Irán acusa "guerra psicológica por sanciones" y UE duda del cierre de Ormuz

"Imponer sanciones económicas es ilógico e injusto pero no impedirá que nuestra nación obtenga sus derechos", afirman en la cancillería iraní.




Las primeras reacciones de autoridades del gobierno iraní al embargo petrolero dictado por la Unión Europea, corrieron por parte del vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores Ramin Mehmanparast y del vicecanciller Abbas Araqchi.

El primero calificó las sanciones como una "guerra psicológica" y consideró que van a empeorar la disputa por su programa nuclear. "Las sanciones de la Unión Europea contra el petróleo iraní son una guerra psicológica (...) Imponer sanciones económicas es ilógico e injusto pero no impedirá que nuestra nación obtenga sus derechos", apuntó Mehmanparast en referencia a las ambiciones nucleares de Teherán, según detalla Reuters.   

"Los países europeos y aquellos que están bajo presión deberían pensar en sus propios intereses. Cualquier país que se prive del mercado de energía de Irán pronto verá que ha sido reemplazado por otros", agregó Mehmanparast.   

A su vez, Araqchi manifestó a la agencia de noticias oficial IRNA que cuantas más sanciones se impongan a Teherán por su trabajo de enriquecimiento de uranio, "más obstáculos habrá para resolver el tema".   

Estados Unidos está liderando los esfuerzos diplomáticos por endurecer las sanciones a Irán, al que acusa de buscar capacidad nuclear con fines militares bajo la fachada de un programa de energía atómica civil.  Teherán niega las acusaciones.

Washington e Israel no descartan lanzar ataques militares contra sitios nucleares iraníes si la diplomacia fracasa.   

ORMUZ
En tanto, hoy varios ministros de Exteriores de la Unión Europea dudaron de que Irán llegue a concretar su amenaza de cerrar el estartégico estrecho de Ormuz y advirtieron de que un paso de ese tipo sería totalmente inadmisible.

Fue el vicepresidente de la Comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento de Teherán, Mohamed Kousari, quien volvió a plantear la posibilidad de bloquear ese paso clave.

"Si los occidentales renuncian a comprar el petróleo de Irán, nosotros venderemos el crudo a otros países, pero si se produce alguna interrupción en la venta del petróleo de Irán seguramente cerraremos el estrecho de Ormuz", aseguró el diputado.

Preguntados por las amenazas, los ministros de Exteriores británico, William Hague, y sueco, Carl Bildt, pusieron hoy en duda que Teherán pueda realmente plantearse esa medida   "Sería profundamente contraproducente. Les perjudicaría más a ellos que a nosotros", aseguró Bildt a su llegada a la reunión ministerial que aprobó el embargo.

El jefe de la diplomacia española, José Manuel García-Margallo, aseguró que "el cierre del estrecho de Ormuz sería una provocación de consecuencias incalculables", mientras que la Alta Representante de la UE, Catherine Ashton, se negó a "comentar lo que digan parlamentarios iraníes". Hague, por su parte, consideró que un intento de bloquear el paso por parte iraní sería "ilegal" y "en vano".

Sin embargo, para el director del centro de estudios Carnegie Europa, Jan Techau, la opción de que Teherán recurra a esa medida gana fuerza tras el veto europeo a sus importaciones de crudo.  "Antes de las sanciones les habría hecho mucho daño a ellos mismos, ahora tiene mucho más sentido", explicó en declaraciones a Efe.

TENSIONES
Según este analista, un movimiento de ese tipo desencadenaría "sin duda" una escalada de las tensiones militares en el golfo Pérsico y provocaría casi con toda seguridad una intervención militar, ya sea estadounidense, europea o de algún país de la región para restablecer el tránsito por esa vía marítima clave.

El que Irán se arriesgue finalmente a un conflicto armado dependería, según Techau, de lo golpeado que se sienta el régimen por las nuevas sanciones internacionales, sobre todo si estas provocan una reacción dentro del país contra el régimen.

La tensión en la zona es ya elevada y recientemente Estados Unidos aumentó su presencia con el envío de un nuevo portaaviones pese a las advertencias iraníes.

"Podemos mantener el estrecho de Ormuz abierto y haremos lo necesario para conseguirlo", advirtió hoy en una entrevista en la BBC británica el embajador estadounidense ante la OTAN, Ivo Daalder.

El paso, que en su punto más angosto mide 54 kilómetros, es una vía de navegación situada en aguas territoriales de Irán y Omán por la cual transitan, cada día, un promedio de 13 buques cisterna que transportan más de 15 millones de barriles de petróleo crudo, es decir un tercio de los embarques mundiales de hidrocarburos.

Según los expertos, desde el punto de vista técnico sería sencillo para Irán bloquear el paso, pero casi todos dan por hecho que la acción desencadenaría una respuesta militar extranjera a la que el país no estaría en situación de hacer frente.

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