Ilusiones ópticas: el arte cinético italiano revive en Las Condes
Muestra se inaugura hoy en el Centro Cultural de Las Condes y en Fundación Itaú.
Creían en el trabajo colectivo, en la experimentación radical y en la relación activa del público con la obra de arte. Eran los años 50 y la escena italiana se rearmaba, tras la II Guerra Mundial, en torno al arte cinético: una corriente que apeló al movimiento y al efecto óptico para crear obras colaborativas, en las que el artista es igual de importante que el observador.
Reunidos en talleres, usando los mismos materiales y tecnologías, nacieron el Grupo T y el Grupo N, los que fomentaron la idea de que las piezas artísticas varían según la percepción de cada individuo. Ambos colectivos estaban influenciados por los pensamientos de un mismo creador más viejo y visionario, que ya en los años 30 concibió la primera obra móvil y hecha en serie de la historia del arte: Bruno Munari (1907-1998).
Desde hoy, 50 obras originales del arte cinético italiano se exhiben por partida doble en la Corporación Cultural de Las Condes y en el Espacio Arte Abierto de la Fundación Itaú, reunidas en la exposición Occhio Mobile, que incluye obras de Munari y de exponentes del Grupo T y Grupo N, comoGiovanni Anceschi, Boriani Davide, Gianni Colombo y Alberto Biasi.
Apoyado por la Embajada de Italia y el Instituto Italiano de Cultura, la curadora Micol di Veroli y la productora Alessia Autuori, reeditan la exposición que el año pasado se presentó en el Macba de Buenos Aires, y que ahora llega a Chile con una nueva selección de piezas inéditas e históricas pertenecientes a colecciones privadas. "Los artistas son los mismos, pero esta vez pusimos el acento en los padres del movimiento, aquí hay por lo menos 11 obras que tienen más de 50 años", dice Alessia Autuori.
A diferencia de Latinoamérica, donde el arte cinético comenzó tardíamente y siguió brillando hasta los 80 con artistas como el argentino Julio Le Parc, los venezolanos Jesús Rafael Soto, Carlos Cruz Diez y la chilena Matilde Pérez, en Italia el movimiento desapareció abruptamente en los 70 y no quedaron seguidores. "Es interesante cómo en los últimos tres años el arte cinético ha vuelto a resurgir en ferias de arte y con artistas jóvenes que están desarrollando obras a partir de las nuevas tecnologías del siglo XXI. Para nosotros es importante dar a conocer este antecedente italiano", señala Autuori.
EXPERIMENTAR UNIDOS
Esculturas giratorias y lumínicas, collages unidimensionales que producen efectos ópticos a partir del contrate de colores y obras volumétricas hechas en aluminio, son algunas de las piezas que se exhiben en Occhio Mobile. También hay una selección de vestidos del destacado diseñador Fausto Sarli que complementan el recorrido histórico por el arte cinético. "Entre los años 50 y 70, Italia retomaba su lugar en el mundo, y buena parte de ese despertar se hizo a través del arte y la moda. Sarli se inspiró en la corriente cinética para sus vestidos, haciendo juegos de movimiento con telas en blanco y negro que en el diseño de vestuario fueron muy exitosas", explica la productora.
El recorrido se inicia con cuatro obras del padre del arte cinético en Italia, Bruno Munari, quien ya en 1950 realizaba sus primeras "pinturas proyectadas" usando composiciones abstractas dentro de diapositivas que luego descomponía con filtros polaroids. Para 1962, el movimiento había ganado fuerza y Munari realiza la primera exposición colectiva con 32 de sus seguidores en Milán, con textos de Umberto Eco, visibilizando la diversidad de las miradas en el arte óptico y cinético y reconociendo a creadores en otros países de Europa como el Grupo Zero de Dusseldorf y el GRAV en París.
"Fue una época en que el arte se colectivizó mucho. Aunque cada obra está identificada con un autor, no se ve un afán de marcar y diferenciar estilos. La individualización del arte es un fenómeno de los últimos 50 años, antes era más importante la experimentación, el compartir conocimientos", resume el artista italiano Fabio Pennachia, encargado del montaje de la muestra que estará abierta hasta el 27 de julio.
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