José Miguel Insulza: "Yo quisiera que el PRO estuviera en la Nueva Mayoría"
El ex ministro respalda las conversaciones de dirigentes oficialistas con Marco Enríquez-Ominami. "Significa reunificar aquella mayoría que terminó con la dictadura", dice.
Por estos días, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, tiene sentimientos encontrados en Washington. Está en la recta final de su mandato y se prepara para regresar a Chile, después de 10 años al mando de la máxima entidad de los países americanos. Le quedan 11 meses: abandona su cargo el 25 de mayo de 2015, justo un año después de reencontrarse en la capital americana con dos amigos de la vida y, en el caso de uno, del socialismo. Un par de semanas atrás se instalaron en la misma ciudad el nuevo embajador de Chile en Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés, y el diplomático Juan Pablo Lira, quien asumió como representante ante la propia OEA. "Llegan justo cuando me voy", bromea, con nostalgia, el ex ministro del Interior de Ricardo Lagos, quien hace rato viene anunciando su regreso al país y, en particular, a la política chilena. Si bien no entrega luces respecto de su próxima tribuna, se muestra muy informado sobre los primeros 100 días del segundo período de Michelle Bachelet, con quien se reunirá hoy. Quiere volver y habla con propiedad de lo que está sucediendo con el gobierno, con su partido, el PS, y con la Nueva Mayoría. "Yo me voy a ir y me voy a ir bien. Quiero volver a la política, no tengo ningún plan específico de ocupar ningún cargo. Lo miraré con calma. Me interesa mucho la política, me interesa la política de partidos, la política de la Nueva Mayoría, es decir, lo que fue la Concertación y lo que sea posible hacer", dice de entrada a La Tercera en Washington.
La Nueva Mayoría se enfrenta a las reformas impulsadas por Bachelet con dilemas muy propios de la Concertación, con un debate muy fuerte respecto de la intensidad de los cambios estructurales propuestos. ¿Puede esta coalición sortear con éxito el desafío planteado por el gobierno de sacar adelante su programa?
Las reformas que está intentando llevar a cabo la Presidenta Bachelet apuntan a los principales problemas que vive el país. La desigualdad que existe en Chile es de las más graves de América, e incluso del mundo. La reforma tributaria, tal como está planteada, no sólo tiene por objeto financiar las otras reformas, sino también que paguen un poco más los que ganan más. Enseguida, la reforma educacional tiene un papel muy central en la distribución del ingreso. Mi opinión es que las reformas están planteadas adecuadamente. Siempre se pueden mejorar las cosas, sobre todo cuando son delicadas y afectan el bolsillo de la gente y la educación de los niños. Es fundamental buscar el diálogo, pero si no hay mucho acuerdo, van a operar las mayorías, como en todas las democracias.
Las mayores dudas sobre las reformas vienen de la propia coalición, en particular desde la DC, en el caso de la reforma educacional...
Este es un país con educación pública y privada, donde hay muchos sectores católicos, y es normal que el partido que representa no a los católicos, pero sí a la mayor parte de ellos, esté preocupado, y que esté preocupada la Iglesia también. Eso hay que conversarlo, no se pretende estatizar la educación ni mucho menos. En lo que sí estoy de acuerdo es en algo donde la Nueva Mayoría ha planteado dudas y veo que el gobierno ha estado buscando corregir: qué vamos a hacer con la educación pública. Lo fundamental de la reforma es que pueda haber educación privada, pero el fondo es que el Estado tiene que garantizarles a todos los niños del país que puede otorgar educación pública y de calidad. La opción tiene que existir. Antes existían los liceos fiscales buenos; el problema es que eran buenos porque había mucho menos niños que hoy.
Precisamente hubo un debate respecto de cómo se planteó la reforma, orientada a la compra de colegios particulares subvencionados, lo que incluso fue interpretado como que el Mineduc se convirtió en un gestor inmobiliario, como dijo, otra vez, el presidente DC.
Creo que el término fue ligero. Evidentemente, si usted quiere crear educación pública de calidad, es perfectamente lícito que para que aquellos colegios no tengan fines de lucro, el Estado se haga cargo de ellos, y eso significaba pagarles a los dueños. Es una idea que evidentemente podría fructificar y tendrá que ser corregida. No es que se quiera dedicar el gobierno a lo inmobiliario, significaba tomar el control de un sector más grande de la educación pública. Francamente, la cifra que más me ha afectado de las que se han dado es la que dice que la educación pública, desde la década de los 90, era el 90 por ciento y ahora es como un 35 por ciento. Lo que sucede es que se triplicó el acceso a la educación, pero casi todos están en manos de sostenedores y privados. Se trata de cambiar eso.
Parece que su regreso va a estar muy vinculado a sumarse al proyecto de Michelle Bachelet y defender el proceso reformista...
Por supuesto, soy un gran partidario del gobierno de Michelle Bachelet, del anterior y de este. Creo que está bien encaminado, ha enfrentado bien los problemas, los ha definido bien, ha intentado abrirse a la sociedad, ha intentado dialogar, y creo que vamos a enfrentar ciertamente, en los próximos años, problemas difíciles, pero me parece que está bien encaminado.
Si usted estuviera en Chile en este minuto, ¿tendría reparos o matices respecto de las reformas?
El único aspecto de la reforma tributaria que me genera dudas es aquella cláusula que busca reducir los impuestos a los particulares, donde se decidió excluir al Presidente de la República, a los ministros y a otros altos funcionarios de gobierno y a los parlamentarios. Eso es discriminatorio, no estoy en absoluto de acuerdo con eso. Hoy en día hay que fortalecer el rol de la política y no ponerla en cuestión.
¿En qué se diferencia la Concertación de la Nueva Mayoría?
La Concertación fue una gran alianza que, a mi juicio, erróneamente excluyó al Partido Comunista desde un principio. La llegada del PC a la coalición de centroizquierda es tardía, debiera haber ocurrido antes. Fuera de eso, en la Concertación siempre hubo diferencias y discrepancias, pero había una mayoría que de alguna manera tenía una hegemonía interna que ordenaba la línea y permitía que gobernáramos tranquilos. Eso se fue erosionando con los años y produjo la salida de mucha gente. La Nueva Mayoría es el intento por aunar el proyecto original, o reunificar el proyecto original. Faltan aún muchos. Yo quisiera que el PRO estuviera en la Nueva Mayoría, eso significa reunificar aquella mayoría que terminó con la dictadura.
De hecho, ha habido conversaciones entre dirigentes de la Nueva Mayoría y el PRO, lo que ha generado resquemores, nuevamente, de la DC...
Así he leído. No conozco los detalles, pero lo que quiero decir es que, desde mi punto de vista, la Nueva Mayoría es un intento por recomponer la mayoría política y social de centroizquierda, como lo fue la Concertación, superando los problemas que la afectaron durante los años.
Igual, la Nueva Mayoría padece de dilemas propios de la Concertación, donde se enfrentan el centro y la izquierda por una suerte de "hegemonía".
Todos los sectores deben tener las mismas posibilidades dentro de la alianza. El otro día, alguien hablaba de las hegemonías de manera impropia. La hegemonía es algo que se impone. Lo digo no por lo que dijo Gutenberg Martínez, sino porque hubo alguien que le contestó y dijo: "Antes eran hegemónicos ustedes y ahora somos nosotros". Ninguno de los dos, eso es dominación. Una fuerza puede ser hegemónica en la medida que el conjunto de la sociedad esté de acuerdo con ella. Pero no se impone por la fuerza. Proyectos hegemónicos dentro de la Nueva Mayoría serían fatales. La presencia de la DC es fundamental y creo que lo que planteó Martínez es correcto. Es bueno discutirlo, pero no es bueno que haya una sociedad donde unos no quieren que otros estén, o estén disminuidos.
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