Isis, una piloto con clase

Isis Carreño

isis Carreño planifica por estos días su temporada 2017 en la que quiere volver al motociclismo grande de Europa. Lo hace con el recuerdo fresco del Latinoamericano ganado en Termas de Río Hondo, pero también cuidando las notas para que segundo medio no sea un lastre.




Es el Día del Profesor en el colegio Alicante del Rosal. Los niños salen temprano, dicen ellos mismos que tuvieron pocas clases. Entre el mar de uniformes sale una chica de segundo medio con la idea de comprarse un helado. Es Isis Carreño, sus compañeros ya saben por qué se ausenta cada ciertas semanas y al regreso le preguntan cómo estuvieron las carreras.

Porque la vida de la estudiante, que sueña con ser piloto profesional y doctora -o doctora y piloto profesional-, son las tuercas, las motos, circuitos exigentes y, por ahora, el sueño de consolidar una carrera.

Tiene 16 años y se dirige con el helado desde Maipú a Las Condes, donde está Yamaimport. No puede manejar ningún vehículo motorizado, claro, por su edad, al menos fuera de un circuito. Al llegar, un mecánico del taller la reconoce y salta la historia de cuando tenía 12 años y debía partir desde el último lugar de la grilla aunque hiciera la pole. La razón era sencilla: su padre tenía que sostenerle la moto en la partida, porque las piernas no le llegaban al suelo, y si don Gerardo estaba adelante era un blanco peligroso para el resto de las máquinas.

Tras títulos nacionales y brillar entre las damas, Isis Carreño Ávila ha tenido problemas para consolidar su carrera. Estuvo en España en 2014, compitiendo contra varones, como siempre, pero no pudo quedarse, por problemas familiares. "Fue difícil, porque de estar en Europa, en circuitos tan grandes, a volver a Chile, dan pocas ganas de correr. Por el nivel; por los circuitos; por el ambiente, porque allá es súper unido, mientras que aquí hay mucha envidia y rivalidad, dentro y fuera de la pista", comenta la piloto.

Ha demostrado que tiene nivel, hace poco ganó el Latinoamericano por segundo año consecutivo. Una carrera donde estuvo buena parte de las mejores competidoras del continente y que se disputa en Termas de Río Hondo, en la misma configuración de pista que se usa para el MotoGP. "En los entrenamientos les sacaba dos segundos a la segunda, en la clasificación me relajé y fui tercera. El circuito es muy veloz, muy difícil, muy técnico, así que ayudaba mucho el tema del peso", asegura.

Correr en esa pista es un honor y Carreño lo sabe: "El circuito de Termas es otra cosa, nada parecido hay en Chile, faltan años para que se haga un circuito así. El de Codegua no es malo, pero le falta mucho en seguridad, por ejemplo, los pianos o las curvas o el muro a la salida de la recta".

El título panamericano no es sólo un honor: "Esto me ayuda mucho en el currículum, cuando uno quiere presentarse ante algún auspiciador. Y no solo eso, uno va aumentando el nivel, se da cuenta de que puede ir ganando cosas y se motiva a decir 'puedo llegar más allá', me da oportunidades de salir al extranjero. Y en eso estamos, conversando con un auspiciador".

Esas negociaciones son muy importantes. De ellas depende si Isis Carreño podría tener un calendario ideal en 2017. Su idea es, además de correr en Chile, ir a disputar el certamen de 300 cc de Europa. En 2014 fue en 250 y la diferencia es mayor a esos 50 cc. "Las Moto3 están preparadas a full. Además, en 250 corría pura gente de mi edad (tenía 14 años) y en 300 ya son grandes".

La deportista lleva años en esto y es capaz de autodefinirse. "Tengo un buen nivel, me di cuenta que soy la más rápida de América. En Chile, el único que está lejos es Maxi Scheib; al resto, entrenando un poquito más, puedo andar a la par con ellos. En el extranjero, claro, tienen mucho más nivel, pero es solamente porque tienen mejores circuitos", analiza.

¿Y qué le faltaría? "Entrenar más profesionalmente, dedicarle ciento por ciento a la moto, comer, dormir como una profesional, entrenar en el gimnasio, estar en un colegio para deportistas, tener un preparador físico", responde.

Ese regreso no es tan improbable. El jefe de equipo le comentó que podría volver incluso sin tener que pagar el costo anual. "Dijo que yo tenía condiciones", recuerda la motociclista.

Eso a corto plazo, al largo, el sueño es claro: "Llegar al Moto3 del MotoGP o correr el Mundial de Superbikes en 300cc, que según se ha dicho, esa categoría aparecería en 2017. Para motos más grandes me faltaría cuerpo. A eso aspiro. Y a seguir ganando títulos internacionales, los más posible".

Del colegio, a Carreño le gusta la biología, le va bien en otros ramos, como la historia, y, de frentón mal, en matemáticas. Mal auguruio para un deporte de perfección en la que pocos aspectos se alejan de los números. "Claro, como la telemetría, pero son cosas que uno va aprendiendo, es que son cosas que a lo mejor me pueden costar un poco, pero uno les agarra el ritmo, porque son cosas que a uno le gustan".

Es que la vida de Isis es también de libros y aprendizaje. El colegio es importante, pues su plan es estudiar medicina, y en este hay pocas oportunidades para los deportistas precoces. No se cambiaría, aunque si se da su plan de correr en España, tendría que hacer algo: "De seguro me tendría que ir a uno para deportistas, porque ahí sí que faltaría mucho a clases. Sí me complica que en esos colegios pasan el mínimo de materia y yo quiero algo más profundo, lo necesito. Este año no me ha ido bien, mi promedio es 5,6 y el año pasado, en otro colegio, 6,7. Es por los viajes y este colegio no me da muchas facilidades".

Sueña con ser doctora y piloto. ¿Qué quiere más? Nadie pretenda que lo sepa: tiene 16 años.

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