquez en torno a un trabajo que, pese a su espíritu, también incluirá dos tracks inéditos.

Entre las versiones más trastrocadas figura Aquellos tiempos, una de las primeras creaciones de Drexler, armada sobre zampoñas que adoptan el papel rítmico de las percusiones, y Violetas... de Sabina, con un timbre mucho más andino. "Nuestro público está acostumbrado a ciertos momentos de innovación y creo que este es uno más", cierra el líder de Illapu.