Iriana Larenas Serrano: La productora de la Chicha del Bicentenario

"Hay días que una no da abasto, no va ni a almorzar. A la gente hay que cerrarle la puerta de calle. Parece que si hubiera muerto alguien. Antes no era así". Iriana Larenas Serrano (74) no ha parado de atender clientes desde que su máxima creación fue nombrada la Chicha del Bicentenario.

Esta mujer es la matriarca y la dueña de la "viñita" Santa Adela, predio de dos hectáreas ubicado en la localidad de Lo Chacón en la comuna de El Monte, a 43 kms. de Santiago. Desde esas tierras sembradas sólo con parras se extrae la uva moscatel hace más de 40 años.

Nació en Peñuelas, el 12 de junio de 1934. Es hija de ferroviario, por lo que tuvo que cambiarse un par de veces de domicilio. Vivió en Placilla y Manantiales. En 1952, llegó al lugar campestre donde habita y desarrolla el negocio familiar que inició su esposo Salvador Jara, fallecido en 1992.

"Empezamos con un campo de una hectárea, pero con el tiempo comenzamos a comprar tierras, a plantar las viñas y a construir nuestra casa. Trabajábamos los dos de sol a sol", recuerda la señora Iriana a La Tercera. Cuenta que fue a principios de la década de los '60, cuando recibieron la autorización para comercializar la chicha. 

El brebaje se elabora manualmente, con máquinas que se activan con fuerza para mover los engranajes que muelen el fruto. Luego, el jugo obtenido se deposita en tinajas de greda con fondo de cobre que tienen más de 40 años. "Todo artesanal". 

"No vendo na' por botella", responde a una clienta interrumpiendo por un par de segundos el diálogo. Lo retoma excusándose y explicando que le piden chicha en botella. Ella vende sólo garrafas (5 litros), aclara, cuyos valores oscilan entre los $5 mil y $7 mil. "El precio depende del stock".

Iriana Larenas continúa detallando el proceso de elaboración: "La uva pasa por cocción cinco horas. Todo comienza en marzo y culmina a fines de abril, cuando se le da el punto y se guarda". 

Esta chicha será degustada por el Presidente Sebastián Piñera en la Parada Militar 2010. 

EL CONCURSO
Para que desde las tinajas y chuicas de El Monte llegue en un cacho hasta el palco de honor del Parque O'Higgins, tuvo que pasar por una búsqueda organizada por la Seremia metropolitana de Agricultura que se extendió por un mes y medio. En ella participaron más de 10 productores artesanales. 

La selección estuvo a cargo de tres catadores del Club de Huasos Gil Letelier. Uno de ellos fue  Héctor Rodríguez: "Nos sedujo, primero, el color, chicha baya; en segundo lugar, su aroma, no podemos hablar de bouquet, y en tercer lugar, el grado alcohólico. La chicha seleccionada no es dulce ni tampoco tiene ese amargor que queda cuando la intervienen".

La señora Iriana triunfó  sobre la chicha Durán, de Curacaví, y la Martínez, de Melipilla. "Es una experiencia bonita, algo histórico, es la primera vez en tantos años", dice sobre la distinción. 

La bodega de la casona donde vende su producto y donde se pueden apreciar las tinajas a flor de cemento atiende desde las 9.30 hasta las 18.30. Para este año Bicentenario se elaboraron entre cuatro mil y cinco mil litros, pero la gente ha vaciado las tinajas para acompañar el asado o la empanada.