Iquique entra en pánico
El cuadro nortino empató 2-2 con la U y ahora comparte el liderato. Los celestes desaprovecharon dos goles de ventaja. Los azules, una vez más, mostraron todas sus flaquezas.
El pánico escénico muchas veces atrapa al futbolista. A veces incluso más que el propio rival que tiene enfrente. Los factores externos muchas veces juegan. Los tangibles, como puede ser el público en contra, como también los invisibles, aquellos que no se aprecian a simple vista, pero que terminan convirtiéndose en la peor pesadilla para cualquier jugador.
Algo así vivió Deportes Iquique en el Nacional. Presionado por la tempranera victoria de Unión Española, pero también por el ambiente que se apropió de Ñuñoa. 45 mil espectadores que fueron a vivir una fiesta teñida de azul y que desde su aliento supieron rescatar a una equipo que parecía muerto en el segundo tiempo, el cuadro nortino no supo cerrar la obra que tuvo a una pincelada de terminar en pleno segundo tiempo.
Porque Iquique tuvo todo para dormir como exclusivo líder del torneo. Pero no pudo. No supo tampoco. Quizás nervioso por tanta pirotecnia, pero también por sentirse quizás demasiado solo en las alturas. Algo también hizo la U para desdibujarlo con un pressing asfixiante en los minutos iniciales. Sólo asomaba el portero Cortés, quien con un par de atajadas mantenía con vida al equipo.
Pero una vez que pasó la humareda y la U mostró el desgaste lógico por tamaño comienzo, asomó Iquique. Y lo hizo como se esperada desde un comienzo. Bajo la batuta de Bustamante, los Dragones Celestes se fueron acomodando en la cancha. A partir de la tenencia primero y posteriormente encontrando los caminos para llegar a Johnny Herrera, quien tuvo una buena reaparición en el arco.
De hecho, el portero fue gran responsable de que se prolongara más allá del primer tiempo el marcador en blanco. Herrera tuvo un par de atajadas notables, sobre todo una frente a Cubillos en el primer tiempo, pero nada pudo hacer frente a Ramos y Caroca, quienes lo batieron mano a mano. Los goles de Iquique se hicieron esperar, pero llegaron en un momento en que el dominio era casi insostenible.
La U, convertida en una suma de voluntades, con jugadores incapaces de sostener el mismo ritmo durante 90 minutos, volvió a reflejar sus debilidades futbolísticas. Aquellas que lo tienen sumido en el fondo de la tabla, lejos de cualquier lucha por alguna copa internacional. Y que se prolongan desde hace más de 20 meses. Una miseria que no se condice con tanta fidelidad desde las tribunas.
El partido estaba a merced de los nortinos. Era cosa de poner el balón al piso y dejar que transcurrieran los minutos. La U a esa altura pedía el pitazo final para evitar una derrota más abultada.
Pero tan solo se vio Iquique que se relajó. Perdió el denominado ojo de tigre que se ne cesita en este tipo de instancias decisivas. De algún modo soltó el partido. No supo rematar a la U, que sin proponérselo volvió al partido con un zapatazo impresionante de Martínez. Y enseguida, Mora encontró el empate sólo en el área, con todos los defensores nortinos mirándolo.
A esa altura, el pánico se había vuelto a apoderar de los jugadores celestes, que no supieron encontrar la forma de regresar al partido después de esos dos golpes que le propinó el cuadro azul. Así, casi sin darse cuenta, Iquique dejó de ser el exclusivo líder. Por algún mérito del rival, pero también por culpa propia.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.