Joven chileno fue brutalmente asesinado en Estocolmo
Aaron Aros, quien celebraba su cumpleaños el pasado 21 de mayo, murió tras ser golpeado por varios sujetos en un restaurante en la capital de Suecia.
El joven chileno Aaron Aros estaba feliz el pasado 21 de mayo. Estaba lejos de su natal Chile, desde donde partió cuando sólo tenía tres meses de vida junto a su familia, pero cumplir los 23 años en una fecha histórica siempre le había traído a la memoria sus raíces. Su madre, Ana María Aros Torres, lo quería agasajar en casa, pero él no quiso.
"Su padre murió hace siete meses y él pensó que sería inadecuado celebrar en casa el cumpleaños, ya que no ha pasado tanto tiempo desde que eso ocurrió", expresó la madre al diario sueco Expressen.
Aaron prefirió ir con su novia y algunos amigos a un pub de Estocolmo, donde pasaron un grato momento. Al regreso a casa, sin embargo, cerca de las cuatro de la mañana, al joven le dio hambre y decidió pasar a comer unas hamburguesas al conocido restaurante Max, en Hamngatan.
"Su novia estaba esperando afuera mientras él y un amigo se acercaron y se pusieron en la cola", relata Ana María, a quien la pareja de su hijo le explicó que en ese momento un hombre, al parecer con unos tragos de más, lo pasó a llevar y lo derribó.
Comenzó entonces un altercado que terminó con el muchacho chileno siendo brutalmente golpeado por el sujeto y, presuntamente, un grupo de sus amigos.
Ana María estaba durmiendo cuando la llamaron, a eso de las seis de la madrugada, para decirle que su hijo estaba en estado de coma producto de los golpes en el Hospital San Jorge. Y que, además, no tenía posibilidades de sobrevivir.
"Fui allí directamente. Yo estuve a su lado todo el día, pero los médicos no pudieron salvarle la vida. Escuché su último latido antes de morir", explica devastada su madre, quien describe a Aaron como un joven que soñaba con viajar por el mundo y convertirse en agente de la policía.
"Era un muchacho muy amable, de gran corazón. ¿Cómo iban a matar a mi hijo? Se han llevado una parte de mí", agrega la mujer, para quien "ya no me queda ningún dios en que creer" y que sólo pide justicia en contra de quienes mataron a su hijo: "Que les den el castigo que se merecen".
La policía sueca inició una investigación que dio rápidos frutos, con la detención de uno de los implicados, aunque las pericias continúan ayudados por las cámaras de video que registraron la brutal agresión, según confirmó el encargado del restaurante Max.
La embajada chilena, en tanto, ya se contactó con Ana María para ofrecerle toda la ayuda que considere necesaria para hacer justicia en este caso.
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