J.K. Rowling y la maniobra anti-spoilers por obra de Harry Potter

Diecinueve años después de que Harry Potter venciera a Lord Voldemort e hiciera su vida junto a Ginny Weasley, hermana de Ron, marca el inicio de Harry Potter and the cursed child (Harry Potter y el niño maldito), la última entrega de la famosa saga de J.K. Rowling que en julio próximo debutará en Londres. Solo hace algunos días, la autora tuvo que salir al frente de la polémica luego de que se supiera que otra de sus protagonistas, Hermione (históricamente representada por Emma Watson), en el montaje dirigido por John Tiffany será interpretada por una actriz de raza negra.

Rowling afirmó que Noma Dumezweni, la actriz de británica y ganadora del Premio Laurence Olivier, era la mejor opción para dar vida a la versión teatral de Hermione.  "Por mi experiencia en los medios de comunicación social, sabía que me encontraría con muchos idiotas por esta elección, pero ¿qué puedo decir? Este es el mundo en el que vivimos", declaró la autora. Lejos de terminarse el acoso y las polémicas en torno a la puesta en escena, mañana arrancan los preestrenos de la obra de teatro con público. Desde entonces, la preocupación de la escritora son todos esos pequeños "spoilers" que podría haber entre los asistentes.

Esta mañana apareció un vídeo colgado en su canal de Youtube, y donde la propia J.K. Rowling pide a los espectadores que, por favor, mantengan en secreto lo que vean sobre las tablas, dirigiéndose particularmente a todos aquellos provilegiados y fanáticos que podrán ver extractos y funciones del montaje previo a su debut. En paralelo, en su cuenta de Twitter anunció el vídeo con el siguiente mensaje: "Solo queremos que todo el mundo que haya comprado la entrada para Harry Potter y el niño maldito disfrute de las sorpresas sobre el escenario".

La expectación que ha generado en todo el mundo la secuela del mago más famoso de la historia, llevó a la producción a publicar las primeras fotografías de estudio de Jamie Parker como Harry Potter adulto; a Sam Clemmet, quien interpreta a Albus, uno de los hijos de Harry Potter, y a Poppy Miller, quien encarna a Ginny Potter (de soltera Ginny Weasley) durante la semana pasada.

En la ficción, a diecinueve años de la muerte de Voldermort -cuando J.K. Rowling puso punto final a Harry Potter y las reliquias de la muerte-, Harry Potter ya lucía como un adulto agobiado por su nueva vida: padre de tres niños en edad escolar, además trabaja como funcionario en el Ministerio de Magia. La sobrecarga lo supera. La historia de la obra de teatro, dividida en dos y a cargo del dramaturgo británico Jack Thorne, girará en torno, según se ha dicho, a la relación del mago con la cicatriz en la frente con su hijo Albus, quien luchará con el peso de una herencia familiar que nunca quiso.