Juegos Olímpicos hicieron caer las ventas minoristas en Londres durante agosto
El Consorcio Británico de Minoristas explicó que las familias prefirieron ver el evento en lugar de ir de compras, lo que derivó en uno de los peores meses para las tiendas.
Los Juegos Olímpicos de Londres no ayudaron a aumentar las ventas minoristas en Gran Bretaña como se esperaba en agosto, dado que las familias prefirieron ver el evento en lugar de ir de compras, lo que derivó en uno de los peores meses para las tiendas, dijo el martes el Consorcio Británico de Minoristas.
Los comentarios del consorcio (BRC, por su sigla en inglés) coincidieron con otras encuestas y reportes minoristas al mostrar que los consumidores no estuvieron dispuestos a gastar durante los Juegos.
Las ventas comparables de los minoristas cayeron un 0,4% en términos de valor en comparación con agosto del 2011, luego de un aumento del 0,1% en julio, dijo el BRC.
El valor de las ventas minoristas totales, una medida favorecida por los economistas y cercana a la arrojada en estadísticas oficiales, tuvo un alza del 1,6% en el año, aunque también fue menor a la subida del 2% en julio.
"Tristemente, sacando a abril -distorsionado por la época de Semana Santa-, agosto tuvo el peor crecimiento de ventas este año", declaró el director general del BRC, Stephen Robertson.
El clima cálido y los Juegos Olímpicos ayudaron a las ventas de alimentos y bebidas, pero eso no compensó un desempeño realmente flojo de productos no comestibles, indicó el BRC.
"Está claro que la gente fue absorbida por los magníficos Juegos Olpimpicos y tuvo poco interés en comprar, especialmente en los ítems más importantes", señaló Robertson.
Algunos minoristas reportaron que la actividad vía internet fue particularmente floja en la noche, ya que la gente observaba transmisiones de grandes eventos olímpicos en lugar de hacer compras, informó el BRC.
Las débiles ventas minoristas hicieron mella sobre expectativas acerca de que un rebote del crecimiento en el verano boreal finalmente sacaría a Gran Bretaña de la recesión luego de tres trimestres consecutivos de caída en la producción.
La mayoría de los minoristas británicos han estado sufriendo porque los consumidores se han mostrado rehacios a gastar debido a que el aumento de precios, las cargas impositivas y el alto
desempleo están afectando su capacidad de gasto.
El gobierno -presionado para impulsar la economía mientras sus maniobras de austeridad se vuelven cada vez menos populares- y el banco central británico contaban con un aumento del gasto de los consumidores para apuntalar el crecimiento.
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