José García Ruminot y Presupuesto 2018: "Vale la pena constatar el problema de la deuda"
Más allá de las partidas específicas, el senador RN puso el acento en ingresos fiscales que "pueden estar abultados".
¿Cuál es su principal preocupación respecto al Presupuesto 2018?
El que el ministro Eyzaguirre apunte a ingresos fiscales de 7,4% en 2018, porque según nuestros análisis significa que espera US$ 1.900 millones adicionales por concepto de la reforma tributaria. Eso mismo señalaba el informe financiero del proyecto en 2014, pero eso se estimó para el proyecto original, que se modificó en el trámite y posteriormente. Esos recursos pueden estar abultados y se deben analizar en la partida del Tesoro Público.
De todas maneras el Ejecutivo prácticamente no se mueve respecto a los supuestos.
Es verdad que el gobierno normalmente no se mueve, además que no se votan los ingresos. Pero vale la pena constatar el problema de la deuda, por ejemplo, ya que escalaría a US$ 74.000 millones si ocupan todo lo autorizado en el Presupuesto, y puede que sea en realidad más alto. Y si bien es cierto que comparado con otros países esa deuda puede ser baja respecto del PIB, es también cierto que esos países han pasado por circunstancias muy difíciles. Esto no es gratis, significa pagar intereses crecientes de la deuda.
A nivel de partidas cuáles les interesa más comenzando el debate.
Me quedo con Tesoro Público, que es como un resumen del Presupuesto. Destaco que ahí están las reservas, la "provisión para financiamientos comprometidos". Eso está en alrededor de US$ 1.500 millones, donde debería estar el reajuste del sector público y los proyectos de ley que se aprueben de aquí en adelante. Aquí también ponemos atención, porque podría haber problemas.
¿Cuánto esperan que sea el reajuste del sector público?
Se tiende a asumir una cifra cercana al IPC+1. Es decir, para el presupuesto sería en torno a 3,6%, aunque siempre trae aparejado, además, una serie de bonos, por lo que es mayor.
¿Qué consecuencias anticipa por este panorama fiscal?
Es lo mismo que afrontar una emergencia. Como en 2010 hubo que hacerse cargo del terremoto, quizás en 2018 será obligatorio un ajuste fiscal.
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