Juega la ministra

Natalia Riffo se confiesa con La Tercera y habla de su gusto por el deporte, su promesa personal con la natación, la mística de los equipos de provincia y de por qué el fútbol es igual a la cartera que encabeza.




La ministra de Deportes, Natalia Riffo, se ubica en el pasto del Nacional y cuando nos ve llegar con la Brazuca en la mano su cara muestra sorpresa: "¿Qué me van a hacer jugar a la pelota?", dice.

Le contamos que no, pero le pedimos que dé al menos un par de patadas. "Hace mucho que no juego un partido", dice Riffo, quien añade su última experiencia con el fútbol.

"Hace un par de meses estaba con mi hijo en el parque y vimos a un padre con su hijo jugando. Los retamos a un partido y ganamos", cuenta entre risas la secretaria de Estado, quien a casi tres meses de asumir oficialmente la cartera más joven del gobierno, evalúa la experiencia como "espectacular".

"Sumando y restando ha sido espectacular, intenso. Siempre he trabajado mucho y he estado en lugares donde los trabajos son intensos, hay urgencias, incendios. Una está acostumbrada a la carga laboral, pero es distinto cuando tienes la responsabilidad de una cartera con exposición pública, pero me ha gustado, ha sido un descubrimiento", dice Riffo.

Natalia, de 42 años, no es ajena al deporte, pese a que al principio se generó incertidumbre en el ambiente por su idoneidad en el cargo. "En mis otros trabajos también fue un actor clave. En los trabajos con la comunidad, con los gobiernos locales y los municipios, el deporte es central, porque genera cohesión social. He tenido bastante cercanía en ese ámbito", cuenta.

También tiene cercanía en su casa. Casada y con cuatro hijos, el fútbol es casi una obligación hogareña. "Son todos futboleros. A mí me gusta el fútbol y no me siento arrastrada por ellos. Al contrario, me gusta, me pongo nerviosa, ansiosa con los partidos", cuenta.

¿Y juega fútbol? "Nooo, imagínese correr toda esta cancha, no sé si podría", dice Riffo entre rissas, mientras mueve su brazo aludiendo al extenso campo del Nacional. "Lo mío es el baby fútbol, jugaba antes, pero ahora no mucho, salvo lo del parque esa vez". Y entre ambos, la ministra tiene una leve preferencia por el baby: "Me gusta que sea rápido para jugar, le da otro toque".

Eso sí, el fútbol le atrae y por otros motivos. "Cuando lo ve es como un baile, como todos se mueven , la inteligencia que debe tener el jugador para moverse... es precioso". ¿Es como un ministerio? "Sí, tiene mucho de eso. El fútbol es como se mueve uno en el ministerio. Hay muchas piezas que mover, mucha gente mirando, esperando que te vaya bien o mal, viendo cómo se ponen los jugadores para hacer bien la pega. Es como un gran partido. O más aún, es un gran Mundial de largo aliento", compara.

Y dentro de esa mecánica fútbolera-ministerial, Riffo se ubica en la cancha. "Soy la delantera, la que hace los goles. Ahora, el delantero sin los demás jugadores no es nada. Si todo sale bien, son felicitados por los resultados. Pero cuando van las cosas mal, hay que ser valiente para tomar los riesgos correspondientes y asumir los costos", dice. ¿Qué delantero? "Me veo más como Alexis Sánchez".

Riffo dice simpatizar con un equipo, "pero no diré nada". Como casa futbolera, su esposo e hijos tienen preferencias: "Hay dos equipos y no diré cuáles son". Pero uno puede inferir algunos afectos. Dos ejemplos. Uno, su última vez en un estadio: "Fue hace más de un año, vine con mis hijos a ver a la U en un partido por Copa Libertadores, no recuerdo el rival". Dos, su casa de estudios: "Sólo diré que estudié en la Universidad de Concepción, usted saque sus conclusiones".

Pero no sólo es fútbol. También hay espacio para la natación, la que practica hace ocho años, cuando llegó desde el sur a Santiago, aunque por su nuevo cargo es cada vez menos. "Hago estilo libre y no quise aprender otro estilo, porque vi la natación como una forma de hacer ejercicios y mantenerme físicamente bien. Tengo una piscina techada cerca de mi casa y puedo ir a cualquier hora, hasta las 22 horas, pero estoy yendo poco, por mi trabajo. Eso sí, asumí el compromiso personal de ordenarme y de ir el próximo mes al menos dos veces por semana", cuenta.

La actividad física tiene un lugar importante en su vida. "Con ejercicios uno anda más energético, más alegre, tiene una serie de beneficios para el cuerpo. Además aprovecho de hacerlo con mi hijo, que es una buena forma de estar junto a él en el poco tiempo que tenemos", explica Riffo.

Mística y épica

A propósito de las provincias (aunque no reconoce que simpatiza con el "Campanil"), Riffo siente una atracción especial por esos clubes de regiones. Según la ministra, esas instituciones reflejan las cualidades que espera proyectar en el deporte nacional. "Los equipos locales tienen una mística, generan un cuento lindo en sus ciudades y es similar a lo que genera el deporte. Queremos volver a tener esa épica en todo ámbito. Por ejemplo, en Concepción el básquetbol es muy fuerte y reunía a las familias. Rescato mucho el trabajo de los clubes regionales, es lo que queremos que genere el deporte".

Riffo también ve mística en el estadio. "Me gusta, me emociona el estadio, lo que sucede en los partidos, esta energía, el que todos somos iguales en el estadio", explica. Aparte, le gusta la libertad de expresión que hay en los recintos, a veces desmedida: "Cuando venía con mis hijos les daba la libertad para decir lo que quisieran, pero siempre con respeto".

En un par de semanas, Riffo estará presente en el partido inaugural de Chile en el Mundial de Brasil, ante Australia en Cuiabá. Lo hará como parte de la comitiva que encabeza la Presidenta Michelle Bachelet y ya muestra ansiedad por ver a la "Roja" jugando en el certamen. "Al menos iré al primer partido. Estoy con nervios, pero emocionada de acompañar a la Selección. Es una oportunidad maravillosa. Voy como autoridad, que es mi rol fundamental, pero también como hincha y gritaré los goles. ¿Improperios? Bueno, tendré que controlarme, aplicaré autocontrol", dice.

Y de las opciones del equipo de Jorge Sampaoli, es optimista. "Le tocó un grupo complicado eso sí, podría haber sido más fácil", dice en voz baja, pero luego se envalentona y se ilusiona: "A la Seleccion le irá bien. Confío en que están los mejores".

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